Después de estar tantos años junto a él, estaba a punto de casarse con otra. Brittany no podía aceptarlo en absoluto. Se sentía como si el cielo se hubiera derrumbado sobre su cabeza.

Se sentía miserable y conducía sola mientras lloraba. Antes de darse cuenta, llegó a la entrada de la casa de la familia Tanner. Por supuesto, no condujo hasta Ciudad Rubí. La familia Tanner tenía dos propiedades en Sapphine.

“Arianna...”.

Brittany estaba sentada en el coche y llamó a Arianna. Miró hacia la entrada de la casa mientras lloraba. Cuando Arianna escuchó el llanto desde el otro lado del teléfono, se sorprendió. “Brittany, ¿qué pasó? No llores. Habla despacio”.

“Arianna... buaa... ¿Estás en casa?”. Solo a estas alturas se le ocurrió preguntarle a Arianna si estaba en casa. Había conducido hasta allí sin preguntar primero.

“Sí, sí. Estoy en casa. ¿Quieres venir?”.

“Bua bua, ya estoy en la entrada de tu casa. Ven… y a… abre la puerta, ¿por favor?”.

Brittany lloró tan fuerte que sus palabr