—Vayan al hospital, asegúrense que Samantha sufra cada segundo por lo que le hizo a Mariam.

—Sí, señor.

—Esperen, mejor me encargare personalmente. Quiero que le quede claro que por mentirme pagara con su propia vida las consecuencias, nadie se burla de mí, ni de mi futura esposa.

El supuesto antídoto que me habían dado para tratar a Mariam, fue una completa farsa. Tal parece que hay mucho más detrás de ello, no me arrepiento de lastimarla de esa forma, pero ahora sentirá lo que es en verdad sufrir y rogar por su vida.

—T-tu, bastardo. Por tu culpa estoy en esta cama, ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Lárgate!

—Hola Samantha, me alegro verte tan recuperada. Todo esto lo pudiste haber evitado, si tan solo me hubieras dado lo que te pedía sin poner tantas trabas; sin embargo, tu insistencia de querer hacer las cosas a tu manera te llevo a pagar las consecuencias, no me culpes de nada.

—Mal nacido, me asegurare que pagues por esto.

—No me dan miedo tus amenazas, pero ya que estas con ganas de apostar