Cuando Charlize sale de la oficina, le pregunta a Luz si se quedará con ella en su departamento, pero Luz le dice que estará en un hotel cercano al aeropuerto, porque por la mañana se irá a México.Se dan un fuerte abrazo, se desean suerte y se despiden. Luz toma un taxi, mientras que Charlize se va directo al departamento, solo quiere un baño y acostarse a dormir.Pasa por una tienda por comida, compra un par de cosas que le hacen falta para el departamento y sigue su camino a su nueva vida de mujer independiente, haciéndose la nota mental de que debe ajustar sus finanzas desde ahora.Empezará por no usar más la tarjeta de crédito que su padre le dio, solo se moverá con sus ahorros y su paga del buffet, no gastará en cosas innecesarias, en fin, todo lo que un joven hace cuando se va a vivir solo.Al llegar al edificio, se estaciona y sube bostezando por el ascensor, pega la cabeza a la pared, pero eso le provoca dolor.En realidad, con la adrenalina del día, no sintió nada de dolor,
Todo eso habría sido hermoso si en verdad hubiese pasado, si no se hubiese quedado en la mente de Charlize…Abre los ojos y no lo puede creer.—¡Mi3rda, sí es real! —dice en un susurro, separándose de Matías para verlo a esos ojos castaños que la envuelven.—¿Creíste que era un sueño? —ella asiente con lágrimas en los ojos y dejando ver sus dientes blancos en aquella sonrisa que a Matías le calienta el corazoncito—. Pues no, mi princesa, es muy real…Se mueve para quedar sobre ella, una mano le acaricia el rostro y ella hace lo mismo.—Estás aquí… mi Mati, mi pendej0…—Es una tierna manera de llamarme, considerando que merezco un nombre peor —le dice con la voz ronca y sonriendo.—¿Cómo entraste?—Soy policía, princesa… tenemos nuestros trucos —ella niega divertida y él le quita las lágrimas del rostro—. Me preocupé, porque no me llamaste, no sabía cómo estabas y al llamar a Luz, me preocupé más.—Prefiero no tocar el tema ahora… —ella abre la boca y lo empuja, dejándolo sorprendido—.
Se quedan así unos minutos más, relajando sus respiraciones y sintiendo como sus cuerpos se van acostumbrando a es nuevo sentimiento que los embarga.Matías no deja de acariciar la espalda de su princesa, mientras ella se siente protegida por el hombre que ama.—Debo ir a trabajar… —dice Charlize de mala gana, mirándolo a los ojos.—No vayas, quédate conmigo —le dice Matías, besando una de sus manos y mirándola con intensidad.—Tengo que ir, hoy es la continuación del juicio y ya que mi madre no está, debo ir yo.—Entonces te llevo, pero antes…Matías se mueve, la toma entre sus brazos y se la lleva a la ducha, Charlize no deja de reír feliz, mientras él se mete dentro y abre la llave, dejando que el primer chorro de agua fría los moje.—¡Ay, Matías, te voy a matar!—Mejor abrázame y dame un beso.Ella lo obliga a bajar para capturar su boca y poco a poco la cosa se enciende de nuevo. Matías la levanta para que Charlize lo rodee por la cintura con sus piernas y luego la aprisiona cont
Se encuentra a Matías en la sala, mirando a través de la ventana con las manos en los bolsillos, lo ve pensativo, muy lejano de aquel lugar. Se acerca a él retorciendo sus manos, porque en verdad se siente avergonzada de lo que le dijo.Se para a su lado, pero Matías no dice nada, no se mueve, nada. Permanecen así unos minutos, hasta que ella no aguanta más y lo abraza, enterrando la cabeza en su cuello, rodeándolo con fuerza. Matías niega con la cabeza, pero ¿qué más puede hacer si no es abrazarla de regreso?—Perdóname, pretendía que fuera un comentario sin malas intenciones —le dice ella con verdadero arrepentimiento.—Sé lo que fui —le dice mientras acaricia la espalda de su chiquilla—, pero no quiero que me juzgues por eso.—¡Y no lo hago! —ella se aparta y lo mira con sus ojitos azules aguados—. En verdad no me importa qué hiciste en el pasado, no me interesa cuántas mujeres pasaron por tu vida, lo único que me importa es que sea yo la que se quede.—Y te quedarás —le dice él be
