Después de años de exhaustiva investigación, el abuelo y el padre de Gasparino descubrieron que los treinta y siete símbolos en la piedra grabada representaban todas las combinaciones posibles de los tipos de genes de la Raza Insecto.

La clave de este descubrimiento residía en un patrón preciso. Bastaba con seleccionar de manera cuidadosa seis de esos símbolos y organizarlos en un orden específico, luego invocarlos a través de la piedra utilizando un complejo ritual que ellos mismos habían desarrollado, para que una criatura única, dotada de habilidades extraordinarias, pudiera ser llamada desde un espacio alternativo. Este eventual procedimiento no solo exigía un profundo conocimiento de los símbolos, sino además una sincronización perfecta con las energías contenidas en la piedra, lo cual hacía de esta tarea algo sumamente difícil y peligroso.

Al estudiar estas criaturas, el abuelo y el padre de Gasparino comprendieron de inmediato su inmenso poder, lo que los llevó a profundizar aún