Bennett. Desde que me atacaron en la isla me hicieron ver que tenía que ir a un bando. Me atacaban porque no querían que siguiera investigando para dar con el benefactor. Lo corroboré cuando me explotaron la casa que según las cámaras de seguridad que habían en la entrada, escondida, se trató desde antes de que me fuera a Bulgaria. Me querían muerto desde antes. El correo que recibió Adam para encontrar a Aarón Reed con el escorpión no fue nada más que una estrategia para hacer que nos mataramos entre nosotros. No contaban con que eso a mí no me afectaba, porque ya lo sabía desde antes. A Aarón tampoco le interesaba sacarme del camino, como sucedió con ellos al ser descubiertos por mi padre.Quisieron hacer lo mismo y lo supe de inmediato. Si no aprendes del pasado, se correrá el riesgo de revivirlo decía Mallory y cuánta razón tenía. Mi padre cayó, pero sin quererlo ya me había preparado para afrontar ese tipo de situaciones. Aterrizamos en la azotea del edificio que reconozco bie
Bennett. Tenemos nombres y aún me faltaron más datos que recopilar y es lo que me jode, porque aún hay salidas por las que el coronel Thompson puede escapar. Si sabe que el ministro cayó estará en otro sitio al que pueda que no tengamos acceso tan fácil. Debemos destruir de una buena vez cada uno de los lugares donde deben esconderse todos los infelices que faltan para que sea la mafia roja y la 'Ndrangheta, sean quienes tomen el mando absoluto como tanto quisieron y solo estoy aportando para que suceda. Entre la corporación y ellos no tengo que pensarlo mucho a la hora de inclinarme por uno. Otra hora más de vuelo y regreso a Francia, en donde las explosiones se están dando unas tras otras cuando llego directamente a la pista. Saco las armas que detono en contra de todos los que tengo en la cabeza que son los cabecillas de las tropas. Kelly está donde le dije en este momento según lo que veo con otro que no sé distinguir, pero cubren mis pasos cuando varios son dados de baja ante
Bennett. —Niña, mírame. Mis súplicas no son su burla esta vez y eso me altera más. Sus ojos medio se mueven y su cabello se mancha de su sangre, en lo que mis manos al tocarla duelen. Todo me duele al no detener su sangre. —Dijiste...que siempre...hay una primera vez para perder. —me recuerda y el recuerdo arde, porque lo dije por otra razón no por esto. Su voz tiene que forzarla. El tórax se me tensa. El aire se me escapa. La razón de mi existencia me recuerda que pueden volverme mierd@ sin ella. —Cállate y quédate conmigo. —veo el movimiento en la esquina superior y suelto las balas que lo derriban. Alguien cae a mi lado, pero no me despego de ella cuando intento levantarla.—Hay que subirla al helicóptero. —dice Damien cuando la tomo en brazos, afanado y con el pulso disparado. Mis venas quieren estallar con la desesperación. Mis manos se niegan a soltarla. Pero ella no colabora, dándose por vencida cuando no es lo que quiero. No necesito que se resigne. Su cabeza queda en mi
Briana Un día antes...Las molestias son pocas pero le hacen honor a su denominación. La cintura empieza a dolerme con cada paso que doy, pero al sentarme no puedo permanecer más de diez minutos en el mismo lugar. Algo me inquieta. El aire se vuelve cada vez menos y sé que algo está mal porque las ventanas están abiertas. Pero la brisa no merma la sensación. He estado así desde que cumplí los siete meses de embarazo. El peso es mucho para mi cuerpo diminuto, pues sus pataditas no son nada pequeñas, porque siento como si tuviera a un boxeador dentro, el cual se encarga de que no olvide ni un solo segundo que estoy embarazada. Se encarga que no olvide que tengo un motivo para luchar. —Quizás debemos pensar en cómo salir de aquí lo más rápido posible. —me dice Leonard desde una esquina. —No fui al funeral de mi papá y...—No pienses en eso, porque vas a caer en la desesperación y aceptarás cosas que hasta ahora no has hecho. —me acerco a él, lo más cerca mi prominente estómago me dej
