DashaHe aceptado empezar un compromiso formal. He aceptado darle inicio a una relación con Korovin, un agente de la FSB, mi más grande enemigo y el mayor enemigo de mi familia, en especial de mi amado padre. No he sido capaz de hacer esto desde hace mucho.No he podido amar desde él.No he podido olvidar.No he podido sanar.Pero, hoy, hoy es el momento de olvidar, de dejarlo todo atrás y comenzar una nueva vida en la que no haya más dolor, porque sé que al final todo esto terminará de consumirse y se convertirá en un arma letal, tal como un maldito cigarrillo que aunque parece hacerte disfrutar, termina por matarte al final.Me preparé para salir de casa, tratando que nadie se diera cuenta y cuando estaba a punto de lograr mi cometido sin ningún problema, Pablo, el hombre de confianza de la familia, apareció, sacándome un gran susto.—¡Pablo! ¡Por poco y me matas! —Grité, tocándome el pecho. Sí que me había asustado.—Buenas noches señorita Dasha, sí, lo siento mucho. Sólo que acabo
DimitriLuna mentía, y aquello era evidente gracias a sus acciones. Por alguna razón que desconocía, ella estaba muy nerviosa.—Sé que estás ocultando algo, bonita...—susurré en su oído y en cuanto me alejé, noté como se había puesto pálida de inmediato. Sí, vaya que tenía toda la razón—Te tengo una muy mala noticia y la verdad es que eres una pésima mentirosa.Se quedó en silencio, bajó la mirada, entendiendo que estaba perdida y que no tendría otra opción que hablarme con la verdad. Sé que ella me está ocultando algo, y sé que si eso no cambia de inmediato, nuestra relación no tendrá manera alguna de continuar porque no puedo estar al lado de una persona en la que no confío en lo absoluto.—¿Y bien? ¿Qué es lo que tienes que decirme entonces? —Volví a preguntarle y ella tragó saliva. Fue cuando supe que el asunto era grave y que tendríamos una conversación bastante seria a continuación.—Dimitri, es que tú no lo entiendes...—negó con la cabeza, y las lágrimas comenzaron a salir de s
LukaHoy era el día en el que Katya estaba cumpliendo veinticinco años, por lo que mi padre quiso celebrar a lo grande haciendo una fiesta en una preciosa hacienda muy alejada de casa y a la cual invitó, literalmente, a todo aquel que se dedica al mismo negocio que nosotros. Iba a ser una celebración bastante grande a decir verdad, a pesar de todos los problemas que nos agobian a diario, queríamos dejar todo lo malo a un lado por lo menos un día.—¿Qué le darás a Katya? —Mi hermana menor, Dasha, apareció en mi habitación con una caja de terciopelo en una de sus manos. Ella ya se encontraba lista para la fiesta, se había decidido por usar un vestido azul que le daba hasta un poco antes de las rodillas con un collar de perlas finas. Su cabello estaba recogido en una coleta alta y sus labios pintados de un lindo rojo carmesí. Dulce y preciosa, dos adjetivos que podían describirla a la perfección.—¿Qué es eso que tienes ahí? —Pregunté y ella se sentó en el filo de mi cama y me extendió l
DashaAcompañé a mi padre hasta una especie de cuarto de cemento, que estaba alejado de la fiesta, y en donde nos encontramos con Francesco Romanov, algo que no me agradó del todo. No he olvidado que mi familia y la del señor De Angelis se encuentran en un mal momento por todo lo que sucedió después de aquella vez en la que el capo siciliano fue apresado por la grandiosa FSB. Aunque, decimos que perdonamos, pero, en el fondo, seguimos recordando con furia y pensamos en vengarnos cuando tengamos la oportunidad.—Buenas tardes a todos —saludé, enarcando la ceja y apretando la mano del jefe. Me acerqué a mi padre de nuevo, demostrando lo molesta que me sentía y le susurré—Padre mío, me pregunto qué es eso en lo que quieres que te ayude en este preciso instante.—Ayúdame a cerrar un par de negocios económicos con el italiano. No quiero que me vea la cara en este asunto —apuntó y asentí, todavía sin terminar de creer lo que estaba a punto de hacer porque bueno, se supone que la relación en
