Capítulo 158: Mi consentida.

—¿Y si no me importa lo difícil que te resulte? ¿Y si soy egoísta y… no quiero que lo hagas? —susurró ella, aferrándose con fuerza a las sábanas, su voz temblando con desesperación.

Angelo se acercó a Cassandra, su rostro a solo unos centímetros del de ella, el aire entre ellos cargado de tensión.

—Entonces, pídemelo y no lo haré.

Cassandra levantó la mirada, sus ojos dorados brillando con incredulidad. Una de sus manos se apretó contra el cuello de la camisa de él, atrayéndolo más hacia sí. Tragando saliva, susurró con voz entrecortada:

—No lo hagas. No quiero… No la veas.

Fue en ese instante cuando Angelo la besó, un beso inesperado que tomó a Cassandra por sorpresa. Sin pensarlo, ella correspondió con fervor.

El miedo que latía en su pecho comenzó a desvanecerse. Su otra mano, que antes se aferraba a la sábana, ahora se deslizó hacia el cabello oscuro de él, atrayéndolo con fuerza.

Con movimientos aún más intensos de sus labios, ella se dejó caer sobre las almohadas blanca
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo