Dalila Por un segundo veo que duda. Como si hubiese planeado esto por un buen tiempo, pero ahora que lo tiene que hacer, ahora que tiene que admitir no sabe si ha sido lo correcto… ese es el instante que yo aprovecho. Estoy cansada de ser la víctima aquí y si hay una mínima probabilidad de que él no me crea, de que él simplemente sospeche que yo he estado con otro, estando casada con él... la Dalila de ahora o la Dalila del pasado... es algo que mi corazón simplemente no puede aguantar. —No te preocupes Lucas, te lo voy a poner muy fácil, yo me voy de aquí... — digo y salgo de su estudio —¡Señora, por favor! — escucho que Victoria me llama caminando apurada detrás de mí pero yo sigo adelante. —¿Esto es lo que querías? ¡Hombre tonto y ridículo!— escucho que Octavio le recrimina, pero Lucas no viene hacia mí ni dice nada ni me detiene, y entiendo que él está de acuerdo con esto. Voy directamente a mi cuarto y empiezo a sacar una maleta y meto mis cosas, básicamente a los golpes
Dalila Años atrás—Por supuesto que lo convencí de que lo escondiera, aunque el abogado es complicado, sabes que era bastante fiel a tu padre— decía el señor Winston lo escuchaba a través del estudio de mi padre. Él por momentos se creía que era parte de la familia y que tenía derecho a todo lo que estaba aquí, pero estaba completamente equivocado. —No te preocupes, es un viejo que debe morir dentro de poco y ya nadie se acordará de esto— escucho la voz de mi hermana. Habían pasado ya meses de la muerte de mi padre y había estado sometida por ella a su voluntad y estaba completamente cansada. Sin mencionar que Claudia quería casarme y entregarme como si yo fuera una cosa.Yo no podía aguantar más esto, tenía que huir o salir de aquí como sea, tenía mucho miedo pero a veces hay que tomar decisiones difíciles que nos van a beneficiar en el futuro. No podía permitir que me vendiera como si yo fuese una vaca. —Mientras ese testamento exista va a haber problemas para hacer todo lo que
Lucas —Señor por favor... ¡Apesta a alcohol!— decía Octavio de forma molesta, mientras recogía papeles y demás cosas que habían quedado dispersas en mi estudio. Prácticamente no había salido de aquí desde que ella se fue. Pocas veces había ido a mi cama, y muchas noches me encontré dormido con la cabeza sobre el escritorio. Era deprimente y denigrante, lo sé. —Vamos, señor... ya es todo lo hemos vivido y sabemos cómo termina. Con usted más amargado que nunca… si es posible— dice mi asistente revoloteando a mi alrededor y les confieso que tengo ganas de sacarlo prácticamente a patadas de aquí. Aunque tiene razón, yo ya tuve mi terrible racha cuando pensé que ella me había dejado, cuando realmente se perdió. Fui un fantasma desgraciado por un año. —Por favor Octavio... si vas a estar por aquí para decirme "te lo dije"...—le digo con una voz ácida. Por supuesto que sabía que tenía que habérselo contado antes. Siempre en nuestro matrimonio hubo tantos secretos, pero ahora, con s
Dalila —Demonios Dalila… hablo en serio cuando te digo que lo he visto bastante mal. Y lo peor es que yo sé que tú lo amas, así que... ¿Para qué seguir con este show?— me decía Carter por teléfono. Me había hostigado ya hace varios días desde que se enteró de que Lucas y yo nos habíamos separado momentáneamente. Por alguna razón estaba molesto, y se lo estaba tomando bastante personal, supongo que por la propia relación con su esposa. Honestamente yo no quería explicarle las razones de nuestra separación. Me daba vergüenza, ¿qué iba a pensar de mí? ¿Qué decirle? Hola… es que mi esposo piensa que estuve con otro y, para remate, me embaracé. —Es simplemente que hay cosas que son difíciles de perdonar... y a veces creemos que conocemos a alguien y resulta que… era todo distinto. Creo que tenía una idea que no resultó ser…— le digo derrotada y él se quedó callado por un momento. —Créeme que sé sobre perdonar y desencantarte con alguien. Pero yo he sabido de ustedes, cada quien por su
