Irina. ¿Cómo fue que dijo? ¿Acaso escuché bien? ¡Por supuesto que sí! ¡Ay maldito seas Yuri Kozlov! ¿Cómo se atreve? — Eres un idiota cuando te lo propones ¿Lo sabías? ¿Cómo se te puede ocurrir espiar mi vida privada de esa forma? — Sí admito que soy un idiota pero no me grites de esa forma. No te espíe solo… — Solo ¿Qué? Me seguiste e investigaste acerca de con quien estaba saliendo en ese momento. Yuri eso está mal. Sé que probablemente estábamos acaparando la atención de todos porque nos estaban mirando con sus caras llenas de sorpresa, pero ¿Cómo callarme después de saber esto? Yo estaba consciente que Yuri Kozlov era capaz de muchas cosas, pero jamás me creí que fuera a seguirme como para saber cosas tan particulares de mí y mis relaciones. — Irina me gustas desde la primera vez que te ví, mi hermana es tu mejor amiga y fue una de las razones por las que no podía acercarme a tí. Después al conocerte más me dí cuenta que no podría permitir que formaras parte de esta vida, es
La organización para la boda ya estaba terminada, la familia ya se encontraba en la casa, los más mínimos detalles también ya se habían resuelto. Todo parecía estar listo para que los dos diéramos los pasos hasta el altar y finalmente nos dijéramos el sí quiero frente a todos nuestros seres queridos. Estaba muerta de los nervios, a pesar de haber sido parte de cada decisión, de estar acompañando a todas las mujeres para ver todo lo relacionado para esta noche. Parecía no estar lista y no creer que finalmente se cumpliría, una cosa fue decirlo y otra muy distinta es vivirlo. Estaba muy segura que cuando llegara el momento estaría más que preparada y lo estoy, pero eso no me quitaba los nervios que sentía porque hoy daría el sí para toda la vida a un hombre que me había cautivado como nunca antes nadie lo había hecho. Mi gran miedo, ese del que había estado huyendo por mucho tiempo porque mi madre no paraba de recordármelo, hoy finalmente se cumpliría. Alessio me había prometido que
— Alessio respira, respira. No entiendo por qué estás tan nervioso. — ¿No lo entiendes madre? ¡Me voy a casar! ¿Te parece poco? — No, pero amor. Sabes que esa mujer se muere por tí, han apresurado esto porque justamente ya no quieren estar un día más sin ser esposos finalmente. No comprendo cuál sería el problema si es que la hay. Mi querida madre siempre tan despreocupada como si no conociera a la madre de los Kozlov. Ahora comprendía muy bien las razones que había tenido Lena de irse de casa por no tolerar a su madre, esa mujer era el mismo diablo en persona. ¿Cómo es que Yuri toleraba a su madre susurrándole en el oído todo el tiempo? A pesar de que Elena le había dicho que en realidad Yuri no sufría las mismas imposiciones que ella, no podría tolerar a alguien que intervenía en cualquier decisión que se tomaba. Desde que esa mujer apareció aquí no hacía otra cosa más que cuestionar todo. Había criticado hasta detalles de la boda que solo incumben a la novia, fue cuando agrade
Los gritos, los aplausos y los llantos no pudieron faltar. En el mismo momento en que el sacerdote nos declaró marido y mujer todos nuestros invitados se pusieron de pie para festejar con nosotros la gran felicidad que sentíamos en nuestro interior. Alessio había derramado unas lágrimas durante la ceremonia y no había visto algo más tierno en mi vida, saber que se encontraba así de emocionado por casarse conmigo me hacía dichosa. Pero ahora era mi momento, ahora era yo quien no podía dejar de llorar por la inmensa felicidad que sentía en mi interior. — Felicidades hermanita, estoy tan feliz por tí. — Gracias Yuri. Si no hubiera sido por tí hoy no tendría un esposo como él. Ambos nos reímos por mi comentario conociendo muy bien la historia detrás. — Hija, felicidades. Te damos la bienvenida oficialmente a la familia D’Angelo. Ya sabes para lo que necesitas puedes contar con todas nosotras en la familia. — Muchas gracias Annalisa. Fue así que todos los invitados poco a poco fuero
