Damien Horas antes...Siempre me he caracterizado por hablar de frente, los temas deben estar claros para que se eviten situaciones que no se pueden controlar después, pero con Briana se me está complicando más de lo que debería. Su cuerpo se remueve entre las sábanas y no me molesto en apartarla, porque me agrada la idea de tenerla aquí, de sentir su esencia cerca mío e impregnarme de lo que denota con cada respiro, acaricio su espalda desnuda con mis dedos que delinean la curva de su columna. Sus rasgos delicados y suaves me hacen sonreír, se ve como un ángel pero tiene el pensamiento de un ser al que no le interesan el bien o el mal. Se abraza más a mí en tanto gruñe logrando que suelte una risa silenciosa. —¿Qué hora es? —murmura y medio giro a su mesita de noche. —8:24 —contesto.No se mueve más, pero siento sus pestañas gruesas moverse contra mi pecho. —Pasa algo ¿no es así? —dice de un momento a otro y no digo ni hago nada. —Lo hablamos la otra vez, quiero saberlo, no me
Damien.Llevo a Briana a casa del ministro encontrando a su hermana en la entrada con el integrante del comando alfa conocido como George. El porte de asesino se le nota por donde se le quiera ver, el comandante eligió bien a sus acompañantes porque la capacidad que tienen para infundir respeto es notable. Veo salir al ministro que me mira con extrañeza, pero solo saluda antes de darle un documento al sujeto. —Solo es una propuesta para que tengas claro que podemos darte un mejor puesto. —El apretón de manos es más por parte del ministro Jones que por el oficial del comandante. —Que quede entre nosotros, Bennett podría tomarlo a mal y no queremos contiendas en nuestras filas, casi teniente Collins. La risa pendeja no se la quita nadie. —Seguramente no tendría problemas pero está bien ministro. —contesta el otro. —De igual manera tendré que pensarlo muy bien para aceptar tal cosa, me parece muy apresurado dar una respuesta definitiva hoy. —Eres un gran elemento, Collins, sabríamos
Bennett Repaso el esquema en mi oficina, el general Rinna sigue en la mira. El tipo me cae en la punta del pie y si es el benefactor disfrutaré volverlo mierd@. —Podría resultar si lo planeamos bien. —insiste Adam con la fotografía del general en las manos. —Digo, ellos quieren meterse con nuestra unidad, podemos devolverles la táctica. —En eso te apoyo. —secunda Kelly. —Usar sus estrategias en su contra podría funcionar.—¿Pretenden que yo me lleve una carga de ese tamaño? No gracias, estar entre esos sujetos no es mi sueño húmedo. —reniega George con un gesto que no va a cambiar, lo sé, he aprendido a conocerlo. —Vamos viejo, solo será mientras encontramos la identidad real tanto del benefactor como del líder de la mafia rusa. —Adam vuelve al ataque y me volteo cuando esa maldita imagen me viene a la cabeza. —Ya van tres ataques a un integrante del equipo. ¿Qué más esperan para actuar? No sabemos de quién vienen y no me nieguen que eso los está jodiendo, más a tí Bennett. —Ent
Bennett.Apunto lo importante en la libreta que los demás sabrán distinguir cuando les toque y siendo las 4 de la mañana salgo rumbo al comando, en donde veo los tipos que vigilan para evitar entradas indeseables, haciendo su trabajo. Tiro todo en una mesa recostándome un momento, a pesar que las sábanas sean cambiadas su olor sigue intacto en cada sitio. La desgraciada se mete demasiado profundo y no me gusta. No debió ser tan fácil. Lo desconocido siempre es adictivo y me repito que eso fue lo que sucedió con Zarya. Hasta su nombre me sabe distinto al resto.Por más que me resistí se volvió indetenible el avasallante deseo que se creó en mi interior. Mientras mi cabeza me gritaba que no, mi cuerpo y el pecho me exigía que sí.Puta vida de mierd@.Me dejé atrapar en un juego digno de los más grandes jugadores. Camine en el borde del abismo y con un viento caí, pero lo que no sopeso es quedarme ahí. Fui un ingenuo, es verdad, pero también lo es que estoy acostumbrado a que me tiren
