Mañana subiré 3 capítulos. Gracias por el apoyo!!! 🤗💚🌹
—¿Un trato? ¿Verme únicamente a mí? —recalcó Cassandra, sin poder ocultar la sorpresa en su rostro. —No te preocupes. Rechacé. No voy a permitir que te veas con esa mujer, ya una vez hicieron un trato que por poco me quita la vida y… —Lo haré —lo interrumpió la mujer rubia—. Quiero verla. Vamos a la mansión. —No —volvió a rechazar él de inmediato, su expresión fría—. Es arriesgado, ya has pasado por muchas emociones hoy, Cassandra y no quiero… —Dije que LO HARÉ Angelo, ¿qué parte no te queda clara? —se cruzó de brazos la mujer con porte imponente, interrumpiendo nuevamente al señor Fiorentino. —¡Papi mío, mamá dijo que nos llevarías a un lindo parque a ver pajaritos! —se acercó Cristal, cansada de buscar al ave y no volverla a ver. Clara detrás de ella con una tímida sonrisa esperando la respuesta positiva de ese italiano. —¿Eso dijo? —sonrió él, volviendo a ver hacia Cassandra—. Entonces, así será. Su cumpleaños es a finales del próximo mes. Las llevaré de viaje. —¡SI
✧✧✧ En la mansión del señor Fiorentino entrada la noche. ✧✧✧ Cassandra salió del cuarto de baño, con la bata de baño blanca atada su cintura y comenzando a quitarse la toalla en su cabeza, encendió la secadora inalámbrica, comenzando a sacar su rubia cabellera. Sus ojos dorados veían a los alrededores, los colores claros iluminados por las luces blancas daban aún más claridad a la cómoda y espaciosa habitación del señor Fiorentino. Aún no se hacía a la idea que la compartirían como si estuviesen casados, según el trato que tenían, ella era nuevamente su mujer, su futura esposa. Pero, aunque la situación no se dio de cuento de hadas, era un acuerdo mutuo no forzado y… No podía evitar sentirse un poco feliz. Cuando apagó la secadora, dispuesto a comenzar a vestirse, escuchó el sonido de la puerta y los pasos acercándose que fueron opacados por el sonido de esa grave voz masculina. —¿Ya estás lista?, la m@ldita te está esperando, pero tampoco tienes que apresurarte si no qu
—¡¿Es en serio?! ¿A quién piensas herir? —preguntó Cassandra frunciendo el ceño, aún sentada en el regazo de ese hombre. —A nadie. Solo es para poner un límite y amenazarla, aunque ganas de dispararle sí tengo —respondió él fríamente, refiriéndose a Madeline. —Disparar… No, no se te ocurra hacer una estupidez, Angelo. —No lo iba a hacer, ya te lo dije. Cassandra se levantó frunciendo el ceño, y se dirigió a la salida. —Espérame —fue él, tras de ella. ……….. Minutos más tarde. Cassandra ingresó a la habitación, una mesa y tras ella sentada, Madeline. La mujer rubia se sorprendió al verla esposada a la silla. De inmediato, volvió a ver a Angelo que había ingresado tras de ella. —¿Por qué está esposada? —Precaución, podría querer lanzarse sobre ti y lastimarte —respodió Angelo al instante, acercándose hacia Madeline, apoyó su mano en la mesa y se inclinó hacia ella—. No intentes manipular a mi mujer, eres una m@ldita muy astuta, pero, no te será suficiente si quieres
Angelo se sorprendió ante las palabras de Madeline. Cruzado de brazos con su espalda recostada a la pared del pasillo, en su oído tenía el audífono, cuyo micrófono lo había dejado adherido bajo el borde de la mesa cuando se acercó a Madeline y la amenazó. "Sus padres… ¿Es eso? ¿Podría ser lo que impulsa a Marco a seguir con toda esta locura?, ¿aún tiene algo con qué amenazar?" Pensó ese hombre detenidamente. "Pero si ese es el caso, ¿por qué aún no ha utilizado a los padres de Cassandra para amenazarnos?" ………… En el interior de la habitación. Cassandra suspiró con pesar. Sus lágrimas cayendo a torrenciales. La mujer rubia se levantó de inmediato, apoyando sus manos con fuerza sobre la mesa. —¡¿Vivos?! ¡Él dijo que estaban muertos! —No hablaré más. Dije que haría un trato contigo~ —sonrió altiva, Madeline— ¿Me ayudarán con mi libertad y el dinero que vale mi información? Cassandra guardó silencio por un momento. Limpiando sus lágrimas rápidamente con sus manos. —E
