Sasha había pasado toda la noche sentado al lado de la cama de Sol, sin poder dejar de llorar. Él no sabía como volvería mirarla a los ojos después de lo que había hecho, porque sabía que había perdido todo por sus malas decisiones. Tanto la niña que él tanto quería como su madre, jamás serían capaces de perdonarlo y segundo después la confirmación llegó.Cuando Sol abrió los ojos y vio el techo blanco del hospital se preguntó donde estaba, y hasta quien era, pero cuando todos los recuerdos de lo que había pasado volvieron a su memoria se sobresaltó.–¡¡ESTRELLA, ESTRELLA!! –Gritó con nerviosismo sentándose en la cama y Sasha reaccionó rápidamente intentando calmarla. –¡¿DÓNDE ESTÁ MI HIJA?!–¡Tranquila amor, Estrella está bien! –Respondió Sasha envolviendo las manos de Sol con las suyas. –Nuestra cachorrita está bien, ella está con mi hermana. Ava está cuidando de ella. – Murmuró entre lágrimas y Sol lo miró como si fuera un extraño.Entonces recordó todo lo que había pasado, en lo q
–Sol quiere verte. –Fue lo único que pudo pronunciar Kilian antes de que Sasha saliera corriendo directo a su habitación para verla.Tenía el corazón tan acelerado que parecía que estaba a punto de salir disparado de su pecho. Ella quería verle, su amor quería hablar con él y eso llenó su corazón de esperanzas. Sasha pensaba decirle todo lo que estaba sintiendo, lo mucho que estaba arrepentido. Hasta pensaba arrodillarse delante de Sol para suplicar su perdón, pero cuando entró en aquella habitación algo, la energía, su mirada tan fría y vacía de sentimientos, le dijo que lo último que iba a lograr allí era su perdón.–¿Querías verme? –Preguntó Sasha con la voz baja, como si tuviera miedo a hacer cualquier movimiento dentro de aquella habitación que provocase otro rechazo por parte de Sol.–Creo…que. –Sol empezó a hablar, pero se llevó una mano la boca haciendo una mueca, porque todavía le dolía y Sasha apretó los puños con rabia deseando tener a Samuel enfrente para poder matarlo. De
Días más tarde en la Mansión Hoffman, Sol estaba llorando entre los brazos de Alice, después de recibir la noticia de que aquella misma noche que la habían encontrado, también encontraron el cuerpo de Don.–Lo hizo para protegerme Alice. Don se sacrificó para salvarme de Samuel. –Murmuró Sol llorando porque le dolía en el alma haber perdido un amigo de aquella manera. –No es justo, murió por mi culpa.–Sé que era tu amigo mi vida, pero por lo que hemos averiguado, con todos los crímenes que ha cometido terminaría pasando el resto de su vida en la cárcel. –Habló Alice con suavidad intentando reconfortarla. –Eligió morir como un héroe protegiéndote, antes que terminar tras las rejas.Sol se apartó un poco de ella limpiándose las lágrimas y sonrió con tristeza recordando a Don.–Me ha protegido muchas veces cuando trabajaba en el club y me enseñó a defenderme. – Habló y Alice la volvió a abrazar con cariño.–Le daremos a Dominic el funeral que se merece cariño. Ya que todavía nadie ha re
Un par de semanas después cuando Sol y su hijo ya estaban totalmente fuera de peligro, ella y Estrella empezaron a preparar sus maletas con entusiasmo para viajar. Cuando de repente alguien llamó la puerta.Sol se fue abrirla y cuando Alice entró acompañada de sus hijas, Martha y Ava, Estrella salió corriendo para abrazarlas para recibir con todo cariño a sus amigas.–Alice, no esperaba verlas por aquí tan pronto. –Habló Sol viendo como su hija se agarraba al cuello de Ava.–Necesito hablar sobre algo muy importante contigo antes del viaje, cariño. –Contestó Alice y Sol la miró con preocupación.–Martha y yo llevaremos a nuestra pequeña princesa a tomar un helado mientras hablan. – Anunció Ava mirando a Estrella con complicidad y la niña esbozó una enorme sonrisa.–¿Puedo mamita? –Preguntó Estrella dando saltitos delante de su madre.–Claro que sí mi amor, ve a tomarte un helado bien grande y pórtate bien con Ava y Martha. – Contestó Sol.–¡¡Gracias mamita, gracias!! –Gritó Estrella d
