Mientras espero, entro en Google para buscar una agencia de bienes raíces. Desde ya necesito buscar una casa para mudarnos. Lo más lógico sería pedirle opinión a ella, pero tengo que adelantarme un poco y tener opciones.Agrego varios números telefónicos y creo que si firmamos enseguida el contrato también debemos aprovechar de ir a ver las propiedades.Quince minutos después la veo enfundada en unos jeans ajustados, una camisa color rosa pastel y sus cómodas zapatillas negras. Trae un pequeño morral colgado sobre el hombro y entra sin decir una sola palabra.Ahora parece que se encuentra de mal humor y espero no ser yo el causante de ello.Piso el acelerador para ir al encuentro del abogado. El camino se hace corto, ya que decidí encender la radio para hacer el ambiente un poco más ameno.Estaciono el auto y bajamos para ingresar al edificio. Como es costumbre, cada vez que vengo a este lugar tenemos que hacer el registro. Esperamos unos pocos minutos para que nos entreguen la creden
Horas más tarde, después de ver varias casas y varios departamentos finalmente optamos por una casa pequeña. Queda en un lugar céntrico que a los dos nos parece perfecto. Por la ubicación de nuestros sitios de trabajo quedan a solo media hora. La casa es acogedora, consta de tres habitaciones con baño cada una, sala, cocina, un lavadero y un pequeño jardín en la parte trasera donde fácilmente podemos tener un perro. —¿Te gusta este amor? —preguntó mientras le atraigo a mi lado y beso su cabeza. —Sí, es perfecto cariño. —dice entre dientes y estoy seguro de que hasta quiere patearme las bolas por la forma en que la estoy agarrando, pero no lo puede hacer nada, hay que disimular ante el agente. —Entonces que sea este. La dejó sola para que haga otro recorrido, hay algunas cosas que hay que comprar, ya que no se encuentra totalmente amueblado, pero eso es algo que se lo voy a dejar a ella. Sigo al agente hasta la mesa que se encuentra en la sala y coloca la carpeta con el contrato.
Sabrina Luego de dormir por una hora y media me siento en el borde de la cama. Sé que el idiota de mi futuro esposo por contrato se encuentra en la sala viendo televisión. Lo sé porque hasta acá se escucha el sonido. Me levanto con toda la calma del mundo y entro al baño para darme una ducha. Cuando salgo me coloco un vestido fresco y me calzo unas zapatillas. Aplico un poco de maquillaje para tapar un poco las ojeras y el rostro demacrado que me he ganado últimamente por tanto trasnocho. Cuando estoy lista camino por el pasillo para llegar hasta la sala y vaya que me sorprende ver el televisor encendido y al espectador profundamente dormido con la boca abierta. A veces pienso que en vez de tratar con un hombre lo hago con un niño, este hombre es todo un caso y serán muchas las cosas que vamos a aprender el uno del otro en este año. Me acerco para despertarlo, quisiera gritar en su oído, pero eso sería provocar que se quiera vengar de mí por lo que le hice. Además, es un acto tota
Despierto con un intenso dolor de cabeza, intento levantarme, pero unos fuertes brazos me lo impiden. Al girar mi rostro me doy cuenta de que Rodrigo se encuentra mucho más cerca de lo que debería. Coloco las manos sobre su pecho y lo separo para poner distancia entre los dos. —¿Qué paso? —pregunto aturdida con todo dando vueltas a mi alrededor. —Pasa que te desmayaste y ahora nos encontramos en el hospital. —se encoge de hombros restando importancia a lo que acaba de decir—. Tranquila, no estás en tu lugar de trabajo, preferí traerte a otro lugar. —Al fin estás empezando a usar el cerebro. —elevo los brazos en dirección al cielo—. Fuera de juego te agradezco, si me hubieses llevado a la clínica ya estarían todos preocupados y armando un revuelo. —De eso no te quepa la menor duda. —sonríe mientras niega con un leve movimiento de cabeza. —¿Qué ha dicho el médico que me atendió? —interrogo queriendo saber el motivo de mi desmayo. —Te hicieron unos exámenes. —frunce el gesto—. Mi q
