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Capítulo 3: En nombre del amor.

Erick había salido de la mansión a toda prisa, desconoce, que su padre ha sufrido un ataque al corazón, motivado por la riña, que sostuvo con su hermano Aníbal. Toma su celular y llama de inmediato a la ingenua Tatiana:

—Amor paso algo terrible.

—¿Qué pasa Erick? —pregunta con ligereza.

—Me quitaron la presidencia, por culpa de mis hermanos, que conspiraron en mi contra.

—¡Rayos! ¿Ahora qué harás? —se asombra Tati.

—¿Cómo, que haré Tatiana? Tenemos que seguir con nuestros planes y la nueva constructora. Por favor renuncia mañana, te lo ruego.

—Pero, Erick tengo mucho tiempo trabajando allí, me da pena con tu padre, no quiero fallar a su confianza.

—Mi padre es un malagradecido, me echo como a un perro y tú eres mi novia ¿No pensarás dejarme solo en todo esto? ¿O sí? —la acorrala valiéndose de su amor por él.

—No amor como crees, si yo te amo. Jamás te dejaría de lado—sonríe Erick, al comprobar, que es dueño de su voluntad.

—Entonces demuéstrame ese amor, renunciando a la constructora, y firmando el contrato de la nueva empresa. Sin ti, jamás saldría adelante, te necesito Tati, en nombre de ese amor, que nos tenemos—finge para, que ceda a sus caprichos.

—Está bien amor, mañana mismo renuncio y firmo el contrato legal. No te voy a dejar solo en esto, iniciaremos Constructora Benzzinca juntos. Solo cálmate estás muy alterado.

—No es para menos, mi familia me acusa injustamente todo el tiempo, para ellos soy la oveja negra de la familia. Eso duele—expresa el muy cretino, para afianzar su vulnerabilidad.

—No digas eso, que te adoro. Tengo mucho amor, para ti mi vida.

—Gracias amor mío, que haría yo sin ti—frunce el ceño y ladea la cabeza.

—Adiós amor, mañana nos vemos y resolveremos todo, solo serénate—lo consuela Tati.

—Está bien mi vida, hasta mañana. Paso por ti muy temprano.

—Aquí te espero—comenta muy emocionada.

Sale su madre de la cocina y la mira muy fijamente:

—¿Hija y esa cara, con quien hablabas?

—Con Erick, mi jefe tuvo un problema familiar, su familia no lo quiere.

—Por algo será—expresa su madre sin tapujos.

—No pienses mal de Erick es bueno, solo que algo alocado y su familia no lo entiende.

—¡Ay hija! ¿Estás enamorada de ese hombre? —traga Tati saliva, antes de contestar.

—No mamá, solo le tengo un inmenso aprecio.

—¿Seguro que solo eso?

—Si mamá despreocúpate.

—Bueno voy a seguir en la cocina y cambia esa cara. Deja los problemas de la constructora de lado, ya tu padre debe de estar por llegar.

—¿Está trabajando en el taxi?

—Sí, ya sabes cómo es, desde que se jubiló de la constructora. No se está quieto, tu padre es muy activo.

—Mi padre, es muy ocurrente y hasta terco—proyecta Tati una gran sonrisa.

—Como tu mi amor. Ya vuelvo voy a seguir con la comida.

Tocan a la puerta y es su mejor amigo Matías, es el ser más relajado del mundo, quien trabaja en un atelier de belleza, Mati es gay, muy ocurrente y noble. Es el único, que sabe toda la verdad del romance entre ella y Erick DiNozzo. Abre de inmediato:

—Cariño—se le lanza encima Tati a Mati.

—¿Qué tienes primor?

Desde la cocina grita su madre:

—¿Quién es Tati?

—Soy yo Amanda. Mati—responde Mati.

—Está bien hijo, en un rato estará la comida.

—Gracias—Grita Matías.

—Matías, siento mi corazón dividido. Ven, vamos a mi cuarto, tenemos que platicar.

Entran rápidamente y se sientan en la cama:

—¿Ahora qué pasó con Erick, Tati? —la mira incrédulo.

—¿Recuerdas qué te platiqué lo de la empresa, qué estamos constituyendo?

