Capítulo 11: El escape

—¡Señora! ¿E-está bien? —titubeó Delia, al ver que Mónica corría con torpeza escaleras arriba.

Se detuvo cuando notó que su amiga la estaba esperando al final de la escalera, contuvo las ganas de llorar después de haber pasado tremendo susto gracias a Rafael.

No tenía ni idea de que David lo dejaba entrar a la mansión cuando quisiera, ¿así era el poder que tenía sobre él?

—D-Delia, rápido —Agarró su brazo y la arrastró de camino a su habitación.

Ambas caminaban a pasos rápidos, Mónica ya tenía todo el dinero guardado en su bolsito y estaba dispuesta a escapar ese mismo día.

Entraron al cuarto y cerró la puerta con seguro. Tomó las manos de Delia, la miró con agonía porque le dolería dejarla atrás y tener que despedirse.

—Sus cosas están listas… Le empaqué lo necesario, incluyendo el almuerzo —Acomodó un mechón de cabello desordenado en Mónica—. Puede irse, mi señora. Yo siempre rezaré por usted y su pequeño.

—¿Por qué no vienes conmigo? Hay dinero suficiente, Delia…

La mujer n
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