Ella se pone de pie, con una mezcla de sorpresa, rabia y ganas de matar a quien se le cruce.—Brandon… qué sorpresa —dice con los dientes apretados, aparentando una sonrisa—. ¿Qué haces aquí?—Vine de visita por el fin de semana, quise pasar a verte… espero no te moleste.—No, claro que no… —sin mirar a Matías, que sabe debe estar ardiendo en celos, se acerca a darle un abrazo, como si hubiesen sido los mejores amigos en la universidad.Por supuesto, lo aprieta más de la cuenta, pero solo el chico se da cuenta. Luz se pone de pie para pedir que pongan otro lugar en la mesa y le pide a Michael que se cambie de lugar, para que Brandon se siente al lado de la princesa.Gerard no deja de mirar al chico recién llegado, quiere meterlo en su despacho y taparlo a preguntas, pero sabe que no puede, porque su mujer lo mataría. Así que solo le queda lo único que puede, aguantar…—Brandon, bienvenido, toma asiento por favor.—¡Oh, tamales! Mi nana me los preparaba de pequeño.—Los míos son una de
Cuando Matías regresa al comedor, Charlize no está, según su madre se fue a cambiar para salir con el muchacho.Le llega la notificación a su teléfono y sonríe cuando ve que es la vida y obra de Brandon Wisse. Se lo reenvía a Gerard, con el texto «Para que veas que te sirvo de amigo». Él lo mira unos segundos y responde «Te habías tardado, Méndez».Luz se levanta de la mesa para acostar a Julie y Lianna, Michael se despide de sus abuelos y por último, Ethan dice que debe ir por Victoria.Charlize llega con un jean demasiado ajustado, un abrigo corto y una blusa con un escote demasiado descarado. Cuando ve que Matías la mira enojado, se cubre y sonríe a sus abuelos.—Los quiero mucho, se me cuidan —les da un beso amoroso y luego se va con Gerard—. Prometo llegar temprano, aquí o a mi departamento, no lo sé aún.—P-pero —dice él y mira a Matías.—Gerard —dice poniéndose de pie, sin despegar la mirada del teléfono—, puedes enviar a mis padres con uno de tus choferes, tengo que ir a la es
Charlize se despereza con una sonrisa de satisfacción, seguro los hombres de su vida deben estar echando humo por las orejas, pensando que no llegó a dormir, que tal vez pasó la noche con Brandon y que ahora estaba despertando entre los brazos de aquel chico que llegó como anillo al dedo.Mira a su lado, cierra los ojos y trata de pensar en el aroma, el calor, el cuerpo de Matías y todo en ella se despierta.A su mente viene lo ocurrido en el departamento del policía, la manera de tocarla, de hacerla sentir esas sensaciones…Una de sus manos baja a su centro, que está húmedo de solo pensar en él, y comienza a tocarse, gimiendo sin cohibirse, porque allí está sola. Pero luego se detiene abruptamente y se levanta.—¿Por qué estoy haciendo algo con la mano si puedo hacerlo con mi juguete nuevo?Aunque es grande aquel amigo de silicona rosa, lo eligió por la vibración, porque para lo otro sigue esperando que sea el policía quien la estrene, como en todo hasta el momento.Media hora despué
Los días siguieron pasando, Charlize hablaba con Brandon todos los días luego del trabajo, mientras que en la oficina Allan la seguía cortejando.Ese día quería irse temprano a casa, porque al día siguiente era el juicio contra Jonathan Taylor y necesitaba descansar, estar fresca, para así llegar con todo al estrado. Su meta era sacar al chico, pero además hablar con el fiscal, ese hombre tenía que abrir los ojos, iniciar la investigación por los secuestros masivos de las chicas.—¿Quieres ir a cenar? —le pregunta la voz amable de Allan, sacándola de su organización mental.—No lo creo, mañana tenemos el juicio de Jonathan y quiero dormirme temprano.—Es tu primer juicio, ¿cierto? —ella asiente y él le sonríe mientras le extiende la mano—. No dormirás bien, estarás tan ansiosa, que pasará la medianoche sin que pegues un ojo… mejor sales un poco, te distraes, te relajas y luego te vas a dormir.—¿Eso es lo que te pasó?—Sí… y si le preguntas a tus padres, probablemente te dirán lo mism
