Capítulo 64
Punto de vista de Maximus:

“Cariño, no estamos en nuestra casa, así que deja de seducirme”, le dije, aunque sus ojos permanecieron fijos en mis labios.

“¡Ay! Maximus, siento como si mis bragas estuvieran empapadas solo de mirar tus labios. Puedo imaginar tu lengua jugando con mis-“.

No la dejé terminar. Mi polla ya estaba dura como una piedra. La besé profundamente y la puse en mi regazo.

En ese momento, no me importaba dónde estábamos.

Estábamos besándonos y estaba a punto de deslizar mi mano debajo de su blusa cuando alguien habló. “Para que lo sepan, están en mi sala de estar. Hay muchas personas que podrían verlos”.

Sarina instantáneamente saltó de mí, sus mejillas se pusieron rojas de vergüenza.

No pude evitar reírme de lo nerviosa que se veía.

“¿Qué? ¿De repente eres tímida ahora?”, bromeé.

Ella me sacó la lengua antes de agarrarse torpemente a mi brazo. Sus ojos permanecieron pegados al hombre que había hablado, era nada menos que Mariano.

Se acercó y se sentó en el so
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