Ya ha pasado más, de un mes del nacimiento de la niña y, por lo tanto, es el fin de la cuarenta de Tatiana. Llega velozmente a su oficina, el apuesto turco Alí Hilghazh y se interna en ella, colocando muy ágilmente cerrojo. —Querida estás bellísima. —Gracias ¿Qué tienes? Te noto animado—pregunta Tatiana ante su excitación. —Deseo. —¡Alí! —exclama y de inmediato se sonroja. —Vamos Tatiana, me tienes a punta de besos, desde hace tiempo—insinúa sus ganas el turco. —Por favor. —Lo siento, pero no puedo más. Sin miramientos, el turco la toma entre sus brazos con mucho arrojo. Tatiana de inmediato, queda indefensa y prensada a él, vaya que le fascina. Ambos se besan salvajemente y Alí, la lanza en el gran sofá de su oficina. Por su parte Tatiana, no concibe ese deseo ambiguo, sino todo lo contrario lo anhelaba, esa sensación de saciedad, afirma que es inquebrantable. A tal punto, que se sesga con mayor fuerza hacia Alí. Hacen el amor, de una forma distinta dejando la monotonía de
Fin de semana. Verona. Casa de Alí. —Es muy bonita tu casa—manifiesta Tatiana de inmediato, con lo lindo del lugar. —Nuestra querida, ya te llevaré a conocer la que tengo en Roma. Sólo que está en litigio. —¿Litigio? —se maravilla Tatiana velozmente. —Si es un cuento muy largo. Pero, no te traje aquí para hablar de problemas y ni de trabajo, cariño. Si no para continuar, lo que pasó en el sofá de tu oficina—apunta el turco con picardía. —Alí, espera. No quiero una relación sólo de placer, tengo una hija y no me puedo conducir, por la vida como una adolescente—advierte Tatiana inmediatamente. Aunque la pasión, siempre le gana a la cordura. —¿Quién te dijo que sólo te quiero para pasar el rato Tatiana? —señala Alí con admiración. —Está bien. Confiaré en ti—se serena Tati. —No dudes, de lo que siento por ti. Es real y sincero. No es un sentimiento fugaz—afirma Alí. —Tú me gusta mucho y eres buen sujeto, un poco liberal, pero muy simpático. —En cambio, tú eres la mujer perfecta
Llega una exuberante, mujer morena muy atractiva a la empresa, se topa con Marlon en la entrada, quién la mira maravillado y Angelique lo observa a la distancia, con recelo. —Hola buen día. Vengo a una junta, soy una inversionista, mi nombre es Ferisha—indica la mujer sin dar mayores detalles de quién es. —Hola yo también, voy a la junta. La puedo llevar, hasta la sala de reuniones—se ofrece Marlon cortésmente. —Gracias tan amable—se va Marlon, junto con ella y a Angelique los celos la atacan. Prontamente, sale Marlon de la sala y se dirige, a su escritorio para saludarla. —Buenos día cariño. —Que tienen de buenos—contesta de mala gana el saludo. —Una por allí, ¿cómo que amaneció de malas? —musita Marlon con gracia. —Y uno por allí, amaneció tan amable. —¿No te entiendo? —se sorprende de inmediato. Desconoce su incomodidad. —Encima descarado, ¿le estás haciendo la competencia a Erick? —¿De qué hablas Angelique eres bipolar? —No me insultes, que te vi cómo le coqueteabas a l
Apartamento de Tatiana. La mañana siguiente, están junto con ella sus fieles amigos Dina y Matías. Tati por su parte, ha ignorado completamente a Alí, no atiende sus llamadas y muchos menos le ha abierto la puerta, cuando ha ido a su casa, para darle una explicación de lo suscitado con Ferisha. —El pasillo parece una floristería encanto—asienta Matías. —Ni se te ocurra Mati, ingresar un ramo de esos a la casa, ya hablaré con el conserje para, que los vote o los regalé—señala Tati, aún muy molesta con el turco. —Vaya qué desperdicio. Pero, si realmente el turco es casado, es un rufián de lo peor. Necesitas una limpia amiga, esa mala suerte tuya, en el amor no es fortuita. Más rara—Puntualiza Mati con jocosidad y Dina, se ríe ante el comentario. —Definitivamente, no tengo suerte y el amor no es lo mío. Me rindo—se advierte Tatiana poniendo sus ojos en blanco. —Por Dios Tati, debe de haber una explicación, no creo que Alí Hilghazh sea tan bajo. Lo conozco poco, recién se asoció con
