Oficina de Tatiana. Ya la piñata está a punto de reventar, los malestares están haciendo estragos en ella. Sin embargo, aun así, se dispone a trabajar. Ingresa Erick, repentinamente y Tatiana lo mira se reojos. —¿Cómo vas Tatiana? ¿Cómo está mi hija? Erickita—menciona sonriendo. —Ni sueñes que se llamará así—señala Tatiana con mucha seriedad. —Es mi hija también y tengo derecho a ponerle el nombre. —¿Qué se te ofrece Erick? —pregunta Tatiana, ante que se desvié del tema. —Vine a verlas, ¿acaso no puedo? —Estamos bien—responde con reserva. —Sabes algo Tatiana esto de la paternidad, aunque me sigue pareciendo extraño. No obstante, concibo que me gusta. Y más cuando tengo el presentimiento, que esa niña será idéntica a su padre. —¡Ni lo mandé Dios! —exclama Tatiana espantada. —Piensa lo del nombre—sugiere Erick. —No tengo nada, que pensar mi hija tiene uno, el cual le puse yo. —Nuestra hija—apunta Erick velozmente. —Lamentablemente así es. —Por lo visto, jamás me perdonarás
Días después... Se preparan, para darles la bienvenida a este maravilloso mundo, a la bebé de Tatiana y Erick, todos se hallan a la expectativa. En la clínica, está su familia junto con la de Erick, sin embargo, los grandes ausentes son Marlon y Mónica. —Hijo cálmate, le harás un hueco al piso—manifiesta Pierre a Erick. —Si hijo, estás muy nervios—Salvatore por su parte lo serena. Ahora Erick, es el más afortunado con sus dos papás. —No puedo papás—responde Erick con gracia a ambos. —Esperamos que todo marche bien, vamos a rezar a la capilla cariño—le dice Esteban a su esposa. —Está bien viejo. Vamos—responde Amanda. —Es más, deberían de venir todos conmigo—se miran las caras y no acuden, al llamado de Estaban. —Con razón el mundo se va a acabar, por personas como ustedes herejes de poca fe—reniega Estaban enseguida ante sus conductas. —Tranquilízate siciliano, yo los acompaño—señala Salvatore y se va con ellos. ***** Al cabo, de unas horas sale el doctor, para decirles: —
Tendidos en la cama mirando al techo. Marlon se encuentra muy satisfecho, después de todo el sexo desenfrenado, que acaba de experimentar al lado, de la bella Angelique y quién repentinamente expone: —No podemos seguir así. —¿Así como? Pero, estuvo increíble Angelique como siempre—señala Marlon con grácil asombro. —Ya está situación, es muy aburrida Marlon. —¿No te gustó? —No me refiero a lo que acabamos de hacer, sino a nosotros dos—indica Angelique con desconcierto. —Me confundes. —No te hagas Marlon. Yo quiero salir, divertirme, conocer lugares, hacer cosas nuevas. No sólo visitarte en tu cama o el la mía—reclama Angelique y lo mira con enojo. —Sigo sin entender—sigue Marlon maravillado. —En cambio, yo entiendo perfectamente que eres un idiota—se enrolla Angelique, en una sábana y se levanta de la cama muy molesta. Marlon se cubre y la sigue: —Quedamos, que no tendríamos nada serio, tu así lo decidiste y acepté. —Lo sé, pero me cansé—se contradicen Angelique velozmente.
