—Una vez acordado el asunto, lo único que queda es firmar—dijo Bruce acercando el bolígrafo hacia los dedos de Ellie, ella lo miró un instante, aún estaba en shock por la cantidad que había visto escrita, pero hasta ahora Gil había cumplido con su parte, por lo que no dudo en tomar el bolígrafo y trazar su firma sobre el. Par de hojas donde estaba escrito su nombre.—¿Eso es todo? —cuestiono pensando en el otro contrato que había girado, aunque esta era el de la compra de la casa—¿O tendre que seguir firmando papales toda la semana?Bruce esbozo una sonrisa.—No, claro que no,aunque el último papel de falta por firmar, sería el de la acta de matrimonioGil se dejó caer sobre la silla giratoria de su oficina.—¿Entonces puedo irme? —solicito pensando en su amiga y en el tiempo que ya la había dejado sola.—La verdad quería discutir contigo sobre nuestra boda, por lo general son las novias quienes se encargan de la planeación, pero si necesitas ayuda podemos ver a un asesor o mejor aún,
—¿Y cuando se casaran?—preguntó Oliv impaciente.La relación de ambos iba demasiado rápido, por lo que supuso que tal vez lo que sostenía a la pareja era el sexo, puesto que su amiga había evitado a toda costa relacionarse con chicos en la universidad para no perder la concentración en sus metas, cosa que en realidad habían logrado las deudas, pero verla de la mano de un hombre tan importante como ese, lleno de orgullo a Oliv por su amiga.—Siendo sincero, tal vez en dos meses—aseguró Gil, lo que causó que Ellie lo mirara con desconcierto.—¿Tan pronto? —preguntó Oliv impactada—¿Porqué?—Pronto seré nombrado el CEO de la empresa que fundó mi padre, así que me gustaría adelantar la boda para poder disfrutar de nuestra luna de miel y volver para tomar mi puesto, de ese modo podré atender a mi esposa y mi empleo—expresó Gil con orgullo.Oliv se quedó en silencio meditando sus palabras, si bien no le agradaba la idea de que se apresuraran a casarse, le reconforta la idea de que al menos s
Finalmente, llego el día de la boda, con una planificadora. Ninguno de los dos había tenido que mover un solo dedo para los preparativos, aunque si se habían dignado a checar su atuendo o mejor dicho, disfraz. Gil, había elegido un esmoquin negro, lo común que se usaba para ese tipo de eventos, aunque desgraciadamente, le tocaba ser el novio en esa ocasión. Ellie por su parte había sido acompañada por la Weeding Planner a la prueba de vestidos y si hubiera sido por ella, hubiese elegido el primero que vio, pero para su mala suerte, esa Weeding Planner había invitado a su amiga Oliv, por lo que aquella tarde se volvió tediosa y larga, para que al final hubiese elegido un vestido de encaje, largo y de escote pronunciado que a su amiga le había fascinado y no iba a ponerse a discutir con Oliv respecto a sus gustos, los cuales Oliv conocía bien. Ella si hubiese elegido ese vestido si tan solo su boda fuera real y estuviera enamorada de su esposo. Ella, estaba parada justo en el pasillo
Ellie trago saliva mientras trataba de prestar atención al sermón del sacerdote, pero su razonamiento no alcanzaba a comprender lo que estaba sucediendo, era como un sueño o quizás una pesadilla de la que no podía despertar y en la que no podía gritar para pedir ayuda y así, en silencio, soporto una ceremonia de más o menos una hora.Gil, por su parte había pasado esa hora en total y completa calma, ahí no había nadie que pudiera quitarle esa tranquilidad, ni siquiera Ellie, a quien le sostenía la mano, pero a diferencia de él, ella estaba nerviosa. Cuando el momento en que ambos debían verse de frente para decir sus votos, ninguno de los dos había pensado en ello y la verdad ni siquiera les importaba, así que fue el padre quien les ayudo a decir un voto simple, pero memorable, solo basto un "Te amo" para que la gente soltara un suspiro al unísono, pero debido a su falta de afecto, el padre de Gil comenzó a sospechar que algo estaba sucediendo en la relación, quizás una discusión o s
