Príncipe Alec Tassara.Camino a través del corredor y observo como Peter, nuestro beta, sale desde el despacho de mi padre con cara de preocupación. Lo detengo y le digo, “¿Qué sucede? Tu rostro me dice que hay graves problemas.”“Entra y conversa con tu padre. Es sobre Isabella.”A penas escucho mencionar el nombre de Isabella, siento que mi corazón se acelera y un sentimiento de profunda preocupación me inunda. Ingreso a toda velocidad al despacho de mi padre, donde lo encuentro sentado, perdido en sus pensamientos. Lo que sea que está pensando, definitivamente lo tiene muy preocupado, ya que observo como se forma una arruga entre sus ojos.“Padre, ¿qué esta pasado?”Mi padre resuena mientras dice, “Picaros.”“¿Cómo? ¿Dónde? ¿Qué ocurrió?”“Atacaron a la Manada Suave Amanecer cuando estaban celebrando el cumpleaños de Isabella. Hay veinte miembros de la manada muertos.”“¿Y los picaros?”“Muertos.”Respiro profundo mientras pregunto, ¿Isabella?“En coma inducido. Tuvo múltiples epi
Isabella Di’Giotanno.Lo último que recuerdo es que estábamos cayendo luego de que sintiera como si me dieran un millón de puñetazos en el estómago. Pícaros… Los pícaros invadieron mi manada. Miro a mi alrededor, y solo veo oscuridad.¡Aika! ¿Dónde estás? Aika vamos, no es gracioso. Deja de esconderte de mí. ¿Dónde estamos? ¡Aika!Grito sin respuesta. Solo resuena el eco constante de mis palabras dentro de un espacio vacío sin fin.“¿Isabella?”“¿Quién es?”Escucho una voz suave y lejana. Y así es como observo como todas las imágenes de mi mente pasan en un segundo a través de mis ojos. Luego veo como las imágenes se desvanecen como si estuviera mirando un televisor antiguo.Silencio...Ensordecedor silencio…Los segundos parecen minutos y los minutos parecen horas…La imagen vuelve lentamente iluminándose y aparezco en un lugar en donde todo es de color blanco. Parpadeo muchas veces de modo que mis ojos se acostumbren a la luz. Es una habitación espaciosa.“¿Isabella que haces aquí?
Isabella Di’GiotannoArtemis me dice que debemos visitar a sus hermanas. Me toma de la mano mientras con la otra agarra fuertemente su libro. Cierra sus ojos mientras recita unas palabras que parecieran ser de brujería:aderfí, aderfí se kaló kai se epikaloúmai, páre me sto vasíleió sou, áse me na bo sto vasíleio tis selínisObservo como todo a nuestro alrededor comienza a brillar con una luz blanca, Una fuerte brisa pareciera elevarnos mientras todo comienza a girar.“¡Agárrate fuerte!” Me grita.“¿Qué?”Y así es que siento como si fuéramos succionadas por el tiempo y el espacio. Todo esto tomó un segundo.“¡Ay! ¡Deja de apretar mi mano, Isabella!”Abro los ojos y observo como se abre ante nosotras unas puertas de más de tres metros de altura. En ellas están talladas imágenes de lobos y licántropos.“¿Es esto el reino de Selene?”“Así es. Llegamos.”“Eso fue rápido. ¿Debemos hacerlo de nuevo?”“Pues sí. La siguiente parada será el reino de Hécate.”Hago una mueca de dolor. Al entrar
Isabella Di’Giotanno.Nos tomamos de las manos, Artemis, Aika y yo, mientras escuchamos recitar:“Aderfí, aderfí se kaló kai se epikaloúmai, páre me sto vasíleió sou, áse me na bo sto vasíleio tis Ekátis”“¿Qué demonios significa eso, Artemis?”Artemis sonríe divertida mientras me responde, “La traducción sería algo como hermana, hermana, llamo tu nombre y te invoco, llévame a tu reino, déjame entrar al reino de Hécate.”“¿Y qué idioma se supone que es?”“¡Griego! ¡Por supuesto!”El viaje hacia el reino de Hécate fue más rápido que el anterior. Llegamos a una casona de tipo colonial oscura, la cual tiene una gran entrada y que es posible leer: “Cuidado a quien traspase estas puertas, porque su alma quedará atrapada en este reino para siempre”“¡Mierda chica! No sé tú, pero yo no entro ahí. No, de ninguna maldita manera.” Observo como Aika se sienta en el suelo sin querer ser movida de ese lugar y luego añade, “Hécate, maldita bruja, ¡puedes besarme mi peludo trasero!”Sonrío a lo que
Isabella Di’Giotanno. Luego del increíble viaje que tuve por los tres reinos de la tríada, mi conciencia vuelve solo para descubrir que estoy en coma. “Aika esto es malo... ¡Esto es muy malo! ¿Cómo demonios nos despertaremos? ¿Hay alguna forma de comunicarse con alguien de la tríada?” “No lo sé, nunca lo he intentado.” “Pues, ¿no crees que es hora de intentarlo?” “Bien, bien, ¡detén tus caballos! ¡Retrocede un cambio, por la diosa!” “¡¡Aika!! ¡Alguien nos está tomando la mano! ¡¡Aika!! Siento que nos están acariciando.” “¿Quieres que intente comunicarme con la tríada o que te escuche? Porque básicamente, ¡aún no aprendo a caminar y a comer goma de mascar a la vez!” “Demonios, pero qué mal genio tienes hoy.” “Perdón, pero hoy no tengo paciencia. Nos separaron de nuestra pareja, mataron a sus padres, murieron muchas personas porque intentaron protegernos. No sabemos si Eric está bien, no sabemos si mamá sobrevivió, y la guinda de la torta, ¡NO PODEMOS DESPERTAR! ¡Déjame en paz!”
