Evelyn había decidido aprovechar la mañana para hacer algo que podría marcar la diferencia para su hijo y Aiden. Con determinación, se dirigió al pueblo, sabiendo a quién debía buscar. Al llegar al banco, preguntó por el gerente, quien no tardó en recibirla con una sonrisa nostálgica en el rostro.—Evelyn, qué sorpresa verte después de tanto tiempo —mencionó el hombre, con su tono cálido y amistoso. Era evidente que los años no habían borrado los sentimientos que alguna vez había tenido por ella.—Tom, es un placer verte también —respondió Evelyn, devolviéndole la sonrisa con un toque de nerviosismo.Tom, el gerente del banco, la invitó a su oficina. El ambiente era cordial y relajado, como dos viejos amigos que se reencontraban después de muchos años. Mientras se ponían al día, Tom no pudo evitar recordar los sentimientos que había tenido por Evelyn en su juventud. A pesar de que ella había elegido a Joseph, la mujer que tenía delante seguía siendo tan encantadora como siempre.—Ento
La casa estaba envuelta en un silencio tenso. Los niños se habían ido con Evelyn al pueblo cercano, dejando la finca en una calma engañosa.Liam saboreaba el cuello de Aiden con su lengua, mientras ella se estremecía, listos para dejar atrás el pasado, estaban a punto de estrenar su nueva alcoba.—Te amo tanto Aiden —susurró contra el oído de ella.—Yo más —respondió Aiden, abrazándoloCuando sus labios se juntaron en un apasionado beso, la voz de una mujer los interrumpió.—¡Liam Donovan! —gritó Nicol, irrumpiendo en la habitación como una tormenta.Antes de que pudieran reaccionar, Nicol abofeteó a Aiden con furia, haciendo que ella tropezara hacia atrás.—¡Eres una zorra, Aiden! —vociferó Nicol, con el odio reflejado en sus ojos—. ¡Cómo te atreves a meterte con mi marido! ¡Esta es mi casa, y no pienso compartirla con la amante de mi esposo!Aiden, aturdida por el golpe, se recuperó rápidamente. Sin dejarse intimidar, avanzó hacia Nicol, su expresión endurecida por la rabia acumulad
En el tranquilo pueblo vecino, Evelyn se encontraba en la sala de la casa de su amiga. Se sentaron a charlar, recordando viejos tiempos y poniéndose al día sobre sus vidas, mientras los niños jugaban en el patio con un perro pequeño. Sin embargo, el tono de la conversación cambió cuando Evelyn decidió confiar en su amiga algo que había estado pesando en su corazón.—No sabes lo que me pasó hace poco —comenzó Evelyn, tomando un sorbo de su café—. Encontré a Joseph... con Rita. Estaban juntos, como si nada hubiera pasado. Fue un golpe tan fuerte. ¿Puedes creerlo?La amiga de Evelyn, una mujer de mirada sabia y rostro arrugado por los años se quedó en silencio, jugando con nerviosismo con la taza en sus manos. Ese gesto no pasó desapercibido para Evelyn, quien la observó con creciente desconfianza.—¿Qué sucede? —preguntó Evelyn, frunciendo el ceño—. ¿Por qué te quedas callada?La amiga levantó la mirada lentamente, como si pesara demasiado lo que estaba a punto de decir. Evitó el contac
Fiore se detuvo en seco, su pequeño cuerpo se tensó al escuchar esa voz. Miró hacia la entrada de la finca y vio a Nicol, su madre biológica, de pie con los brazos abiertos, esperando que corriera hacia ella. Pero en lugar de eso, Fiore retrocedió, con sus ojos llenos de miedo y confusión, y se escondió rápidamente detrás de las faldas de Evelyn.Evelyn sintió que la furia se encendía dentro de ella. Con calma, se agachó para abrazar a Fiore y la miró a los ojos con ternura.—Tranquila, mi amor, todo está bien —susurró—. Ve con Leo adentro, ¿sí? Estaré contigo en un momento.Fiore asintió con timidez, aún aferrada a la falda de su abuela. Evelyn le dio un suave empujón hacia la casa, asegurándose de que ambos niños entraran antes de volverse hacia Nicol, con su expresión ahora endurecida.Nicol, viendo que Fiore no había corrido hacia ella, frunció el ceño, la irritación se hizo evidente en su rostro.—¿Qué crees que estás haciendo aquí, Nicol? —preguntó Evelyn con frialdad—. ¿Después