—Gil—escuchó una voz masculina muy cerca de él, demasiado cerca, por lo que retiro su mano de su frente para poder observar de donde provenía y al hacerlo se encontró con el rostro de su progenitor. —¿Qué sucede? —dijo perezoso con la intención de volver colocar su mano sobre su cabeza para poder cerrar los ojos y tratar de conciliar el sueño sobre su sofá de piel que había mandado a realizar a la medida y por supuesto, ortopédico para cuidar que sus músculos y articulaciones no se atrofiaran solo por dormir de vez en cuando en su sofá cuando llegaba exhausto de algún viaje y prefería reposar ahí que en su cama. —Debemos hablar—le exigió su padre frunciendo el ceño, esa expresión lo hizo detenerse, era claro que detrás de ese severo gesto había alguna intención diabólica—no puedes seguir viviendo de esta forma. —¿De qué hablas?—cuestiono sin comprender a que se refería su padre. —A esto—indico abriendo sus brazos para mostrarle a su hijo su entorno, pero cuando Gil miro de reojo so
—¿Qué le parece Ginger Bennet?—sugirió su asistente personal, Mason Ford. Un joven apuesto y organizado, el cual llevaba trabajando para él más de tres años. Al principio había sido demasiado difícil poder congeniar por el simple hecho de que se trataba de un hombre, Gil se había acostumbrado tanto al servicio femenino que la presencia de Mason le resulto un tanto incómoda, pero conforme paso el tiempo se dio cuenta de que era muchísimo más eficiente que una mujer, ya que por alguna razón Mason se había dedicado a cumplir y satisfacer cada orden y capricho suyo y por ello, algún tiempo comenzó a creer que era gay, no era posible que un hombre conociera cuál era su postre favorito y tampoco que le gustaba disfrutarlo cada viernes por la tarde como una pequeña recompensa por su esfuerzo en el trabajo, pero aquel pensamiento desapareció cuando escucho rumores respecto a Mason, en los cuales lo involucraban en uma fiesta que había terminado en un trío con dos secretarias. —Oh no por fav
Ellie Milton caminaba con prisa por el callejón mientras se quitaba el abrigo que llevaba encima, ya no tenía tiempo para llegar al camerino, así que solo le quedaba comenzar a desvestirse mientras llegaba, no era la primera vez que le pasaba, pero nunca se había animado a quitarse la ropa en la calle, eso solo lo hacía en el club.Era bailarina en un centro nocturno, tenía su propio cubículo sobre la pared para que los clientes pudieran observarla y ella pudiera moverse sin temor a que ningún loco la atacara como había escuchado que les llegaba a ocurrir a las bailarinas titulares, las que tenían su propio show sobre el escenario, pero Ellie no pensaba llegar más allá de donde se encontraba.Ella solo se desempeñaba como bailarina exótica porque necesitaba el dinero para pagar las cuentas, los servicios de gas, luz y por supuesto, su cuenta universitaria, ella estudiaba enfermería, pero después del primer semestre, se dio cuenta de que sola, no podría pagar la universidad por lo que
Gil admiraba la vista, pero no la que ofrecía el rascacielos en el que se encontraba, sino las curvas de una chica que llevaba puesto un vestido negro largo, aquella mujer debia saber que sus curvas atraían al ojo masculino en busca de una conquista, pero en medio de aquella cena distinguida, nadie se atrevía acercarse, solo a observarla.—¿Quién es esa chica?—pregunto Gil a su mejor amigo Bruce Glen, él se desempeñaba como abogado en una firma prestigiosa de New York y al igual que Gil, era un mujeriego con aires de grandeza que ya había pasado por diferentes camas y hoteles.—Mmm—medito mientras buscaba en su cabeza el nombre de la chica—me parece que se llama Samatha Dunn o Duff, la verdad no lo recuerdo.—¿No lo recuerdas?—pregunto Gil un tanto escéptico, era una mujer increíblemente sexi, cabello castaño, delgada, alta y esa era la descripción del tipo de chica que solía frecuentar—¿O no me quieres decir? ¿La estas apartando para ti?—No, claro que no—expreso Bruce burlándose de