Cuando Charlize entra a la estación de policía, se da cuenta que todo está más calmado, debe ser porque es de noche. Pero frente a ella va caminando un animal, una bestia a punto de destrozar a dos hombres que cometieron el error de meterse con ella.No pudo ocultar su sorpresa al ver al hombre que la golpeó con la cara destrozada, pero no dijo nada acerca de aquello.—Toma asiento allí, pronto tomarán tu declaración.Charlize hace lo que Matías le dice y no se atreve a levantar la mirada en ni un momento, será por eso que no se percata de que él marca un número en su teléfono ni tampoco se da cuenta cuando Dalton tira de él a uno de los cuartos donde guardan los artículos de limpieza.—¿Estás loco? Esos tipos amenazaron con destrozar tu carrera y esa niña ni siquiera te ve a los ojos.—No me importa, yo sé lo que siento y con eso me basta, es mi problema.—Me vas a meter en problemas.—Me echaré la culpa de todo, pero déjame hacer las cosas a mi manera.Lo que Matías no sabía que, co
Luego del susto que Charlize se llevó aquella noche, Gerard pensó que sería suficiente para que ella dejara de salir y frecuentar lugares nocturnos, pero se equivocó. Pero, ya que no había manera de detenerla, decidió invitar a sus suegros a una cena, eso seguro la detendría.Y para hacerlo más interesante y saber qué tramaba Matías con su niña, también lo invitó.A los amigos cerca, pero a los enemigos a un lado.No es que Matías fuera su enemigo, en verdad lo estima mucho, pero ya que le dijo abiertamente que le interesa su hija, no puede quedarse sin dar la batalla. Se esforzó para mantenerlo alejado casi toda la vida de su princesa y no dará su brazo a torcer justo ahora.Por su parte, Charlize estaba en una disyuntiva, por una parte estaba molesta con él por la manera de terminar esos encuentros tan fogosos, pero por otra sentía un agradecimiento enorme de que le salvara la vida.Aunque en su carácter, primaba ese lado belicoso.Termina de maquillarse, se deja el cabello suelto y
Ella se pone de pie, con una mezcla de sorpresa, rabia y ganas de matar a quien se le cruce.—Brandon… qué sorpresa —dice con los dientes apretados, aparentando una sonrisa—. ¿Qué haces aquí?—Vine de visita por el fin de semana, quise pasar a verte… espero no te moleste.—No, claro que no… —sin mirar a Matías, que sabe debe estar ardiendo en celos, se acerca a darle un abrazo, como si hubiesen sido los mejores amigos en la universidad.Por supuesto, lo aprieta más de la cuenta, pero solo el chico se da cuenta. Luz se pone de pie para pedir que pongan otro lugar en la mesa y le pide a Michael que se cambie de lugar, para que Brandon se siente al lado de la princesa.Gerard no deja de mirar al chico recién llegado, quiere meterlo en su despacho y taparlo a preguntas, pero sabe que no puede, porque su mujer lo mataría. Así que solo le queda lo único que puede, aguantar…—Brandon, bienvenido, toma asiento por favor.—¡Oh, tamales! Mi nana me los preparaba de pequeño.—Los míos son una de
Cuando Matías regresa al comedor, Charlize no está, según su madre se fue a cambiar para salir con el muchacho.Le llega la notificación a su teléfono y sonríe cuando ve que es la vida y obra de Brandon Wisse. Se lo reenvía a Gerard, con el texto «Para que veas que te sirvo de amigo». Él lo mira unos segundos y responde «Te habías tardado, Méndez».Luz se levanta de la mesa para acostar a Julie y Lianna, Michael se despide de sus abuelos y por último, Ethan dice que debe ir por Victoria.Charlize llega con un jean demasiado ajustado, un abrigo corto y una blusa con un escote demasiado descarado. Cuando ve que Matías la mira enojado, se cubre y sonríe a sus abuelos.—Los quiero mucho, se me cuidan —les da un beso amoroso y luego se va con Gerard—. Prometo llegar temprano, aquí o a mi departamento, no lo sé aún.—P-pero —dice él y mira a Matías.—Gerard —dice poniéndose de pie, sin despegar la mirada del teléfono—, puedes enviar a mis padres con uno de tus choferes, tengo que ir a la es