En Londres ya era de noche cuando Sol llegó con su hija. A pesar de estar lloviendo las dos miraban todo maravilladas. Estaban muy entusiasmadas con su nueva vida en aquel país. Entrando en el aeropuerto una voz detrás de ellas les llamó la atención.–¿Solange Robledo? –Preguntó un hombre alto, con unos penetrantes ojos verdes, que les sonreía con amabilidad.–Sol, me llamo Sol y esta es mi hija Estrella. –Contestó la chica y el hombre se fijó en la niña que lo miraba con el ceñito muy fruncido. –Me imagino que eres el señor De Santis.–Llámame Fabrizio, por favor. –Contestó y ella asintió con una sonrisa amable.Fabrizio conocía bien la situación de la chica, ya que exactamente por eso se la habían enviado a él. Era un exmilitar que después de abandonar el ejército decidió utilizar todas las virtudes que tenía en el campo guerra para convertirse en un temido empresario, que ahora estaba dispuesto a cuidar de aquella chica y de su hija.–Es un placer conocerte Fabrizio. –Respondió Sol
Sasha estaba sentado en su moto mirando la casa de la familia de Damian, sonriendo para sí mismo. Pensando en lo fácil que había resultado ser convencer a Heidy de hacer aquella locura.Era el aniversario de matrimonio de los padres de Damian y Sasha le había exigido a Heidy que si quería estar con él debería hacerlo a su manera.Al principio Heidy pensó que aquello era una locura, porque ella sabía lo que significaría para su familia lo que Sasha estaba planeando, pero él le había asegurado que no necesitarían más el apoyo de Damian, porque con él lo tendría todo.Además, que Heidy pensó que su primo Derek estaba deseando que aquello pasará. Él necesitaba ver a su prima casada con un Hoffman para poder empezar su venganza y ella pensaba que podría convencer a Derek de perdonar la vida de Sasha, así con todo los Hoffman borrados de faz de la tierra él sería el único heredero de toda aquella inmensa fortuna.Sasha la vio salir de la casa mirando de un lado y podía notar que estaba nerv
Cuatro meses después.–¡¿Cómo está la mamá más hermosa de esta empresa?! –Exclamó Fabrizio entrando a la oficina, con Estrella que iban dando saltitos delante de él. Ya que el italiano se encargaba de recoger a la niña todos los días en el colegio.–Pues con los pies hinchados, y con un dolor insoportable en la espalda, pero inmensamente feliz. Porque ya tenemos los nuevos envases para nuestros cosméticos, hechos a base de productos reciclados y reciclables. –Anunció Sol girando su silla para verlos y Fabrizio se dio cuenta de que tenía los pies descalzos. –No podemos vender productos que tengan el noventa por ciento de ingredientes de origen natural, metidos en envases que contaminan nuestro medioambiente. Tenemos que buscar la manera de que nuestros productos sean eficaces, tan buenos para la piel, como para nuestro planeta.Fabrizio la miró maravillado y se acercó a ella mirándola con curiosidad.–Hablas como toda una empresaria, ¿se puede saber dónde has aprendido todo esto? –Preg
Había llegado la Navidad, la primera en que la familia Hoffman había tenido que separarse. Ava, Martha y Kilian habían viajado a Londres para pasarla con Estrella y Sol mientras que Alice y Scott habían decidido quedarse en Griffin para estar con los abuelos Mike y Meghan, y su hijo Sasha. Cuanto a Daniel…bueno, Daniel había elegido estar solo. Se sentía como si estuviera muerto en vida por la pérdida de su esposa y no quería que su familia viera esa imagen de él.En Londres Ava se había dedicado enseñarle a Estrella la famosa receta de tortitas con pepitas de chocolate de la familia Hoffman mientras Kilian preparaba la mesa para cenar y Martha le enseñaba a Sol todo lo que Sasha había comprado para el bebé.–Como este pequeñín todavía no se deja ver, Sasha ha comprado varias ropitas de color neutro. Mi hermano dedica ahora la mayor parte de su tiempo a entrar y salir de tiendas de bebés. –Afirmó Martha colocando varias prendas sobre la cama de Sol, que las miraba con ternura pensando