—Señora Christian, ¡esperamos ansiosamente nuestra colaboración! —La otra parte dejó el bolígrafo y aceptó las dos copias de los contratos, luciendo una sonrisa de satisfacción.

Lily recibió el contrato, lo examinó atentamente y le tendió la mano.

—¡Estoy deseando trabajar contigo también!

No esperaba que las discusiones sobre la colaboración fueran tan fluidas; Grandeur había aceptado fácilmente todos sus términos con sólo ajustes menores. En el próximo trimestre, lanzarían una serie de marca compartida llamada “Grandeur de Lily”, una empresa de beneficio mutuo.

Esto no fue del todo sin precedentes. Algunos perfumistas de renombre se habían asociado con marcas internacionales para lanzar líneas de marca compartida, que fueron bien recibidas por los consumidores que seleccionaron fragancias basándose en sus creadores.

Cuando Lily se aventuró en el mercado internacional por primera vez, lograr el éxito en un solo intento sería un desafío formidable. Por lo tanto, vio colabora