Íbamos en el auto de James, en conjunto de tres hombres de seguridad. Estaba nerviosa y las manos me sudaban, su llamada fue muy extraña. Sentía que podía ser una especie de trampa, ¿Qué querían exactamente? ¿Por qué usarían de esa forma a Antuan? No comprendía, James apretó mi mano que reposaba en mi pierna. Le di una sonrisa sin ganas, me sentía impaciente y tenía el corazón latiéndome con fuerza. Las calles estaban desoladas por el frio del invierno, la niebla estaba baja lo que hacía dar un ambiente tenso y dramático. El auto se detuvo y mi pulso se aceleró. Habíamos llegado a la dirección que me dijo Antuan, lo vi a unos cuantos pasos lejos de donde me encontraba. Estaba amordazado y con sus extremidades amarradas, quise correr hasta él para ayudarlo. Pero el brazo de James me detuvo.
—Sabía q
—¿De qué carajo hablas, Antuan? —pregunté confundida—, ¿Qué demonios es Romanov?—Romanov es una organización secreta, hacen el trabajo sucio del gobierno. Su función es desaparecer a los testigos de corrupción, en pocas palabras se encargan de matar a los testigos que tienen evidencia contra alcaldes, gobernadores o incluso del mismísimo presidente—contó y mi cabeza daba vueltas, ¿A esto se refería Lady Vivian cuando dijo que fue contratada? ¿Y que por eso mi misión era “especial”? —, Me asignaron la tarea de asegurarme personalmente, qué harías tu trabajo con James, por eso me acerque a ti como un amigo.—Estoy más que impactada. Pero para ser honesta, ya nada me sorprende. Es decir, trabajo con el diablo—respondí—, Y Antuan no te preocupes, no estoy molesta porque
Al llegar al hotel central donde se encuentran las oficinas administrativas, no note nada extraño en los exteriores. Desconfiaba de Lady Vivian, era capaz de enviar a cualquiera. Muy difícil saber cómo haría para “deshacerse” de Elle, a pesar de que era una verdadera molestia no podía permitir que ella muriera por entrometida. Subí en el ascensor y me fije en que había unos hombres entrando a las oficinas que nunca había visto. Rápidamente le hice una llave a uno de ellos tomándolo por el cuello y dejándolo en el suelo, mientras estaba por atacar al otro.—¡Bianca! ¿Qué carajo le haces a mis socios? —preguntó James a mis espaldas, abrí mucho los ojos y me quedé perpleja. ¡Estaba jodida!—Lo siento, yo…—intente defenderme, pero quizá la paranoia me jugó en contra—, Tengo q
Comencé a marearme y una sensación de nauseas invadió mi cuerpo, los recuerdos de esa noche vinieron a mente. Como ráfagas de dolor y amargura, una presión muy fuerte se posiciono en mi pecho. Deje a flopy donde lo había encontrado, luego lo recuperaría. Necesitaba aire, salir, no podía respirar. Corrí como si mi vida dependiera de ello y bajé por las escaleras trotando, ni siquiera pude esperar por el ascensor. Mis piernas parecían no querer detenerse hasta el cansancio, sin darme cuenta recorrí las calles hasta sentarme en una banca de un parque. El llanto que provino de lo más profundo de mí, me recordó como había dolido todo aquello tiempo atrás y a pesar que creía haber sanado. Seguía doliendo con la misma intensidad y esta vez un poco más, después de tantos años, finalmente tenía frente a mis narices a mi abusador.
Regresé a mi departamento, al llegar vi a Antuan sentado aun en el sofá viendo Netflix. Lo salude y fui a mi habitación, tomé una ducha y llore un poco más, fregué cada parte de mi cuerpo queriendo borrar esas huellas y marcas que siempre me han acompañado por tantos años y ahora nuevamente salen a relucir. Me sentía sucia, podía escuchar el sonido que producía el choque de sus labios con mi piel. Me estremecí del asco que producía en mi recordarlo, ¿Y si era James? ¡Me había acostado con él! Le había cedido mi segunda vez, ¡A mi propio abusivo! Suspire con tristeza, mientras salía de la ducha y tomaba mi bata de baño.—¿Bianca? —me llamó Antuan, desde la puerta de mi habitación. —, ¿Te encuentras bien?—Si, ¿Qué ocurre? —respondí, mie
Me di una última mirada en el espejo, me había cambiado nuevamente. Poniéndome un vestido ceñido al cuerpo de color rojo, zapatos de tacón aguja negros con la suela roja, rice mi cabello y aplique un poco de maquillaje. Pinte mis labios también de rojo y me coloque una capa espesa de rímel. ¿Mi plan? Seducir a mi jefe o en el peor de los casos a mi abusivo. Por último, me puse mi perfume favorito, estaba lista. Los nervios los sentía a flor de piel. ¿Cómo podría volver a mirarlo después de haber encontrado a flopy en su cajón? Suspiré con resignación y salí de mi habitación.—¿A dónde vas con esa arma mortal? —divirtió Antuan—, ¡Joder, estas preciosa tía!—A ver a James, necesito verificar si fue él—respondí—, Gracias, será una noche m
No podía creerlo, de ninguna manera. No estaba loca, recordaba perfectamente su marca en el pie derecho. ¿Por qué mierda la tenía en el pie izquierdo? No podía ser, era él. No había forma que tuviera a flopy y no fuera culpable. ¿Qué otra explicación podía existir? ¡Ninguna! Era él, fue entonces cuando el ascensor se abrió, el gorila de la otra vez subió. Divise su pistola en su cintura, tendría que cumplir mi cometido.—Señor…—alcanzó a mencionar, pero lo interrumpí.Atacándolo por sorpresa, no se lo esperaba por lo que me sirvió de ventaja. Lo golpee fuertemente con mi cabeza y le arrebate su arma, Julio estaría orgulloso de mi, era buena noqueando personas. Intento moverse y lo golpee con la cacha de la pistola. James me miraba confundido y muy dolido, como si me desconociese, lo apunte mien
—No me has respondido algo—pregunté, luego de acostarnos en su cama y me envolviera en sus brazos.—¿Qué cosa, pequeña? —preguntó intrigado.—¿Cómo sabes mi verdadero nombre? —pregunté confundida.—Ah eso, bueno…—alargó pasándose una mano por su cabello, estaba nervioso. ¿Por qué? —, Cuando mi hermano te hizo lo que te hizo… mi padre avergonzado, averiguó todo sobre ti. Quisimos ayudarte, pero por más que los hombres de mi padre te buscaron no te encontraron—respondió.—¿Y cómo querían ayudarme? —pregunté con curiosidad.—Mi padre quería darte un dinero para que dejaras de vivir en las calles y tuvieras una mejor vida—respondió apenado—, Se que no hay cifra que te haga olvidar el dolor y
—¿Hola? —contestó desde la otra línea.—Julio, necesito tu ayuda—respondí.—¿Quién es? —preguntó brusco.—La que es muy sentimentalista como para cumplir su misión—respondí en tono burlesco.—¡Bloom! Que gusto saber de ti, ¿Qué sucede? —preguntó.—¿Cómo me deshago de un cuerpo? —pregunté seria—, Tranquilo la línea es segura, te estoy llamando desde un teléfono público.—Bien, ¿Qué tipo de cuerpo? —preguntó especifico.—Uno robusto de un 1.80m—respondí—, ¿Sugerencias?—Esto es lo que harás…—respondió y asentí, memoricé cada nombre y le dije a Elle que anotará un número telefónic