— ¿Estamos todos listos? — pregunta Alessio ya bastante apurado por querer largarnos de aquí. — Ya estamos — contesta Filippo trayendo sus maletas. — Seremos 6 personas cuidando de ustedes en todo momento, allí nos esperan unos guardaespaldas más que contratamos de una agencia que nos seguirán de lejos, están informados quienes somos porque se trata de un socio nuestro el dueño de la agencia. — ¿Irina aceptó venir? — pregunto porque no la veía por ninguna parte. — ¿Ella también irá? ¿Y eso por qué? — pregunta Yuri bastante perturbado al escuchar la noticia. — Acompañará a Filippo, no quisiera que pasaran mucho tiempo alejados por culpa nuestra teniendo en cuenta que se dieron una oportunidad. ¿Acaso hay algún problema hermanito? Yuri no sabía con certeza para donde mirar porque de repente todo su rostro se había tornado de todos los colores. Estaba enfadado, confundido y no lo quería demostrar pero mi querido hermano no era muy bueno ocultando sus emociones. El que parecía estar
Alessio me había sorprendido con nuestro destino, Grecia es un país que siempre me había llamado la atención pero que hasta el momento no había podido venir. Un lugar realmente hermoso y muy romántico, especial para una luna de miel, me encontraba realmente emocionada. Por supuesto mi marido el controlador y mi hermano no habían querido correr riesgos por lo que nos instalamos en una villa privada en vez de un hotel. No me importaba en realidad porque lo disfrutaría incluso mucho mejor, ya que la privacidad que nos ofrecía tener un gran lugar como este solo para nosotros era único. Apenas llegamos a la casa y antes de siquiera acomodarnos, Alessio me pidió que le avisara a mi hermano que ya nos encontrábamos aquí. Mientras tanto él vería con sus hombres la protección del lugar ya que, a pesar de habernos “escapado” del radar de nuestros enemigos era muy probable que nos estuvieran buscando y nadie descarta la idea de que nos puedan encontrar. De todas formas yo no quería pensar en
— ¿Qué quieres hacer hoy? — ¿Qué me dices de ir a la playa? O quizás alguna excursión. — Me gustan ambas ideas, pero haremos lo que tú quieras hacer. Habíamos pasado el día anterior en la casa acomodando nuestras cosas y descansando luego del viaje tan agotador y los preparativos de la boda que habían dejado a Elena rendida ya que habían sido un cúmulo de estrés constante a pesar de haber recibido mucha ayuda. Pero para hoy quería pasar un tiempo a solas con ella, disfrutar del lugar tan maravilloso que teníamos y quería disfrutar de su compañía. Había elegido Grecia porque sabía lo perfecto que podía llegar a ser este lugar, lo pacífico y paradisiaco. Lo había visitado hace mucho tiempo atrás en un viaje familiar, luego había venido por mi cuenta en una escapada junto con Filippo aunque en ese entonces había estado en mi época en la que vivía sin importarme básicamente nada más que el placer. — Me gustaría ir a la playa, quiero broncearme y beber un cóctel sin preocupaciones ni
Nos encontrábamos los dos acurrucados en la cama mientras observamos el techo sin decir nada más que escuchar nuestras respiraciones agitadas luego del encuentro tan pasional que habíamos tenido. Realmente estaba sin palabras, Alessio se había comportado de la mejor forma, había sido tan tierno, dulce y amoroso conmigo. No podía ni tan siquiera expresar la forma en la que me siento porque me encontraba más que extasiada. Esto se había tratado de la mejor experiencia que había tenido en mi vida, jamás me había logrado sentir de esta forma y mucho menos haber sentido todas esas emociones juntas. Realmente sentía como si hubiera encontrado mi lugar en el mundo. — No se que decir — digo mirando a los ojos a Alessio. — No digas nada, no es necesario. Fue simplemente increíble. — Estoy tan feliz de haber dicho que sí y hoy ser tu esposa. — Y yo soy feliz de que lo seas. Estuvimos un buen rato recostados en la cama, el vaivén de las aguas en el yate lo hacía aún más increíble y el sile