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7. El protagonista de sus sueños

El nuevo puesto de trabajo en realidad había sido creado exclusivamente para ella, dado que el CEO de la empresa contaba con 3 secretarias y un asistente personal, ella como asistente de presidencia no tenía muchas cosas para hacer. Cuando le dieron su gafete nuevo y debieron explicarle sus tareas, simplemente le informaron que debía estar a la orden para cualquier solicitud que tuviera el gran jefe.

Vicente que hasta este momento utilizaba la oficina que tenía conexión directa con la oficina de del presidente, empezaría a trabajar en otra que estaba un poco más alejada dentro del mismo piso. El hombre incluso después de trasladarse no lograba salir de su asombro. La mujer llevaba un día trabajando en la empresa y ya era capaz de sacarle su lugar, aunque él sabía que eso era lo único en lo que sería reemplazado.

Sophia pasó la mañana organizando sus cosas y tratando de interiorizarse con la agenda del jefe. Si bien no le asignaron mucho para hacer, no le gustaba ser una inútil, así que fue asignándose tareas ella misma. A la hora del descanso, cuando estaba rumbo al ascensor para bajar a reunirse con Elena y los demás para almorzar e inaugurar los “martes de chismes”, se percato de que todavía no había visto al hombre que nuevamente invadió sus sueños.

Anoche después de un muy agitado día, mientras se daba un merecido baño de burbujas en la bañera, llego a su mente el recuerdo de la propuesta que Erick le hizo. Todavía debía llamar al abogado pero no le hacía mal a nadie si le seguía la corrientes mientas que encontraba una solución. Sin darse cuenta una de sus manos se dirigió a su pecho y lo acaricio de forma muy suave mientras que ella solo podía ver los ojos de su jefe viéndola como si quisiera devorarla.

Cando se dio cuento de lo que estaba haciendo se paró de forma automática y sacudió su cabeza. Se dijo que ese hombre era su enemigo y no se podía permitir tener ninguna debilidad para poder véncelo. El problema estaba en que era más fácil decirlo que hacerlo.

 Cuando por fin logró dormirse, nuevamente soñó con esos labios sobre su piel, pero esta vez las grandes manos del hombre también estaban deseosas de recorrer cada centímetro de su cuerpo. Ser besada y acariciada de esa forma tan delicada sumado al olor tan masculino que tenía su jefe le estaban nublando la razón.

Luego de pasar su lengua muy lentamente por su cuello, le susurro con voz muy ronca:

 - Te voy a follar tan duro que no podrás sacarme de tu mente, tu cuerpo rogará volver a ser mío una y otra vez.

Por sus muslos corrían sus fluidos de forma inevitable, estaba más que dispuesta a entregarse a Erick y no tenía miedo a arrepentirse luego. Jamás había sentido ese calor en su cuerpo tan solo por unas palabras. Pero en el momento que él le rozo sobre la ropa interior, todo se desvaneció. Despertó desorientaba buscando al causante de su estado de excitación pero descubrió que se encontraba sola. A pesar de no ser lo que quería realmente, debío darse placer ella misma para poder volver a dormir tranquila.

El verdadero problema fue cuando aún perdida en el recuerdo, las puertas del ascensor se abrieron y el protagonista de su erótico sueño salió caminando directo hacia ella. ¿Cómo haría para poder verlo a los ojos sin sentirse abochornada? 

- Sophia te vine a buscar para salir a almorzar juntos, creo que tenemos que aclarar nuestros asuntos pendietes.

Erick estaba convencido de que su plan daría los resultados esperados. Cuando Vanessa lo llamo ayer por la noche para preguntarle si podían salir a cenar en plan de amigos para ponerse al día después de tanto tiempo le dijo que no y le dio a entender que ya estaba con alguien más.

Por eso era crucial que la señorita Miller aceptara el acuerdo lo antes posible. Debían comenzar a fingir ahora que ya tenían la atención de su ex.

El viaje en ascensor fue una tortura para Sophia, con el cuerpo rígido debido a los nervios y su jefe haciendo un monólogo sobre las razones que su plan sería un éxito si ella le daba el ok.

Afuera de la empresa la esperaba el trío de compañeros para salir a almorzar. Paula fue la única que la vio por la mañana dado que trabajaban en el mismo piso, así que rápidamente le aviso a los demás que ella fue ascendida.

José fue el primero en verla al salir por las grandes puertas de la recepción, así que fue corriendo a su encuentro en busca de información. Había un chisme jugoso detrás de todo ese asunto y debía conocerlo.

En cuando estuvo a su alcance le paso un brazo por sus hombros y le dijo:

- Cariño tienes muchas cosas que contarme, apresúrate que tengo hambre.

Erick que venía detrás de Sophia, vio esta escena y asumió que el chico que se rumoreaba era gay estaba saliendo con su asistente. Lo primero que debía hacer era distanciarlos físicamente y ya después se encargaría de que la chica lo abandone. 

Se decía que tenía que sacar ese obstáculo de su camino debido al plan pero su urgencia por separarlos tenía más relación con un sentimiento oscuro que no lograba identificar.

Con su voz autoritaria y sin expresión en su rostro decidió intervenir.

- Señorita Miller le recuerdo que tenemos un almuerzo laboral pendiente, le agradecería que no me haga perder el tiempo.

José no había visto al gran jefe y cuando lo escucho casi se cae del susto. Solto a la pelirroja y se alejo dos pasos hasta sentirse seguro. Las dos mujeres observaban desde lejos e inconscientemente sintieron escalofríos en su cuerpo, jamás habían estado tan cerca del hombre.

Sophia le lanzó una mirada fulminante a su jefe y luego se disculpo con sus compañeros y les prometio contarles todo en otra ocasión. Pensaba aclararle un par de cosas al arrogante CEO mientras almorzaban.

Con su brazo clavado en la cintura de la mujer la guió para que entrara en el asiento de atras de su auto, mientras que lanzaba una mirada retadora hacia el contable. Quería dejar en claro que él además de ser el jefe, era quien se quedaría su futura ex novia y no podía hacer nada para evitarlo.

Vicente que estuvo esperando todo el tiempo junto al vehículo, a pesar de sentirse confundido respecto a la situación, se limitó a subirse como conductor y esperar que le indicaran hacía donde ir.

El grupo quedo tan desconcertado que por primera vez el almuerzo fue en completo silencio. Todos tenían la cabeza llena de  dudas y preguntas, pero la última mirada del jefe les saco a todos las ganas de hablar.

Sophia no espero mucho para reprender a su jefe.

- Le prometo que la próxima vez que intimide a mis amigos lo pagará muy caro.

- Ese pelele jamás estará a mi altura, no se porque tanto drama por una simple mirada.

- ¿Alguien alguna vez le enseñó modales? ¿No sabe el significado de la palabra respeto? Debería buscarla en el diccionario.

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