Briana Pulso la combinación que creé con las fechas más importantes para el ministro en su caja fuerte, pero el seguro no cede. Intento con la segunda, la tercera y hasta con el día de muerte de Lara, lo cual resultan sin éxito. Si tiene algo que esconder tendría una parte en ella dentro, pero no puedo acceder por más que lo he intentado desde que cayó la madrugada. Damien me dijo que podía ser algo peligroso. Aunque tengo la espina y quiero sacarla, no es por ayudarlo sino porque necesito la verdad. Vincent Jones es un hombre de gran respeto frente a los de su gabinete, pero solo quienes convivimos con él sabemos el carácter y actitud que se gasta. En su círculo solo estamos presentes sus dos hijas y Bennett que era un niño, según Maite cuando su padre murió. La única vez que le pregunté por él, por poco y me traspasa con esos ojos de diablo que tiene. Le molesta que le hablen de ello y creo que mi padre se agarró de eso para forjar ese carácter que tiene ahora, el cual si querí
Briana.—Esa hija de... Bonnie deja sus palabras a medias cuando está llega frente a las dos. —Las hermanitas Jones. —a modo de saludo pone sus dedos en la sien como militar. —Crecieron otros 10 centímetros desde la última vez que nos vimos. —Vera, —digo su nombre más usado por mi padre. —Que raro verte en un sitio al que dijiste no volverías más. —comento en mi puesto. —Desde que tu relación con... terminó Ni siquiera era una relación pero ella lo vio de esa manera y lo repetía todo el tiempo hasta cansarse. —Ya ves, pequeña Briana. Estamos de vuelta a recordar viejos tiempos. —noto el ligero cambio de humor en Bonnie. Sabe lo que se avecina y a ella más que a nadie le cae en la punta del tacón que haya regresado.Lo que no me queda claro es porque lo hizo si antes juró hasta en hebreo que no regresaría por ningún motivo. —Pasa por aquí. —indica mi padre a su despacho.—Nos ponemos al corriente después, chiquillas. —camina por el sitio que conoce perfectamente, pues lo visitó i
Zarya Me despojo de la ropa metiéndome en la ducha, tratando de serenar mi mente. No puedo dejar que las emociones me ganen y permitir que tomen control de mí, menos.Estoy acostumbrada a no dejar que algo como eso suceda, a pesar de que una vez lo hicieron, pero me quedó claro que no es bueno que lo hagan porque, por eso tengo una marca.Me meto en la cama, pasando minutos después de la medianoche dejando que el cansancio me dome para dormir unas pocas horas, ya que en la mañana debo salir rumbo a un lugar donde se supone es para finiquitar el pago de una entrega al jeque, quién aún no deja de enviar sus extravagantes arreglos, junto a la poesía absurda que se gasta.Al solo despertar me doy otro baño para luego ir por lo que acordamos llevar como fachada, aunque no niego que me gusta la idea de montar a mi bello frisón que va en el remolque el cual llevan antes de que salgamos.Recuerdo las veces que fuimos a fincas en México con mi padre o a algunos rodeos en los que me fascinaba
Zarya.Levanta la botella en mi dirección antes de tomar de ella, quiere provocarme, que pierda la calma como suele hacerlo él, pero no tiene en cuenta que así como controlo una organización con todos los que lo conforman, una simple molestia no va a bajarme del trono.Ridículo su intento de hacerme caer como tantas veces lo he hecho con su temperamento hostil. Me concentro en los caballos que comienzan a salir al área donde los pasean, son excepcionales. Se mueven a la disposición del jinete que se lucen con los animales adueñándose del show. Algunos comienzan con las averiguaciones sobre dueños para hacer ofertas, a la vez que camino hasta donde un voiny tiene preparado el mío.Con la montura asegurada y belleza sin igual, mi frisón destaca de entre el resto. —No lo usaré. —digo cuando me ofrecen el traje que todos tienen.Pongo el pie en el estribo con los guantes puestos para dar a conocer que nada me queda grande. Tomo la correa con la que camino sobre mi caballo hacia el siti