Punto de vista de Sarina:

Lisa acababa de salir alrededor de las 4:00 p.m. y estábamos disfrutando de un refrigerio por la tarde mientras Maximus veía a Chase jugar con sus Legos.

Esos Legos fueron el primer juguete que le compré con mi primer sueldo como secretaria de mi marido. Amor se había asegurado de enviarlos porque eran los favoritos de Chase.

“Tal vez nuestro hijo sea ingeniero cuando crezca”, dijo Maximus con una sonrisa, mirando a Chase. “O tal vez abra un negocio de construcción y una gran familia”.

Sorprendida por sus palabras, lo miré.

“¿Por qué dices eso?”, pregunté, dirigiendo mi atención a nuestro hijo.

“Míralo, es excelente haciendo ‘algo’”, respondió Maximus.

“Eres un pervertido. Todo lo que piensas termina en algún lugar lascivo”, bromeé, golpeándolo ligeramente mientras se reía.

“¿Por qué? ¿Está mal soñar que nuestro hijo tendrá una gran familia?”, dijo defendiéndose. “Tú y tu hermano crecieron juntos. Yo también tuve un hermano, pero nunca llegamos a estar