Punto de vista de Maximus:

“Abuela, por favor no juzgues a mi esposa solo por ser pobre. No quiero discutir más contigo sobre esto. ¿Realmente no quieres que sea feliz con la persona que amo y que me ama también?”.

Sabía que Sarina podía oírnos y me preocupaba lo que podría estar pensando por las hirientes palabras de mi abuela.

“Si esa mujer realmente te amara, sabría qué es lo mejor para ti”, insistió mi abuela.

“Mi esposa no puede recordar nada en este momento, abuela. Ella no sabe nada de lo que pasó entre nosotros, y más aún, no sabe acerca de su verdadera familia. Recién comenzamos a vivir nuestra vida juntos como familiar, y no te imaginas lo feliz que estoy”.

“No importa lo que haga, no me escucharás, ¿verdad?”, preguntó ella, sonando herida.

Respiré hondo antes de responder: “Ya estoy casado, abuela. Espero que lo entiendas. Lo siento si te decepcioné, pero viste cómo era cuando pensé que había perdido a mi esposa. Espero que puedas ver lo feliz que soy ahora que ella es