Charlize se despereza con una sonrisa de satisfacción, seguro los hombres de su vida deben estar echando humo por las orejas, pensando que no llegó a dormir, que tal vez pasó la noche con Brandon y que ahora estaba despertando entre los brazos de aquel chico que llegó como anillo al dedo.Mira a su lado, cierra los ojos y trata de pensar en el aroma, el calor, el cuerpo de Matías y todo en ella se despierta.A su mente viene lo ocurrido en el departamento del policía, la manera de tocarla, de hacerla sentir esas sensaciones…Una de sus manos baja a su centro, que está húmedo de solo pensar en él, y comienza a tocarse, gimiendo sin cohibirse, porque allí está sola. Pero luego se detiene abruptamente y se levanta.—¿Por qué estoy haciendo algo con la mano si puedo hacerlo con mi juguete nuevo?Aunque es grande aquel amigo de silicona rosa, lo eligió por la vibración, porque para lo otro sigue esperando que sea el policía quien la estrene, como en todo hasta el momento.Media hora despué
Los días siguieron pasando, Charlize hablaba con Brandon todos los días luego del trabajo, mientras que en la oficina Allan la seguía cortejando.Ese día quería irse temprano a casa, porque al día siguiente era el juicio contra Jonathan Taylor y necesitaba descansar, estar fresca, para así llegar con todo al estrado. Su meta era sacar al chico, pero además hablar con el fiscal, ese hombre tenía que abrir los ojos, iniciar la investigación por los secuestros masivos de las chicas.—¿Quieres ir a cenar? —le pregunta la voz amable de Allan, sacándola de su organización mental.—No lo creo, mañana tenemos el juicio de Jonathan y quiero dormirme temprano.—Es tu primer juicio, ¿cierto? —ella asiente y él le sonríe mientras le extiende la mano—. No dormirás bien, estarás tan ansiosa, que pasará la medianoche sin que pegues un ojo… mejor sales un poco, te distraes, te relajas y luego te vas a dormir.—¿Eso es lo que te pasó?—Sí… y si le preguntas a tus padres, probablemente te dirán lo mism
Matías estaba en una de esas semanas que no le gustaba, porque debía hacer rondas nocturnas, al menos tenía a su compañera y eso hacía que se pasaran mejor, pero no quitaba que odiara hacerlo.—Yo creo que deberíamos parar en unas dos horas más y dormir por ahí… me duele la cabeza —le dice Dalton mientras juega con una botella vacía de agua.—Sabes que no me gusta, nunca sabes cuando pueden pasar cosas y hay que estar preparados.—Eres tan aburrido… mejor cuéntame de tu princesa, ¿no la viste más luego de esa salida?—Te lo he dicho todas estas noches, no la volví a ver. El papeleo en la estación y este maldito turno… ni siquiera he conseguido seguirla después del trabajo.De pronto, la radio los interrumpe y les notifican de un accidente de tránsito, con una persona herida. Como les queda cerca, informan que ellos irán al lugar.Matías enciende las luces y la sirena, abriéndose paso por las calles. Se ha formado un atochamiento más por la curiosidad, porque se nota que el choque solo
Esa mañana, Charlize se firmó sola el alta médica y salió de allí directo a la casa, se metió a la ducha, se metió en un traje Chanel que su madre le compró y bajó al desayuno.Por supuesto, todo eso bajo la protesta de Gerard y Luz, pero por única respuesta de parte de Charlize solo tuvieron su típico «ya no soy una niña».Luego del juicio, podría tirarse a la cama, llorar de dolor, dormir a sus anchas y dejarse consentir, si eso querían sus padres, pero ahora mismo solo tenía en mente aquella audiencia, donde comenzarían a exponer los hechos acerca de la desaparición de Crissie.Su principal argumento es, sin cuerpo no hay delito, fundamentado por una larga lista de malos procedimientos, pruebas que no tienen relevancia, mensajes, videos, etcétera. Solo esperaba que fueran lo suficientemente buenos esos argumentos, porque no quería usar su as bajo la manga, no en este caso.Se lava los dientes en el baño de invitados, camina a la salida y su hermano Ethan la abraza.—Te ves tan fabu