—Todo listo, ya nos está esperando.—Me asombra tu eficiencia esposo. —digo con sarcasmo.—Te das cuenta de que eres tú la que empieza, luego no te estés quejando.Pisa el acelerador y vamos camino hasta el consultorio donde atiende su amigo.Minutos después llegamos a lo que parece una quinta. Rodrigo estaciona el auto y nos bajamos para ingresar.En la entrada donde se supone que es la sala de recibo se encuentra la recepción.—Buenas tardes, ¿En qué les puedo ayudar? —saluda la chica con amabilidad.—Tenemos cita con el doctor Bustamante.—Tomen asiento por favor ya los anuncio.Nos sentamos en unas sillas que se encuentran a un lado y agradezco que estás sean acolchadas. No me lo están preguntando, pero me duele el trasero. Seguro al desmayarme tuve que darme un golpe.Agarro unas revistas de maternidad que hay en la mesa de centro y me distraigo viendo el proceso del embarazo.—Vamos ya es hora de entrar. —toca mi hombro llamando mi atención.Dejo la revista en donde estaba y lo
La felicidad que Rodrigo siente le dura poco. Todo es hasta que nos encontramos en el exterior de la quinta y me suelto de su agarre quitando mi cartera y los papeles. —¿Qué fue todo eso? —reclamo—. No tenías por qué besarme ni mucho menos tomar atribuciones que no te corresponden. —Lo siento, pero no lo pude evitar. —pasa una por su rostro—. Prometo que no va a volver a pasar. —Más te vale que cumplas tu promesa, de lo contrario voy a tener que tomar medidas drásticas. —enarco una ceja mientras guio mi mirada a su entrepierna. —No serías capaz. —Pruébame y veremos los resultados. Con esas últimas palabras entro al auto sin esperar a que abra la puerta. Al rato ingresa y salimos del estacionamiento rumbo a mi departamento. Ahora solo queda esperar para casarnos y hacerle frente a todo lo que se nos viene encima. Después que me deja en la comodidad de mi hogar, se puede decir que por fin voy a descansar. Camino hasta la nevera para sacar una jarra de jugo de naranja y unas gallet
MauricioLos días han pasado y con ello va creciendo más la angustia y la desesperación al no saber como se encuentra mi reina. He pasado por momentos difíciles, unos en los cuales he querido dejar todo tirado y simplemente desaparecer de la faz de la tierra.La agonía es mucho peor al no obtener respuesta de parte de ella. He mandado infinidad de mensajes, notas de voz e incluso llamadas que no responde.Sé que debemos aclarar las cosas, pero conociéndola no será fácil, puesto que son temas que deben ser tratados única y exclusivamente en persona.Salgo de mis pensamientos cuando soy interrumpido por una voz familiar y que he venido escuchando diariamente las últimas semanas.—¿Cómo se encuentra Dr.? —irrumpe la chica sin tomarse la molestia de tocar la puerta antes de entrar.<
Despierto por la terrible punzada que amenaza con romperme la cabeza en dos. Abro los ojos poco a poco tratando de acostumbrar la vista a la luz que se encuentra atravesando por las ventanas. Mis sentidos se ponen en alerta al darme cuenta de que esta habitación no es la del hotel en donde me he hospedado desde hace semanas.Poco a poco me voy sentando y finalmente, me siento en la orilla de la cama, tomando mi cabeza entre mis manos, mientras mis codos reposan sobre mis piernas. Tengo que cerrar los ojos, ya que el ardor en estos es terrible, de repente siento algo extraño en mi cuerpo y es por eso que inmediatamente abro los ojos poniendo en alerta mis cinco sentidos. Retiro la sábana que cubre parte de mi cuerpo y mi sorpresa es grande cuando me percato de que me encuentro totalmente desnudo.«¿Qué carajos es esto?», los latidos de mi corazón se aceleran de