Damien La maldita vida se me está yendo de las manos en este instante, mientras sostengo a mi hermana contra mi pecho a la hora de lanzarme del helicóptero para ponerla en la camilla. Corren con ella, a la vez revisan sus signos vitales, siendo muy lentos lo que indica que su vida pende de un hilo. Un hilo que me niego a que deje de existir. —¡Me vale mierd@ lo que hagan! ¡salven a mi hermana! Todos me miran desconcertados ante mi imagen, pero no me interesa como me vea si la mayoría de sangre que tengo encima es de ella. Ordenan un círculo de seguridad del que se encarga Enzo, mientras yo solo me enfoco en ella. Es mi mitad y sentir como una parte de mi alma me es arrancada, me está matando justo ahora. Ha sido la verdadera mitad de mi alma desde que nacimos y me niego a perderla. —Individuo femenino de 25 años, con una herida penetrante del tórax por un proyectil de arma de fuego, localizado inicialmente en el ventrículo izquierdo sin orificio de salida. —dice un paramédico.No
Damien.Salgo a la azotea. Mi gente está repeliendo el fuego que solo se intensifica con la lluvia de balas que nos dan los puntos en el cual se escudan los tiradores. Apunto a uno de ellos y la bala le atraviesa el cráneo de inmediato. Muevo el arma yendo por el siguiente, mientras los voiny se dispersan para rodear a los que se esconden, recargando, lo que nos da la oportunidad de ir por ellos. Uno sale intentando apuntar, pero Enzo le rompe la cabeza con el cuchillo que ensarta en esta. El siguiente es arrastrado por un voiny con un tiro en el costado. Lo pone en el borde del edificio. Sus intenciones de sostenerse culminan cuando le atravieso la mano con una bala que lo obliga a soltarse para caer por el vacío. Vamos por el último que no tiene escapatoria. Lo levanto a las malas de la remera, pero su risa de burla me revela lo que es esto. Distracción. —Sacrifice pour le bienfaiteur. —murmura intentando lanzarse él solo, empujándose con los pies para llevarme con él. Pero mis
Damien.Cargamos la camilla hasta llegar a la calle en tanto pido un auto que nos recoja que dada la distancia no tarda más que unos minutos en llegar. Cuido que mi hermana no tenga complicaciones en ningún instante hasta llegar al Jet que espera para sacarnos de territorio londinense. Pido reportes de los helicópteros, pero solo me informan de uno que fue encontrado completamente vacío. Ordeno que investiguen si salieron por su propia cuenta, aunque lo dudo. Los primeros informes me llegan diciendo sobre el estado de la aeronave. Señales de lucha, sangre, pero ningun cuerpo. —Busquen en los alrededores. Si el comandante está con vida, lleguen a él. —dispongo sin creer que esté viendo por alguien de la ley. Aunque es por un motivo y es algo que tendrá que respetarse ante la mafia roja. Las horas de viaje Zarya es monitoreada regularmente para que no vaya a haber un solo problema mientras estemos adentro. Me dedico simplemente a estar al pendiente de lo que suceda en las comunica
Narrador omnisciente Hay seres que son creados específicamente para destruir el mundo y otros para arreglar el de alguien que necesitaba solo una pizca de esperanza. Nadie se espera que al caer la noche y la lluvia más recia que se ha visto, en la cual las copas de los árboles son ondeados con fiereza y los caminos son inundados con las crecientes que arrasan con todo a su paso, sea como un aviso de lo que se avecina. La llegada al mundo de aquel ser que muchos buscan y otros ignoran cuánto poder posee sin siquiera haber nacido aún. Una castaña se aferra a sus rodillas cuando el incesante dolor en su bajo vientre y espalda se vuelve insoportable, aprieta los dientes por la fuerza que hace para no caer de golpe al piso frío,en el cual debe sentarse poco a poco para no perder la consciencia. Gruñe por impotencia y por desear que una mano la sostenga en ese momento, cuando se acomoda, dejando que las lágrimas se confundan con el sudor que le cubre el rostro y el pecho. —¿Qué pasa? —