Charlize sabe que Matías se molestará porque Allan será quién la lleve al buffet, pero no le queda más remedio. En el trayecto, el abogado no deja de alabarla por su trabajo.—Ese alegato final estuvo de maravilla, me dejaste impactado.—¿Sí crees que eso ayude a que Jonathan salga libre? —pregunta Charlize dudosa.—Sí, el jurado solo podría decidir otra cosa si se ve influenciado de otra manera.—Espero que no sea el caso, porque todo lo que he trabajado en este caso ha sido para eso.—Ya veremos, el juez les dio hasta la tarde para saber, así que iremos a la oficina, daremos una vuelta para saber si regreso Dan o Gerard, porque de no ser así… creo que te tocará tomar las riendas… —Charlize se queda paralizada y mira a Allan con los ojos abiertos —. ¿Dije algo malo?—Yo no puedo… estoy recién empezando, yo…—Tú puedes y punto.Se queda mirando el resto del camino pensativa, rogando que su tío Dan ya esté instalado en su despacho, porque no quiere asumir, no así.Le envía un mensaje a
Al entrar a la oficina, Charlize casi puede oler que hay problemas, sube por el ascensor directo al piso tres y en cuanto las puertas se abren, puede oír los gritos de uno de los abogados senior, lo que la hace fruncir el ceño y caminar con toda la actitud hacia la sala de juntas, que es de donde provienen los alaridos.—Buen día, colegas —dice ella caminando directo al asiento que ocupa su madre y se sienta.—Ese asiento no es tuyo y esta reunión no es para novatos —dice el abogador Igor von Mülenbrock.—Puede ser… pero ya que mis padres no están y tampoco ha llegado el señor Abbot, me parece que me corresponde poner orden —Allan la mira sonriendo, sabe que si Charlize está allí, es porque tiene un as bajo la manga.—Me vas a disculpar, muchachita, pero no me dejaré guiar por una mocosa que apenas sale de la universidad y…—Señor von Mülenbrock, ¿me puede decir dónde estudió usted?—¡En Harvard, por supuesto!—Pues yo también y salí como la mejor de mi generación, algo que usted no c
Antes de irse de regreso al tribunal, Charlize se va al baño y se toma la pastilla del día después. Quiere hijos, por supuesto que sí, pero no ahora que está empezando. Aunque su madre le enseñó que cuando tienes el apoyo de tu pareja y quieres algo, los hijos son un impulso más y no un estorbo, como creen algunas mujeres… ella quiere hacer las cosas en su orden natural.Primero, terminar su maestría, adquirir más experiencia en su trabajo, casarse con su Matías y luego que lleguen los hijos. Aunque tampoco quiere demorarse mucho, porque sabe que Matías no tiene mucho tiempo para disfrutar a los niños que tengan.Y eso la hace más especial todavía, porque no solo piensa en lo que ella quiere, sino también en lo que pueda querer él.Sale de allí, pero en el camino se le paran en frente Antoine y Darling, de brazos cruzados y con el ceño fruncido.—Queremos hablar contigo… Charlize Finnick.—Ay no… miren, si quieren, luego me matan, me descabezan, me desinician, pero ahora me tengo que
Matías conduce por la carretera, sin importarle nada más que llegar pronto y que Charlize no se quite la venda.Iban de camino a una cabaña que le pidió a Booth, un antiguo compañero de la policía, que tenía cercana a Newark. Estaba en un lugar solitario, en donde no había más casas alrededor y era perfecto para lo que quería hacer.Cuando llegan, rodea el auto y saca a Charlize entre sus brazos, momento que la chica aprovecha para meter su rostro en el cuello de Matías. Se deja cargar, porque ahora que ya se relajó, siente las consecuencias de hacer enfadar a Matías.«Aunque si vuelve a hacérmelo como esta mañana en la ducha, no me molestaría», le dice su cochina consciencia.Sin dejarla en el suelo, abre la puerta con la llave, para luego abrirla con delicadeza. En cuanto lo hace, llega a las fosas nasales de Charlize el aroma a rosas y jazmines, pero también a comida.—¿Qué quieres hacer primero? —le pregunta Matías al oído, haciéndola estremecer—. ¿Comer o que te coma?Ella da un