✧✧✧ Hace dos meses atrás. ✧✧✧ —Lleven a Emma de regreso a la finca. Él sigue en el hospital —hablaba Marco por teléfono, hasta que notó a Madeline y colgó. —¿Qué "Emma" Marco? ¿Acaso ese no es el nombre de la madre de la perra criminal? —preguntó Madeline sombría. Esa noche, Marco se encontraba en el jardín trasero de la mansión Fiorentino, iluminado por la tenue luz amarillenta de las farolas, clavó su mirada verde en esa mujer. Madeline, que lo había escuchado hablar por teléfono, de inmediato se atrevió a preguntar. —JA~ no. Solo preguntas tonterías, no sé qué carajos pasó con esa señora. —¡Oh, por favor! ¿Olvidas que tú y yo tuvimos muchos encuentros sexuales?, en más de una ocasión pensaste que estaba ebria y hablaste de más~ soy la única que conoce lo podrido que estás, ¿olvidaste la noche que lloraste frustrado en mis brazos con tu cabeza en mi pecho? —JAJAJA —Marco estalló en carcajadas, caminando por la acera hasta detenerse frente a Madeline—. ¿Yo? ¿Llorar? —di
✧✧✧ Un día más tarde. ✧✧✧ "Se supone que es hoy…" Pensó Evelyn Black, sentada en una silla del comedor. Con las manos temblorosas, sostenía una taza de té mientras sus ojos se perdían en la luz de la mañana que entraba por la ventana. De repente, escuchó pasos acercándose, y su corazón empezó a latir con fuerza. Su mirada se fijó en el hombre alto y rubio que se acercaba, irradiando una presencia amenazante. —Estarás aquí hasta nuevo aviso, esta será tu jaula —dijo él, con una sonrisa que destilaba malicia. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Evelyn. —¿Es en serio, Marco? —preguntó, tratando de que su voz sonara firme, pero el miedo la traicionó, y sonó más como una queja temblorosa. —Claro. Hablo muy en serio. Tendré hombres vigilándote. Si intentas escapar, te atraparán. Y tu hijo… morirá frente a ti. ¿Eso es lo que quieres, Evelyn? —dijo, con una frialdad que cortaba como un cuchillo, mientras ajustaba su elegante saco oscuro. Ella negó lentamente, sintiendo que su mun
Angelo estaba sentado al volante de su automóvil. Sus manos apretaban el volante con fuerza, mientras su mente se debatía entre la razón y el deseo. Miró por la ventana, viendo cómo el paisaje de la ciudad ese soleado día, se deslizaba rápidamente a su alrededor, sintiendo que cada kilómetro que lo alejaba de Cassandra era un peso más en su corazón. El recuerdo de su rostro, lleno de preocupación, lo sumergió en la culpa. Una vez más la iba a hacer sufrir. Una vez más hacía lo que él quería, sin tomar en cuenta otras opiniones. En su mente era lo correcto, entonces… ¡¿POR QUÉ CARAJOS LE MOLESTABA TANTO?! Un tormento que lo estaba devorando desde adentro, su corazón latiendo aceleradamente, su expresión sombría. ¿Realmente valía la pena? ¿Era el camino correcto para recuperar a la mujer que amaba? El señor Fiorentino, usó el comando de voz para llamar por teléfono a Antonio Rossi. El sonido del tono de llamada resonaba en el vehículo, cada vez más intenso, causándole
✧✧✧ En la ciudad de Miami. ✧✧✧ Evelyn miraba por la ventana del restaurante, donde el sol brillaba bañando su cabellera rubia. Desde ahí, podía ver la playa de Miami, con las olas y la brisa cálida. Pero todo eso no podía calmar el torbellino de emociones que sentía. La cita con Angelo era su esperanza, una oportunidad para hablar sobre el pasado y el futuro, para negociar y que él la ayudara a librarse de Marco. Sin embargo, el tiempo pasaba y el señor Fiorentino no se hacía presente. La mesa estaba elegante, con copas de cristal y flores frescas veraniegas, pero, su corazón latía rápido, lleno de ansiedad y tristeza, mientras recordaba los momentos felices que habían compartido antes del accidente e incluso antes de que él contraiga matrimonio. Alguna vez amó a ese hombre. La imagen de Angelo sonriendo aparecía en su mente, pero cada recuerdo le recordaba que él no estaba ahí. Evelyn se llevó una mano al pecho, sintiendo que le faltaba el aire. "¿Por qué no vino?" S