—Si ¿Qué pasa con eso?

—Bueno ya es un hecho, Erick me pidió que renuncie, para que yo la presida.

—No veo el alboroto, estás haciendo una tormenta, en un vaso de agua por tus inseguridades.

—No es eso, Mati. Sino que me da pesar dejar la constructora, son muchos años que llevo allí, le tengo mucho cariño al señor Salvatore, quien nos ayudó a mi padre y a mí. Siento que estoy siendo malagradecida al renunciar.

—No lo veas, desde el punto de vista de la nostalgia. Piensa que tendrás una nueva oportunidad al lado del papacito de Erick, quien a su manera te quiere y te tiene confianza. Está colocando millones en tus manos.

—Si lo sé, pero aun así no dejo de sentirme mal.

—Ay mi dulce Tati, siempre pensando en los demás. Ya deja el sentimentalismo a un lado y has lo que te dice Erick. Ese hombre está buenísimo—muerde ligeramente Mati su labio inferior.

—¡Ay Mati! —se ríe Tati de sus ocurrencias.

—Has lo que te digo, has tripas corazones y manos a la obra amiga.

—Tienes razón, tengo que apoyar a Erick ¿Y a ti cómo te va en el atelier?

—De maravilla, ¿sabes quien estuvo ayer allá?

—¿Quién?

—La madre de tu galán, la misma vieja esa que no te traga.

—La señora Mónica, es muy presumida y se deja llevar por las apariencias.

—Vieja ridícula, me provocó quemarle el cabello. Solo que soy todo un profesional y no lo hice—sonríen ambos ante el comentario.

—Esa señora es insoportable.

—También estuvo con ella, Gabriella Lombardi, esa mujer es guapísima, tiene todo en su lugar.

—Y la señora Mónica la quiere para Erick.

—Ay amiga, eso se veía venir. Como te dije una vez, disfruta tu momento con el galanazo de Erick, mientras duré. Ese amorío tuyo, con él no durará toda la vida.

—No seas cruel.

—Vamos amiga, sabes que busco de ser, lo más afable posible contigo, porque te quiero. Por eso evito decirte unas cuentas verdades. La verdad a veces es dolorosa y lo que menos quiero, es hacerte sufrir.

—Por eso te quiero tanto. Siempre me subes el ánimo, a pesar de mi fealdad.

—No te auto flageles. Estoy saliendo con un cirujano plástico, te puede hacer unos retoquitos a un bajo precio.

—Ja, ja, ja. No digas disparates.

—Tati, la belleza está en el alma y no en el cuerpo—reflexiona su amigo.

—Gracias por estar para mí—lo mira con dulzura.

—Siempre estaré contigo, ya vamos a salir. Escuche a tu madre gritar.

—No yo he escuchado nada.

—Son las tripas mías que rugen, las que me indican que vayamos al comedor.

—Ja, ja, ja, vamos—salen rápidamente muy sonrientes.

*****

Erick llega, con una evidente angustia, al apartamento de su mejor amigo Ben:

—Hermano, pasó una tragedia.

—¿Cómo así? —entra Erick acongojado y Ben lo mira con desconcierto.

—Tal como lo dijiste, Aníbal descubrió todo, y el muy miserable, le fue enseguida con el chisme a mi padre, y me destituyo del cargo de presidente.

—Wao, pero tranquilo tenemos Benzzinca.

—Si ya mañana, Tati vas a renunciar a la constructora.

—Fabuloso yo también lo haré. Ya no soportaba a Aníbal.

—Bueno, ya no lo harás más. Yo también me voy, voy a meterle el pecho a la nueva empresa. Vamos a ser mejores que ellos, eso te lo juro amigo.

—Así se habla, teniendo a la fea de nuestro de lado, en un par de meses, seremos una compañía sólida.

—Tati, es la mejor y lo bueno, que yo domino su voluntad.

—A veces siento pena por ella.

—No digas estupideces Ben, recuerda que en la guerra y en el amor todo se vale. Por lo que, esta batalla la ganaré yo como siempre—se mira confiado.

Desde ya, Erick se siente victorioso, por tener la voluntad de Tatiana a la merced de él.

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