Para Gabriel la semana parecía volverse eterna, tan solo esperaba el domingo para ver a Connie, pero sobre todo porque le intrigaba su vida y estaba ansioso por conocer a su tía, de quien tanto hablaba.Después él le contaría la verdad y le pediría que dejara de bailar y le daría empleo en una de sus empresas. Estaba seguro de ella aceptaría, esa mirada tierna no podía engañarlo, sabía sin necesidad de palabras que Connie también se sentía atraída por él y estaba seguro de que entre ellos había una conexión más allá de lo sexual.Ya no quería resistirse ni dejarse llevar por sus prejuicios, si Connie le había dicho que ella no tenía contacto con los clientes y que únicamente bailaba detrás del cristal, él creería en su palabra. Si su tía no sabía que trabajaba en ese lugar y le exigía que llegara temprano a su casa era porque la cuidaba.Se convenció a si mismo de que el hecho de que Connie llevara un implante anticonceptivo en el brazo, seguramente se debía a que antes de él tuvo alg
Connie había aprendido desde niña a guardar sus sentimientos, a comportarse dura y fría como si en verdad no le importara nada. La vida le enseñó que, en el mundo, en su mundo, solo sobrevivirían los más fuertes.—“¡No llores! Llorar no te va a servir de nada, cuando tengas ganas de llorar sonríe haz como si lo disfrutaras y verás que cuando te paguen se te olvidará porqué querías llorar “— Le decía su madre cada vez que lloraba suplicando que no dejara que sus clientes la tocaran.—¡Lárgate! Mi cliente me está esperando y no quiero hacerlo esperar— dijo con una mueca que asemejaba una sonrisa.—Connie, si tu quisieras yo podría… — Dijo Gabriel tratando de asimilar lo que estaba sucediendo, no podía creer que se había equivocado tanto.No, no había nada que asimilar, sus sospechas eran ciertas, no debió de haberse involucrado con ella, era una mentirosa, se hacía la inocente frente a él asegurando que solo bailaba detrás del cristal, cuando en realidad era solo una prostituta.—¿Tú
No había dormido en toda la noche, estaba muy cansada y los ojos se le cerraban, pero no quería irse del hospital hasta que la madre superiora despertara.—Constanza, deberías ir a descansar duerme un rato, te bañas y vuelves por la tarde — le dijo la hermana Mica — además alguien se tiene que encargar de que las cosas funcionen en el albergue.—Pero usted también está cansada hermana, pasó toda la noche aquí. —Sí pero ese sillón es bastante cómodo y pude dormitar por momentos, anda no seas necia, además no sabemos cuándo va a despertar.La hermana tenía razón, necesitaba dormir porque había bailado toda la noche sin descansar, pero cuando metía la mano en su bolsa y sentía los billetes que había conseguido, creía que bien había valido la pena.Salió y tomó un taxi, era una pena que el banco no abriera los domingos y tenía que esperar hasta el lunes para realizar el pago, al menos ya no tendrían que preocuparse por el asunto de la hipoteca.Llegó al albergue y se alegró al ver
Gabriel estaba tan ebrio que tuvieron que sacarlo arrastras del bar, ni siquiera podía conducir así que subió a su auto y se quedó dormido frente al volante, no podía dejar de pensar ella ¿Cómo iba a hacer para arrancársela del corazón? Nunca imaginó que se iba a ver así, llorando por el amor de una mujer.Abrió los ojos cuando el ruido del teléfono móvil lo despertó, el dolor de cabeza era apenas más espantoso que el dolor en el corazón.Contestó la llamada sin siquiera ver el identificador de llamadas, se arrepintió al escuchar la voz de Laura detrás de la línea taladrando sus oídos.—¡Gabriel tienes que ayudarme! En nombre de nuestra amistad te lo pido, Rolando se fue de viaje por negocios y me acaban de avisar que encontraron muerto a mi hermano Daniel.Entre el dolor de cabeza que tenía por la resaca, la voz chillante de Laura y la desesperación de ésta por lo que estaba sucediendo, pensó que había entendido mal el menaje.—Tranquilízate Laura, por favor, no te estoy entendiendo
