Sin palabras

- Doctora Castelli, sé que usted es una gran persona y no se merecía a la persona con la que se iba a casar, él la estaba engañando.

- ¿Qué me está diciendo usted?

- Lo que escucha doctora, Ernesto Villanueva vivía conmigo hasta hace un año atrás, la niña es su hija (señalando a la nena que yace sentada tomando una soda a su lado) pero después me dejó pues había empezado una relación con la hija de uno de los socios de la empresa de sus padres y por lo que sé, ella está embarazada, resulta que el papá de esa chica es una persona con negocios turbios y se había enterado que Ernesto hoy se iba a casar.

- ¿Cómo sabe usted todas estas cosas?

- Porque a mí me amenazaron con hacerle algo a mi hija si yo buscaba a Ernesto.

- ¿Ernesto sabía todo esto?

- La verdad que no lo sé, solo me armé de valor para poder venir a decirle a usted y que de pronto usted fuera la que viera por mi hija si algo me llegara a pasar pues no tengo a nadie en este país, mi hija es todo lo que tengo de familia.

- Veré de qué manera me es posible ayudarla, ahora debemos irnos de aquí, ¿usted si tiene dónde ir?

- Si

- Aquí tiene mi tarjeta llámeme si necesita algo.

-Gracias Doctora.

No podía creer aun lo que la señora me acababa de decir, toda nuestra relación fue una mentira, siempre me decía que sus padres estaban ocupados como para poder reunirse con nosotros, además que hacía viajes recurrentes, y en ocasiones lo escuchaba hablando en otro idioma, cuando yo le preguntaba me decía que eran asuntos de negocios, que ciega me tenía el amor, aparte de que ahora tengo el dolor de que mi relación fue una mentira por mucho tiempo, perdí valioso tiempo en una persona que solo me vio como un pasatiempo. Ese era mi presentimiento.

[…]

Han pasado ya tres años desde aquel acontecimiento que me tocó vivir, ahora mismo tengo mi propia clínica cardiológica, con mis 33 años me he enfocado más en mi carrera, y eso no me da tiempo para pensar en cosas banales como el amor, así lo considero pues a mí en una ocasión me causo dos dolores terribles, primero el sentimiento de pérdida, pero a eso se le junto el engaño.

De la mujer que me busco hace tiempo para decirme lo de Ernesto, no he vuelto a saber más, los padres de él vinieron para los servicios funerales además que conocieron a la nieta, una niña que aquel día no me di el trabajo de observar bien, ella es muy parecida a Ernesto, quedo bajo el cuidado de sus abuelos, bueno también de su madre, pero ahora ya no están solas, sino que tienen un respaldo.

De la muerte de Ernesto se supo poco, solo que la familia con la que él se había metido era una familia peligrosa, que había dejado embarazada a la única hija de unos de los jefes de la mafia del país, y pues al parecer ella era menor de edad y las cosas se salieron de control cuando supieron que se casaría, por lo que al parecer acabaron con la vida de semejante canalla.

Mis amigas me visitan cada vez que pueden, pues ahora tengo horarios más flexibles pues soy la jefa y ya no una empleada, estoy preparándome para una convención de cardiólogos en otro país y luego de eso nos iríamos con unas colegas a celebrar la despedida de soltera de una de ellas, además de mi cumpleaños que será en dos días, aunque yo haya cerrado mi corazón para cosas que tienen que ver con el amor, ellas aun creen en él, mi mamá siempre dice que porque uno se haya tropezado una vez no quiere decir que siempre le va a pasar, solo hay que limpiarse las rodillas al levantarse y seguir corriendo, pero en mi caso no quiero volver a correr y que esta vez sea a un acantilado donde caiga, no soportaría eso una vez más en mi vida.

[…]              Santiago Roosevelt

El ser multimillonario, tener todo lo que deseas y no necesariamente es lo que necesitas, pero eso no da nada de felicidad, más bien te atrae a personas viles y malvadas, que solo te ven en signo de moneda, pues no logran ver la personas detrás del nombre.

Soy Santiago Roosevelt, tengo casi 30 años, bueno digo casi porque estoy a dos días de cumplirlos, y saldré a celebrarlo a lo grande, porque solo una vez se cumplen 30 años, mis amigos y yo estamos planeando un viaje por todo Norteamérica además de ir a Grecia. Acabo de residirme de traumatólogo pediátrico, y tengo mi propia clínica-hospital traumatológico, pero yo me especialice en niños, así que trabajo con algunos amigos en la misma rama, pero ellos atienden a los adultos. Adicional a mí especialidad también ayudo a mí padre en dirigir las empresas que tiene, pues también están enfocadas en el área de la salud.

Amo a los niños, inclusive he pensado en buscar una clínica que se especializa en maternidad subrogada, bueno es una leve idea que tengo, mi padre ansia que le dé nietos, somos dos varones y mi hermano mayor está casado y su esposa espera a su tercer hijo, no puedo entender como mi padre me presiona por hijos cuando tiene ya prácticamente 3 nietos, espero que esta vez que ya le llega la nieta me deje de molestar un buen tiempo, mi madre es una de las personas más dulces pero también tiene esa idea loca como mi padre que debo buscar una novia, casarme y de paso tener hijos.

No creo en el amor por así decirlo, sufrí mucho por una fuerte decepción amorosa, bueno fue mucho más que eso, me enamore perdidamente de una mala mujer, digo una mala mujer porque no solo jugó con mi corazón con mi amor como le dio la gana, sino que también hizo lo que le dio la gana con el fruto del que yo creí amor.

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