Ya ha pasado más, de un mes del nacimiento de la niña y, por lo tanto, es el fin de la cuarenta de Tatiana. Llega velozmente a su oficina, el apuesto turco Alí Hilghazh y se interna en ella, colocando muy ágilmente cerrojo. —Querida estás bellísima. —Gracias ¿Qué tienes? Te noto animado—pregunta Tatiana ante su excitación. —Deseo. —¡Alí! —exclama y de inmediato se sonroja. —Vamos Tatiana, me tienes a punta de besos, desde hace tiempo—insinúa sus ganas el turco. —Por favor. —Lo siento, pero no puedo más. Sin miramientos, el turco la toma entre sus brazos con mucho arrojo. Tatiana de inmediato, queda indefensa y prensada a él, vaya que le fascina. Ambos se besan salvajemente y Alí, la lanza en el gran sofá de su oficina. Por su parte Tatiana, no concibe ese deseo ambiguo, sino todo lo contrario lo anhelaba, esa sensación de saciedad, afirma que es inquebrantable. A tal punto, que se sesga con mayor fuerza hacia Alí. Hacen el amor, de una forma distinta dejando la monotonía de
Fin de semana. Verona. Casa de Alí. —Es muy bonita tu casa—manifiesta Tatiana de inmediato, con lo lindo del lugar. —Nuestra querida, ya te llevaré a conocer la que tengo en Roma. Sólo que está en litigio. —¿Litigio? —se maravilla Tatiana velozmente. —Si es un cuento muy largo. Pero, no te traje aquí para hablar de problemas y ni de trabajo, cariño. Si no para continuar, lo que pasó en el sofá de tu oficina—apunta el turco con picardía. —Alí, espera. No quiero una relación sólo de placer, tengo una hija y no me puedo conducir, por la vida como una adolescente—advierte Tatiana inmediatamente. Aunque la pasión, siempre le gana a la cordura. —¿Quién te dijo que sólo te quiero para pasar el rato Tatiana? —señala Alí con admiración. —Está bien. Confiaré en ti—se serena Tati. —No dudes, de lo que siento por ti. Es real y sincero. No es un sentimiento fugaz—afirma Alí. —Tú me gusta mucho y eres buen sujeto, un poco liberal, pero muy simpático. —En cambio, tú eres la mujer perfecta
Llega una exuberante, mujer morena muy atractiva a la empresa, se topa con Marlon en la entrada, quién la mira maravillado y Angelique lo observa a la distancia, con recelo. —Hola buen día. Vengo a una junta, soy una inversionista, mi nombre es Ferisha—indica la mujer sin dar mayores detalles de quién es. —Hola yo también, voy a la junta. La puedo llevar, hasta la sala de reuniones—se ofrece Marlon cortésmente. —Gracias tan amable—se va Marlon, junto con ella y a Angelique los celos la atacan. Prontamente, sale Marlon de la sala y se dirige, a su escritorio para saludarla. —Buenos día cariño. —Que tienen de buenos—contesta de mala gana el saludo. —Una por allí, ¿cómo que amaneció de malas? —musita Marlon con gracia. —Y uno por allí, amaneció tan amable. —¿No te entiendo? —se sorprende de inmediato. Desconoce su incomodidad. —Encima descarado, ¿le estás haciendo la competencia a Erick? —¿De qué hablas Angelique eres bipolar? —No me insultes, que te vi cómo le coqueteabas a l
Apartamento de Tatiana. La mañana siguiente, están junto con ella sus fieles amigos Dina y Matías. Tati por su parte, ha ignorado completamente a Alí, no atiende sus llamadas y muchos menos le ha abierto la puerta, cuando ha ido a su casa, para darle una explicación de lo suscitado con Ferisha. —El pasillo parece una floristería encanto—asienta Matías. —Ni se te ocurra Mati, ingresar un ramo de esos a la casa, ya hablaré con el conserje para, que los vote o los regalé—señala Tati, aún muy molesta con el turco. —Vaya qué desperdicio. Pero, si realmente el turco es casado, es un rufián de lo peor. Necesitas una limpia amiga, esa mala suerte tuya, en el amor no es fortuita. Más rara—Puntualiza Mati con jocosidad y Dina, se ríe ante el comentario. —Definitivamente, no tengo suerte y el amor no es lo mío. Me rindo—se advierte Tatiana poniendo sus ojos en blanco. —Por Dios Tati, debe de haber una explicación, no creo que Alí Hilghazh sea tan bajo. Lo conozco poco, recién se asoció con
Sube Marlon de nuevo al apartamento. Y mira fijamente a Angelique, quién llora con desconsuelo en el sofá. —Angelique por favor ¿Qué te pasa? Últimamente haces tormentas, por gusto y ahora mírate ¿Por qué lloras? —pregunta Marlon, al verla tan contrariada. —Es Por qué, no quiero perderte a ti también—señala Angelique llorando desmesuradamente. —¿Cómo? ¿Cuéntame qué te sucede? —Es muy difícil, para mí hablar de esto. —Me estás espantando ¿Dime que te atormenta? Sino no podré ayudarte—señala Marlon con serenidad. —Es que, no quiero espantarte y alejarte de mí. Eso me da mucho miedo y posiblemente, por eso actúe así contigo. Por qué realmente temo perderte. Tu eres muy importante para mí, lo único que tengo en la vida—expone con lágrimas en los ojos. —Angelique, jamás me perderás ¿Por qué dices que temes perderme a mí también? —Perdí a mi familia, mi papá murió, cuando era niña y mi madre me dejó con mi abuela, quién también falleció. Estoy sola, en el mundo Marlon. Desde que lleg