Matías estaba en una de esas semanas que no le gustaba, porque debía hacer rondas nocturnas, al menos tenía a su compañera y eso hacía que se pasaran mejor, pero no quitaba que odiara hacerlo.—Yo creo que deberíamos parar en unas dos horas más y dormir por ahí… me duele la cabeza —le dice Dalton mientras juega con una botella vacía de agua.—Sabes que no me gusta, nunca sabes cuando pueden pasar cosas y hay que estar preparados.—Eres tan aburrido… mejor cuéntame de tu princesa, ¿no la viste más luego de esa salida?—Te lo he dicho todas estas noches, no la volví a ver. El papeleo en la estación y este maldito turno… ni siquiera he conseguido seguirla después del trabajo.De pronto, la radio los interrumpe y les notifican de un accidente de tránsito, con una persona herida. Como les queda cerca, informan que ellos irán al lugar.Matías enciende las luces y la sirena, abriéndose paso por las calles. Se ha formado un atochamiento más por la curiosidad, porque se nota que el choque solo
Esa mañana, Charlize se firmó sola el alta médica y salió de allí directo a la casa, se metió a la ducha, se metió en un traje Chanel que su madre le compró y bajó al desayuno.Por supuesto, todo eso bajo la protesta de Gerard y Luz, pero por única respuesta de parte de Charlize solo tuvieron su típico «ya no soy una niña».Luego del juicio, podría tirarse a la cama, llorar de dolor, dormir a sus anchas y dejarse consentir, si eso querían sus padres, pero ahora mismo solo tenía en mente aquella audiencia, donde comenzarían a exponer los hechos acerca de la desaparición de Crissie.Su principal argumento es, sin cuerpo no hay delito, fundamentado por una larga lista de malos procedimientos, pruebas que no tienen relevancia, mensajes, videos, etcétera. Solo esperaba que fueran lo suficientemente buenos esos argumentos, porque no quería usar su as bajo la manga, no en este caso.Se lava los dientes en el baño de invitados, camina a la salida y su hermano Ethan la abraza.—Te ves tan fabu
Cuando esas dos mujeres salen del juzgado, ya se ha corrido la voz de que madre e hija son implacables. Con todas las evidencias y los testigos, al jurado no le queda más que declarar al chico inocente.—¡Señora Finnick! —escuchan a un hombre y ambas se voltean, viendo al fiscal acercarse a ellas—. Necesito hablar con usted.—Dígame —le dice ella con tono de superioridad, aunque no le llegue ni al hombro al tipo.—Quiero un trato.—¿Disculpe? —le dice ella riendo y Charlize le pone cara de pocos amigos—. ¿Sigue insistiendo en un trato después de dejar claro que mi cliente es inocente?—Pero debe haber un responsable… —dice torpemente y esta vez es Charlize la que responde.—Entonces esto no es por justicia, es por terminar con algo que le molesta, que tiene a la prensa sobre usted y le está j0diendo la vida.—Tenga más respeto, señorita, que recién inicia…—¿Me está amenazando? —le dice ella parándose frente a él, haciéndolo retroceder—. No se lo recomiendo para nada, porque tengo suf
Cuando Charlize sale de la oficina, le pregunta a Luz si se quedará con ella en su departamento, pero Luz le dice que estará en un hotel cercano al aeropuerto, porque por la mañana se irá a México.Se dan un fuerte abrazo, se desean suerte y se despiden. Luz toma un taxi, mientras que Charlize se va directo al departamento, solo quiere un baño y acostarse a dormir.Pasa por una tienda por comida, compra un par de cosas que le hacen falta para el departamento y sigue su camino a su nueva vida de mujer independiente, haciéndose la nota mental de que debe ajustar sus finanzas desde ahora.Empezará por no usar más la tarjeta de crédito que su padre le dio, solo se moverá con sus ahorros y su paga del buffet, no gastará en cosas innecesarias, en fin, todo lo que un joven hace cuando se va a vivir solo.Al llegar al edificio, se estaciona y sube bostezando por el ascensor, pega la cabeza a la pared, pero eso le provoca dolor.En realidad, con la adrenalina del día, no sintió nada de dolor,