Dasha—Dile a mis hermanos y a mi padre que he salido de viaje —fue lo último que le respondí antes de guardar un par de cosas indispensables en mi bolso y prepararme para salir de la habitación en silencio, pero, mis planes fueron frustrados:—Dasha...Por favor, no hagas esto...—me rogó. A este punto, ya se había cansado de llorar. Sin embargo, nada puede hacerme ignorar el simple hecho de que mi propia madre ha intentando matarme por tan solo ser consciente de su mentira.—Fuiste tú la que decidió hacer esto. Ahora, quítate de mi camino y no vuelvas a molestarme. Si me quedo en esta casa y no pienso en irme sin mirar atrás, es porque mis hermanos no se lo merecen. No puedo irme sin más porque sería traicionarlos, aunque, sí puedo irme un par de días de viaje a pensar sobre lo que acaba de suceder. Mientras tú, deberías reconsiderar si todo lo que has hecho vale realmente la pena comparado a todo lo demás —le aconsejé, dándole un pequeño golpe en el hombre y saliendo del lugar.Cuand
DashaUn mes. Me tomó un mes entero volver a casa después de lo sucedido con mamá, y la excusa que pude inventar fue que necesitaba tener un tiempo para mí misma debido a la situación con Kang Dae, y claro que todos pudieron creerme. Durante ese mes, volví al lugar que tanto me hizo feliz en algún momento.Volví a vivir, volví a recordar, volví a ser feliz. Puede ser yo una vez más.Apenas me había levantado de la cama, porque la noche anterior me había quedado hasta muy tarde porque tenía insomnio. Me dirigí al baño para tomar una ducha y luego de un par de minutos, tuve que vestirme y terminar de arreglarme. Bajé hasta la cocina, buscando desayunar algo, pero, terminé por encontrarme con mi padre. Como de costumbre, llevaba un vaso de whiskey en su mano, aunque su mirada no era seria, sino que estaba llena de preocupación.—Buenos días, querido padre ¿Ha pasado algo? —Me acerqué a besarlo en la mejilla y él me abrazó con fuerza. Oh, vaya, esta muestras de cariño no suelen ser tan s
Lo recuerdo, recuerdo perfectamente la primera vez que mis manos tocaron un arma. Tenía catorce años, pero, eso no le importó a mi padre. A Maximiliano Romanov no le interesó que su hijo entrara dentro del mismo círculo que él y se convirtiera en uno de sus mafiosos.—¿Qué me dices, Luka? ¿Estarás listo si te dejo a cargo? —Puso un arma asesina en sus labios: un maldito cigarrillo— Además no será por nada más que un mes, hasta que tu madre y yo regresemos de Alemania.—¿Sigues seguro de hacer ese viaje? —Enarqué una ceja— ¿Es seguro que ambos vayan a un país tan cercano a Italia?—¿Qué pasa con Italia, Luka? Hijo, no creo que hayas olvidado que nuestros problemas con la mafia italiana llegaron a su fin desde hace un poco de tiempo.—No seas imbécil padre —vaya, no podía creer que iba a darles una ventaja tan grande a sus enemigos—Sabes muy bien que ese inconveniente apenas acaba de solucionarse y que no nos conviene que se acerquen tanto a ellos.—Cállate Luka, quien tiene la experien
DashaHe firmado mi sentencia.He escogido mi camino a seguir.He elegido mi camino hacia mi lecho de muerte.Todavía recuerdo aquel día a la perfección, lo recuerdo como si fuera ayer. No he olvidado ese momento en el que me enteré de la verdad, cuando supe la verdadera razón por la que era capaz de pasar tanto tiempo en casa del capo de la mafia coreana. No éramos solo sus mayores socios y tampoco tan solo se trataba del mejor amigo de mi padre durante los últimos años, sino que de igual manera ese hombre es el amante de mi madre. Ella se ha aprovechado de la gran confianza que existe entre ambos para involucrarse con él de forma sentimental y vaya que ni siquiera lo llegué a sospechar en algún momento. No pensaba que mi madre podría comportarse como una mala persona. Actuó como una zorra, porque mi padre podía serlo todo, en lo absoluto, menos alguien que cometería adulterio. Y por lo mismo, ella le acompañaba casi siempre y por supuesto, ni tiempo le daba para engañarle. Al contrar