Para Gabriel refugiarse en sus negocios era siempre la manera de evadir su realidad, pero esta vez tenía algo que no tuvo cuando perdió a Maciel, había recuperado su pasión por los deportes extremos. Hacía mucho tiempo que quería hacer un viaje a Chihuahua, viajar en el Chepe (El Ferrocarril Chihuahua-Pacífico, también conocido como Chepe, es una importante línea ferroviaria mexicana que opera en el noroeste de México; enlaza las ciudades de Chihuahua y de Sinaloa, en la costa del Océano Pacífico. Recorre 673 km, atravesando las Barrancas del Cobre, una serie de cañones escarpados que han llevado a algunos a llamarlo el viaje en tren más panorámico del continente. Es a la vez un sistema de transporte importante para los lugareños y un atractivo para los turistas nacionales y extranjeros) Y practicar algunos de sus deportes favoritos. Ximena se podía quedar unos días al cuidado de Paty y así él podría despejarse por completo del recuerdo de Connie, aunque estaba seguro que quitársela
Constanza, ¡qué bueno que viniste! —Gritó Ximena al ver entrar a su “invitada” especial.—¿Qué está pasando aquí? ¿En verdad está enferma Paty? — Preguntó Connie porque se le hizo sospechosa la forma en la que la recibió la niña, era como si ya supiera que sería ella quien iría a suplir a su niñera.—Eh, si, si, — fingió toser cubriéndose la boca con un pañuelo — me siento muy mal y no quiero contagiar a mi pajarito.—Y tal vez tenga que guardar reposo dos o tres días — dijo Ximena encogiéndose de hombros.—¿Estás seguras de que el señor Herrera sabe que hay una desconocida en su casa? — preguntó mirando a la niña a los ojos haciendo un gesto de incredulidad con el rostro.—Sí, bueno, mi papá siempre le pide a la madre superiora que mande a alguien cuando me quedo sin niñera porque dice que darles trabajo es la mejor manera de ayudarlas.—Eso habla muy bien de tu papá, pero algo me dice que no me están diciendo la verdad.—Yo no digo mentiras porque a mi mamita que está en el cielo no
Cuando Gabriel llegó a Chihuahua, se llevó la desagradable sorpresa de enterarse de que el Chepe estaría fuera de servicio por varios días debido al mantenimiento, por un momento tuvo el impulso de cambiar sus planes y tomar un avión hacia otro destino, sin embargo, pensó que lo mejor era volver a casa esa misma noche. Maciel tenía la superstición de que, si algo iba mal al iniciar los planes, era mejor suspender el viaje y quedarse en casa y aunque él no compartía esa superstición de su difunta esposa, algo le decía que era mejor volver y planear un viaje a un nuevo destino con más calma.Su vuelo de regreso a Oaxaca salía hasta las siete de la noche y antes de tres horas ya estaría en casa, pensó en llamar a Ximena para decirle que se había cancelado su viaje, pero prefirió no llamar porque sería mejor darle una sorpresa.Pasó la tarde recorriendo la ciudad y comprando algunas artesanías que sabía que le iban a encantar a la niña, compró un par de muñecas de trapo elaboradas por man
La mirada de Gabriel recorrió el cuerpo de Connie, parada sobre su cama y vestida solo con su camiseta y su bóxer.Por un segundo sus ojos se cruzaron sin saber qué decir, ¿qué estaba haciendo esa mujer ahí? ¿En su casa y con su hija?—¡Papi! ¡Volviste! — Gritó Ximena y corrió a sus brazos emocionada, estaba pasando justo lo que ella había planeado, que su padre conociera a Constanza, la única mujer que, a sus ojos, era digna de convertirse en la esposa de su padre y en su nueva madre.Connie se quedó muda al escuchar a la niña llamarlo papi, la única explicación que había es que él se había burlado de ella haciéndole creer que era un indigente cuando en realidad era un millonario buscando un poco de diversión.Gabriel, abrazó a su hija sin quitar la mirada de la mujer que estaba enfrente, había sido un estúpido al pensar que ella podía haber sentido algo genuino por él, seguramente sabía que él era millonario desde un principio y por eso fingió ayudarle e interesarse por él.—¿Qué es