Gil la llevo a un restaurante al que solía asistir de vez en cuando, era un agradable sitio, elegante, distinguido, con buena comida y por lo general, la mayoría de la gente que le conocía solía ir ahí. Supuso que debia empezar actuar como un hombre comprometido, ser amable, servicial y entre muchas cosas, romántico, con aquella chica.Eran las tres de la tarde, la hora pico para la comida, pero a pesar de ello, el lugar estaba medio vacío a excepción de un par de mesas en el frente, donde un par de hombres charlaban con un tono de voz apto para aquel sitio, su plan no le había salido como él planeaba, pero cuando llegó la comida a su mesa, dio gracias al cielo de que nadie la viera con ella.No es que Ellie no supiera comer correctamente, solo que no conocía el tipo de modales que personas como Gil, solían tener en la mesa. Esas mañas las había aprendido de una de sus niñeras, una mujer inglesa muy suntuosa que prácticamente se creía de la realeza y que había adiestrado a Gil tan bie
—¿En dónde te habías metido, encanto?—cuestiono la rubia admirando su rostro— no me llamaste y tampoco me enviaste ningún mensaje. Pensé que la habíamos pasado bien.Gil frunció levemente el ceño y en el tiempo que duro su silencio trato de recordar quien era esa chica, es decir, recordaba su rostro y su cuerpo desnudo, pero no su nombre.—Perdóname, he estado ocupado—le dijo un tanto molesto por haberlo tomado desprevenido y también por arrugarle el cuello de la camisa.Su mirada instintivamente buscó a la chica sentada del otro lado de la mesa, Ellie parecía asombrada, pero no de una buena forma, quizás estaba molesta por la interrupción y por la forma tan descarada de hablar de la chica.—Tan ocupado para no tomar el teléfono. ¿Acaso te tienen de manos atadas?—expreso siguiendo la mirada de Gil y es que la mujer no se había percatado de la presencia de Ellie, así que una vez que la vio frunció el ceño molesta entendiendo por qué Gil no se había dignado a comunicarse con ella—¿Quién
—¿Un par?—cuestiono Ellie sin creer en sus palabras—por favor, no me engañes, se nota a simple vista que no eres más que un mujeriego de oficio.Gil quiso sentirse ofendido, pero Ellie había dicho la verdad, él no era hombre para solo una mujer y si había tenido chicas especiales, había sido porque las conocía de años atrás o simplemente eran buenas en la cama, pero Gil aún no conocía a la mujer que lograra dominar sus ansias de salir en busca de otra chica y claro, no es que realmente se dedicara a eso, esa reputación se la había ganado con los años.—Puede que tengas razón, pero es un asunto que no te incumbe, solo has tu trabajo, así como lo hiciste hace un momento—replico Gil, algo incómodo por haber sido descubierto precisamente por ella, una bailarina exótica.—De acuerdo—se resignó a decir viendo que al menos esa tarde no obtendría nada de Gilbert. Pocos segundos después llego un mesero para retirarles los platos para servirles una especie de estofado de cerdo, el cual se veía
—No me siento muy bien—dijo Ellie cerrando los ojos tratando de soportar las punzadas que le aquejaban. Intento alzar la vista, pero incluso ese leve movimiento le causo malestar.—Será mejor que regresemos, no quiero que te desmayes en este lugar—expreso Gil levantándose, pero cuando Ellie intento hacer lo mismo, el dolor la regreso a su lugar—¿Te sientes tan mal?—Idiota—musito Ellie—si no lo recuerdas un imbécil me atropello ayer. ¿Cómo quieres que me sienta después de eso?—Perdona—expreso Gil recordando la tragedia que había ocurrido por distraerse—permíteme ayudarte.Avergonzado por su poca o mejor dicho nula comprensión, se acercó a Ellie y la tomo del brazo para después tomarla por la cintura como apoyo. El camarero que los atendía observo que la pareja necesitaba ayuda, pero al aproximarse Gil se negó con la cabeza, creyó que no era necesario hacer tal escena en ese sitio. Por suerte aquella chica que le había reclamado su infidelidad no había vuelto y sus amigas tampoco, per