Sube Marlon de nuevo al apartamento. Y mira fijamente a Angelique, quién llora con desconsuelo en el sofá. —Angelique por favor ¿Qué te pasa? Últimamente haces tormentas, por gusto y ahora mírate ¿Por qué lloras? —pregunta Marlon, al verla tan contrariada. —Es Por qué, no quiero perderte a ti también—señala Angelique llorando desmesuradamente. —¿Cómo? ¿Cuéntame qué te sucede? —Es muy difícil, para mí hablar de esto. —Me estás espantando ¿Dime que te atormenta? Sino no podré ayudarte—señala Marlon con serenidad. —Es que, no quiero espantarte y alejarte de mí. Eso me da mucho miedo y posiblemente, por eso actúe así contigo. Por qué realmente temo perderte. Tu eres muy importante para mí, lo único que tengo en la vida—expone con lágrimas en los ojos. —Angelique, jamás me perderás ¿Por qué dices que temes perderme a mí también? —Perdí a mi familia, mi papá murió, cuando era niña y mi madre me dejó con mi abuela, quién también falleció. Estoy sola, en el mundo Marlon. Desde que lleg
Apartamento de Tatiana. Fin de semana. Tal como lo advirtió Erick, fue con su madre para que, ésta conociera a la niña. —Está muy lindo tu apartamento—señala Mónica, con el rostro erguido a Tatiana, a quién casi saludo obligada. —Gracias—contesta Tati, con el mismo escepticismo, que ella le proyecta. De hecho, en la constructora Benzzinca, Mónica busca a toda costa de no toparse con ella, el único cambio en Mónica, realmente fue de oficio. Ya que, sigue siendo la misma, altanera y odiosa de siempre. —La niña está en su cuna—les indica Tatiana. —Ya vamos a verla—contesta Erick, mirando a su madre con extrañeza. —Adelante. En la habitación de Alessia. Mónica, se enternece de inmediato al verla y más, porque la niña es muy parecida a Erick. —Santo cielo, es idéntica a ti de bebé. Es bella, menos mal hijo—susurra Mónica a Erick, quién mira a su madre con humor. —En eso tienes razón, tiene un gran parecido a mí. —Mi nieta favorita, lástima que sea hija de esa. —Ni modo mamita.
Llega de improvisto Esteban, al apartamento de Tatiana y se consigue, con la grata visita del turco en la casa de Tati, quién se pasea en bata, como perro por su casa ¿Sacará a relucir su carácter siliciano? —Buenas tarde hija... —queda Esteban, sin palabras y mira con aprensión al turco, inmediatamente se va a internar en la habitación, sin antes saludar: —Buenas tardes señor, con permiso—saluda el turco, de lo más sonriente. —La niña, está con la niñera papá, por si quieres verla—busca Tati de persuadirlo. —Francamente Tatiana, que decepción tú no tienes arreglo, como es posible que metas de una, a ese tipo en tu casa, con tu hija y sin conocerlo bien por Dios ¿Eres primero mujer que madre? Por lo visto, pesa más tu calentura, muchacha inconsciente—la mira con mucha severidad y Tatiana, queda sin palabras. —Ay papá. No quiero sermones. —Es lo único, que saber hacer evadir. Voy a ver a mi nieta, ya estoy aquí y me voy enseguida. Si no te juro, que echo a ese tipo a patadas. Me d
Oficina de Tatiana. —Todo está muy bonito hija, pero no entiendo tu actitud Tatiana, dónde quedó lo que te inculcamos tú padre y yo—mira Amanda, a su hija con aprensión. —Ay mamá. Ustedes últimamente lo único, que hacen es reclamarme por todo, ya déjenme vivir. —Bueno, perdón que me meta. Pero, Tati date cuenta todo con el turco, se está dando muy rápido—mira Mati el sofá y recuerda lo del otro día. —¿Matías tú también? —¿Tatiana dónde quedaron tus modales? Tu padre está, muy decepcionado con todo esto—señala su madre, haciendo un llamado a la cordura. —Bueno basta, que pronto me casaré con Alí—enfatiza Tati, para que dejen de hostigarla. —¡Tan pronto y si apenas se acuestan! —exclama Matías. Tati y su madre, miran a Mati con asombro y éste se disculpa: —Lo siento. Pero, no crees que muy prematuro, para pensar en boda, más raro eso—señala Matías quién presiente, que las cosas con el turco, no se están dando nada bien. —Tatiana piensa en tu hija—señala Amanda. —En ella pienso