LucasCreo que tenía tiempo que no me sentía tan nervioso. Parecía que fuera a enfrentarme a uno de mis clientes o va a cerrar un negocio complicado. Ni siquiera cuando me enfrentaba a Claudia o a su difunto padre me sentía de esta manera. Realmente solo podría provocar esto ella y nadie más. Y dentro de todo, la idea me agradaba, mi esposa tenía una gran influencia en mí. —Señor Dantes... qué maravilla verlo aquí en el evento... habíamos pensado que quizás no iba a estar— me decía una de las dueñas de una empresa nueva que estaba avanzando muy bien en los negocios. —Ohhh… yo finalmente me decidí a venir, es una causa que me importa mucho— decía intentando ser cordial mientras caminaba hacia la entrada para encontrarme con ella. —Es verdad, hacía un tiempo que no venía este evento de caridad... si mal no recuerdo la última vez que vine, aún estaba soltero— decía otra mujer que no sabía ni de dónde había salido. Todas lucían con vestidos muy elegantes y yo intentaba poner una sonri
DalilaPrimero lo encuentro rodeado de mujeres, y ahora esta atrevida lo persigue ¡Casi lo tocaba! ¡Descarada!¿Qué le pasaba a las personas hoy en día? No había respeto de ningún tipo. Lucas se ve preocupado y sin saber qué hacer, y yo me acerco mientras Mabel me mira como si yo fuese una basura en el piso. —Perdóneme, señorita Ferrero... pensé que este buen hombre había entendido por fin que podía jugar en las grandes ligas— dice ella dándole una mirada apreciativa a mi esposo, concentrándose particularmente en su pecho y en cómo le queda el magnífico traje que tenía puesto. —Señora Dantes... querrás decir— menciona él con acidez. Ella nos da una risita, mientras se acerca a él y se muerde el labio. Tiene un vestido casi transparente que deja muy poco a la imaginación. —Mil disculpas... —dice ella y se va, contoneando sus caderas. Obviamente que no son disculpas sinceras, todo lo contrario, está sumamente contenta de haber hecho el mayor daño posible. Yo estaba que me daba un a
Lucas No sabía si toda la situación que estábamos pasando, la pelea, la discusión, me enloquecía o me encendía. Pero finalmente saber que ella tenía celos del resto de las mujeres, aun cuando yo no iba a tener nada con ellas, prácticamente me volvía loco. Reconozco que la había llevado a esa sala para que habláramos, quizás besarnos y hacer las paces, pero habíamos terminado tocándonos de forma salvaje. Ella pasaba sus manos por mí, abriendo mi camisa, mordiendo mi hombro y yo no podía controlarme más. Mi objetivo, mi único objetivo era hacerla venir varias veces, que gritara mi nombre cuantas veces fuera posible. Demonios... si los demás los escuchaban, hasta mejor. No quería que quedaran dudas de que ella y yo estábamos juntos. —Lucas... por Dios— gritaba ella mientras yo iba con fuerza en ella, cada vez más. Estaba determinado a poseerla. Que ella entendiera que no había nadie más. Ella decía que las mujeres me veían pero yo también había visto como otros posaban sus ojos en
Lucas —No sé qué tienes mi amor, lo juro que no sé... pero estás increíblemente fogosa. Ya no sé si debo quitarte el vestido o no... todo lo que haces me enloquece— le digo entre besos. Llegamos al departamento prácticamente a tropezones. Me gustaba la idea de que estuviéramos en otro lugar, en otro espacio, ahora seguros y dónde podría dedicarme a hacer lo que quisiera con ella. Sin pensar que nadie nos está viendo ni preocuparme por algún ataque. Podía entregarme completamente a tocarla y a besarla y hacerla mía una y otra vez. —Todos estos días he sido miserable sin ti... — dice entre susurros mientras yo decido que efectivamente deberíamos hacerlo en otro lugar, y la llevo al baño. Tenemos muchas propiedades en la ciudad pero por supuesto, le dejé la mejor. El departamento era grande y acogedor y el baño particularmente especial. Había una regadera con un vidrio transparente donde tendríamos muchísimo espacio. Yo me desvisto en tiempo récord, y mientras voy abriendo la l