Isabella Di’Giotanno.Una vez que desperté, Eric mandó a buscar a todos, los cuales aparecieron a la vez: mamá, Sophia y Marcos. Mis amigos me contaban lo fascinante que fue ver a mi loba matar a todos los picaros al mismo tiempo. Marcos decía que escribiría un libro de acción conmigo como personaje principal y que estaba muy seguro de que sería un best-seller. Me reí mucho con sus ocurrencias.Sophia me contaba lo difícil que ha sido la reconstrucción de la casa de la manda y los trabajos de reforestación del bosque y que Eric determinó que, durante esta semana, todos estábamos de luto, así que las clases estaban suspendidas. Eso le resultaba reconfortante no tener que preparar la tarea de inglés. Siento que los deberes y la escuela son como un sueño lejano.Mamá me contó lo que arrojó la investigación, sobre quién estuvo detrás de los ataques: nada más y nada menos que la familia Abernathy. Jamás creí que Juliette fuera capaz de algo así. Luego del ataque, su familia desapareció s
Isabella Di’Giotanno.Tal como lo supuse, Eric olió la esencia del príncipe Alec en mi mano y casi enloqueció. Sabía que era posesivo, pero en verdad lo vi totalmente enceguecido por los celos.Repetía continuamente que no se la iba a quitar, que esta vez no perdería y que no podía hacer lo que se le viniera en gana, solo por ser un príncipe.Intenté no reírme de la situación, porque solo haría que Eric se enojara más de lo que ya estaba. Aunque, si lo veo fríamente, el príncipe puede hacer lo que se pegue en gana, y las consecuencias no serían tan desastrosas como si las hiciera un lobo ordinario.¿Qué demonios habrá ocurrido entre esos dos? Eric jamás me ha querido contar. La vez que le pregunté, evadió la pregunta. Solo con una buena sesión de besos candentes, su enojo se esfumó. He tenido que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para evitar estar a solas con ambos.Me he quedado en la habitación de mamá por las noches, porque sé que, si paso la noche con Eric, él me marcará. L
¡Diablos! ¡Pero qué rápido es! No puedo creer que me ha tenido las últimas dos horas entrenando MUY duro. Ya decía yo lo mucho que me intrigaba su calidad de entrenamiento, pero ¡Retiro lo dicho! ¡Estas personas están dementes! Me ha lanzado, me ha golpeado y, como si esto no fuera poco, ¡se ha burlado! Es lógico que a Aika y a mí se nos dificulte atacar en forma de lobo, si ella llegó a mi vida hace casi dos semanas y una de ellas estuve en coma. El príncipe Alec dice que no debo confiar en mis dones, ya que son solo la mitad de mis activos. Debo ser capaz de defenderme en forma de humana, como loba, y en última instancia utilizar mis dones. Suena igual que Eric. ¡Genial! ¡Malditos alfas!Cuando cambiamos a forma de lobo, él se quedó en su forma humana. Me explicó que no puede transformarse en su licántropo a no ser que sea estrictamente necesario. Una bestia de 3 metros dentro del óvalo, ¡no es una buena idea! A pesar de eso, me causa mucha curiosidad saber cómo es, escucharlo o