—¿A que debo el honor de tu visita? —cuestiono Gil mientras vertia un poco de comida dentro de un plato hondo.Frente a él se encontraba su amigo Bruce, quien lucia un traje oscuro, el cuál había decidido combinar con una corbata roja con pequeños lunares blancos, además de un pequeño pañuelo colocado sobre el bolsillo del pecho. Daba la impresión de que había estado en algún reunión muy importante o simplemente se alistaba para acudir a una cita, la cuestión era que Bruce estaba inusualmente impecable.—Me pediste que redactará un contrato prenupcial—expresó su amigo mientras su mirada buscaba a su alrededor, al principio había tratado de ser discreto, pero había fracasado inútilmente.—¿Tan pronto?—expresó Gil dudoso mientras buscaba los utensilios para Ellie—pero sí aún no te he dado todos los detalles.—Lo sé, por eso vine, me faltan algunos detalles por llenar. Estaba cerca de aquí así que quise venir a visitarte—canturreo Bruce mientras avanzaba hacia Gil mostrándose casual, aun
—¿Quién diría que esta tontería me costaría tanto?—musito Gil aproximandose a uno de los sofás para dejarse caer, cruzo una pierna y coloco codo para apoyar su mentón sobre su puño. —Nadie te metió en este problema, fuiste tú solo, aunque me parece que aún puedes dar marcha atrás, no es tarde para... —Ni pensarlo, mi padre ya esta planeando una fiesta para anunciar nuestro compromiso—expreso Gil cruzándose de brazos. —Bien, si no piensas retractarte, entonces dime ¿Estás dispuesto a darle los cinco millones? Hubo silencio, uno incómodo porque Gil estaba enfadado no con Bruce o con esa chica, sino con él mismo, por no meditar las consecuencias de su mentira, pero ya había mentido lo suficiente para no echarse para atrás, así que al final dejo escapar un suspiro una vez tomada su decisión. —Si no tengo opción, prepara el contrato por esa cantidad, te haré llegar el cheque esta semana—indico Gil levantándose de su sitio para volver a la cocina, él juraba que había una bandera en don
—¿Tal vez debamos hacerte otra tomografía?—dijo el doctor Archer mientras examinaba las pupilas de Ellie— puede que tuvieras una lesión que el primer examen no pudo detectar. —¿Es grave?—cuestiono Gil desde el marco de la puerta donde había permanecido apoyado desde que el doctor Archer había llegado tan solo una hora después de llamarlo por teléfono para avisarle que aprovecharía su descanso para revisar el estado de salud de Ellie. —Cuando se trata de la cabeza, cualquier cosa podría ser de gran riesgo, pero no te preocupes, he visto estos síntomas en pacientes que han sufrido el mismo accidente, no hay nada de que preocuparse mientras sigan mis indicaciones y la paciente descanse hasta sentirse recuperada—dijo esbozando una sonrisa para animar a Ellie quien se había sentido preocupada por su salud y por supuesto mientras el doctor la revisaba, le había dirigido una que otra vez una mirada mordaz a Gil, ya que por su causa estaba así—¿Hay algún problema con que se quede un par de d
—No hace falta—dijo Ellie molesta, ya podía escuchar la voz de sus padres, culpándola a ella y solo a ella por aquel desafortunado accidente, no iba a darles motivos para sermonearla.—¿Estás segura?—quiso confirmar no quería tener problemas con el doctor Archer, si es que de alguna manera se enteraba.—Sí, por favor, no me molestes con eso, cambiemos de tema—dijo cruzándose de brazos, sin atreverse a mirar a Gil, no quería ni tenía porque darle explicaciones.—De acuerdo, si eso quieres. Necesito que me des tu dirección y una forma de entrar a su casa, para que traigan tus cosas aquí—indico Gil de pronto.—¡Espera! ¿Qué?—protesto Ellie—¿Como que aquí? ¿Para qué?—Seguro que los documentos para la compra definitiva de la casa, están por llegar, así que necesito algunos de tus documentos para hacer válido el documento.—Claro, pero no hay necesidad de quedarme aquí.—No sé donde vivas, pero seguramente es un cuchitril comparado con este lugar, así que no voy a permitir que mi prometida