Después de hablar con Fiore, Liam se encontró con Aiden en la cocina. Ella estaba revisando las provisiones para la cena de esa noche, pero al ver la expresión seria en el rostro de Liam, dejó lo que estaba haciendo y se acercó a él.—¿Cómo está Fiore? —preguntó Aiden con preocupación en su voz.Liam suspiró y se apoyó en la encimera, mirando a Aiden a los ojos.—No quiere estar con Nicol. Me dijo que prefiere quedarse aquí, con nosotros, porque Nicol nunca fue cariñosa con ella. Fiore siente que la abandonó y que... tú eres quien realmente la cuida y le da amor —relató Liam, sus palabras estaban llenas de emoción.Aiden sintió una punzada de alivio y tristeza a la vez. Sabía que Nicol había hecho mucho daño a su hija, y ahora era su responsabilidad ayudar a Fiore a sanar.—Liam, creo que sería conveniente llevar a Fiore a terapia. Ha pasado por mucho, y hablar con un profesional podría ayudarla a procesar sus sentimientos y a sanar —sugirió Aiden, acariciando el brazo de Liam en un g
El sol de la mañana iluminaba suavemente la finca mientras Aiden y Liam se sentaban a la mesa para desayunar junto a Evelyn. Los niños, después de comer, salieron a jugar en el patio, llenando el aire con sus risas despreocupadas. Sin embargo, dentro de la casa, el ambiente era tenso.Evelyn miraba su taza de café, indecisa sobre cómo abordar el tema que la había estado carcomiendo desde la tarde anterior. Sabía que tenía que decirlo, pero el temor a las reacciones de Aiden y Liam la hacía dudar. Finalmente, respiró hondo y decidió hablar.—Hay algo de lo que debemos hablar —comenzó Evelyn, su voz temblaba, pero se mantuvo firme—. Algo que descubrí recientemente y que no puedo seguir guardando.Liam y Aiden intercambiaron miradas, sintiendo la seriedad en el tono de Evelyn. Se quedaron en silencio, esperando que continuara.—Ayer, mientras hablaba con mi amiga en el pueblo, ella me confesó algo que sabía desde hace tiempo... —Evelyn tragó saliva, tratando de mantener la calma—. Edward
El juez los observó por un momento antes de asentir, como si tomara una decisión interna.—Denme hasta la tarde —respondió con seguridad—. Haré lo necesario para que todo esté en orden, y les aseguro que tendrán lo que han venido a buscar, quizás en una semana.Una sonrisa triunfante apareció en el rostro de Mathew, y Nicol no pudo evitar que una chispa de emoción le recorriera el cuerpo. Sabían que su plan estaba en marcha y que las cosas pronto cambiarían a su favor.—Gracias, amigo —dijo Mathew, estrechando la mano del juez con gratitud—. Sabemos que podemos contar contigo.El juez esbozó una sonrisa críptica mientras se despedían.—Siempre es un placer ayudar a quienes lo merecen —expresó con un tono que parecía encerrar mucho más de lo que las palabras dejaban ver.Mathew y Nicol abandonaron la oficina con una sensación de victoria inminente. Mientras caminaban por los pasillos del juzgado, Nicol miró a Mathew y vio en sus ojos la misma determinación que sentía en su interior.—E
Aiden sintió que el mundo se detenía cuando el doctor pronunció esas palabras. Su corazón comenzó a latir más rápido, y una mezcla de emociones la envolvió: sorpresa, alegría, y también un poco de miedo.—¿Estoy... estoy embarazada? —preguntó Aiden, como si necesitara escuchar esas palabras una vez más para creerlo.El doctor asintió, sonriendo con calidez.—Así es. Felicidades, señora Harper, debe sacar una cita con su ginecólogo para que la examine —recomendó.Aiden se quedó en silencio por un momento, dejando que la noticia se asentara en su mente. No había anticipado esto, no en medio de todo lo que estaba sucediendo. Pero ahora, una nueva vida crecía dentro de ella, y eso lo cambiaba todo. A pesar del miedo y las dudas, una sensación de ternura y emoción la recorrió.—Gracias, doctor —murmuró finalmente, con una pequeña sonrisa en los labios.Cuando salió de la consulta, encontró a Evelyn esperándola en la sala, con los niños distraídos jugando cerca. Aiden caminó hacia ella, y E