Es tan molesto cuando cosas como estas me pasan delante del hombre que me gusta, pero, las cosas son así, ya no hay manera de retroceder el tiempo y es por eso, que trago duro. —Señor…—No necesitas disculparte o hablar de más por algo que lógicamente habías pensado y deseado. Mejor, concentrémonos en el trabajo. El problema es grande en la empresa y necesito de ti ayuda. —Lo mejor es que consiga una secretaria pronto.—Lo haré, pero, con lo que sucedió la última vez, debo tomar con calma a quien escoger para reemplazarte. Por eso, estoy pensando en que seas tú quien la escojas y mientras eso pasa, me ayudes con las cosas en el almuerzo. — dice mi jefe y yo muerdo mi labio inferior.—¿Cómo puede estar tan tranquilo con lo que le he dicho, señor?—Te complicas mucho con las cosas, Shantelle. Somos adultos.‘Ojalá pudiera tomar más cosas con la misma calma que mi jefe. Pero, claro, él no es el que está avergonzado.’ Me digo mentalmente.—Y por ser adultos, sabemos que t
Intento procesar lo que sucede, porque mi jefe se marchó dejándome con un sinfín de pensamientos que se enredan entre sí. Preocupada, caminó de un lado al otro deseando saber que hacer a continuación y si fue buena idea aceptar dicha locura.—Seguramente acepté, porque estaba débil… de su beso. — susurro y cubro mi rostro avergonzada.No sé que hacer y ya es demasiado tarde para arrepentirme y decirle que cancelo lo que he dicho, sobre todo, cuando no quiero cancelarlo.Porque esa es la realidad no quiero cancelar algo, lo que deseo es controlar la vergüenza que tengo, porque realmente me siento demasiado avergonzada de lo que acaba de suceder con mi jefe.Respiro profundo y sabiendo que no puedo quedarme quieta, comienzo a caminar por la propiedad, intentando calmarme, porque no es propio de mí, regresar tan avergonzada por un beso.‘No fue un beso, fue el beso que mi jefe me dio’ me recuerdo mentalmente.—Necesitas calmarte, Shantelle. No le des demasiada importancia a eso.
Sabiendo que no puedo huir de mi jefe y que tengo mi escudo al estar Taddeo presente, me siento en la mesa donde los dos hombres no se han sentado, esperando que yo llegue y lo haga primero.— No necesitan esperarme, para sentarse. — digo, recordando que desde que regresé del hospital por un sangrado, los dos han estado más atentos a mi salud y siempre comemos juntos. Bueno, la única comida que no compartimos es el desayuno, porque el señor se levanta temprano y Taddeo es tan cómodo durmiendo conmigo que me es imposible levantarme temprano como lo hacía en el pasado cuando trabajaba como su secretaria.Pero, en el almuerzo o cena, siempre está mi jefe. Trabajamos un poco antes de la comida y cenamos hablando del día a día de cada uno de nosotros. Hoy no es distinto, comienza a Taddeo hablando de lo molesto que son los comentarios en la red y la información que ha conseguido sobre nuevos descubrimientos.Yo hablo de los videojuegos y lo que he hablado con Taddeo el día de hoy, porque
Retrocedo de inmediato, porque sé que es mucha responsabilidad cuando no hay un amor que te haga arriesgar tanto. Por lo que, trago duro e intento mantenerme calmada ante el rechazo que voy a darle.— Señor…— No quiero que te sientas presionada, Shantelle. Pero, sería bueno que miraras a tu alrededor y todo lo que has hecho.— Señor, necesito que entiendas.— No, Shantelle. Eres tú quien debe entenderlo y dejes de temer. Shantelle, ya actúas como la madre de Taddeo, estas pendiente de él, lo acompañas, eres su aliada ante cualquier cosa que necesitas y siempre piensas en su bienestar.— Bueno, las niñeras…— No, las niñeras solo se limitan a cumplir con su trabajo y marcharse. Aunque hay niñeras agradables que quieren a los niños, la conexión no es igual, porque desde antes de que lo trataras como tu propio hijo,
Al no tener como defenderme para no verme tan avergonzada y tímida, me dispongo a colocarme el cinturón de seguridad con manos temblorosas y mirar al frente para no enfrentar a mi jefe, por lo menos, no visualmente.— ¿Entonces?— No es nada, Taddeo. — responde mi jefe a la pregunta de Taddeo, para después encender el auto.Taddeo no hace más preguntas, por lo que, suspiro aliviada, para después, implorar porque algo incomodo o vergonzoso no suceda el día de hoy.‘La visita a la empresa con Taddeo aquella vez, no fue muy agradable. Espero que esta no sea así.’ me digo mentalmente.el auto avanza y justo cuando la gran puerta se abre. Varios autos nos esperan y escoltan hasta la empresa. Aunque no hay un solo periodista, nadie se acerca a nosotros a excepción de los autos que nos protegen, por lo que, me siento un poco más cómoda.— Los period
Mi niña interna enamorada, grita de la emoción porque con su ‘cariño’ me ha proclamado como suya delante del personal de la empresa, cosa que podría disipar un poco los rumores negativos de mí, pero, mi yo de adulta, se siente avergonzada, por el latir frenético de mi corazón y el rubor desborda de mi rostro.— Mami, padre te llama. — dice Taddeo al notar que me he quedado petrificada en mi puesto, intentando regular mi respiración.— Sí, cariño. Ya voy. Tomaré la agenda, lápiz e iré enseguida, ve con él primero. — digo y Taddeo asiente marchándose de inmediato.Suspiro profundo y busco la agenda, recordándome mentalmente que no debo perturbarme por solo una pequeña palabra… y un beso en un solo día.Así que, respiro profundo y con mis herramientas de trabajo en mano entro a la oficina dond
En estos momentos deseaba tanto que la tierra se abriera y me tragara de inmediato, pero, lógicamente eso no era posible. Así que, debo enfrentar todo lo que sucede en estos momentos o terminaría con miles de estudios innecesarios ‘solo por prevención’.— Me caí porque me asusté. — digo avergonzada.— ¿Con que? — pregunta mi jefe y yo dudo.La vergüenza me invade y yo me escondo en el pecho de mi jefe, porque no soy capaz de decir ello sabiendo que me mira, por lo que, respiro profundo y hablo, comprendiendo que no hay manera de que yo salga de este problema sin confesarme.‘Básicamente me han agarrado con las manos en la masa.’ Me digo mentalmente.— Porque fui una pervertida con usted.— Pero, Shantelle, sigo vestido. — dice mi jefe y yo golpeo su pecho.— No sea tan… cruel— Es que no entiendo com
Llegamos a su casa y mi jefe deja a Tadeo en la habitación original de Taddeo. Para después, caminar hacia el balcón del pasillo del segundo piso donde espero a mi jefe para darle la información que por pervertida omití.— Si deseas, puedes dormir aquí. — dice mi jefe acercándose a mí.— No, me he quedado aquí para darle la información de su agenda de los siguientes tres días. Como no sé si tendrá en la mente todo lo que hay aquí, programe alarmas en la tableta para que se prepare antes de cada reunión.>> Pero, si gusta, puedo colocar las mismas alarmas de recordatorio en su teléfono para que tenga toda su información al alcance... — digo y le informo de todas las reuniones y puntos clave de su itinerario.— Me pregunto si cuando seas mi esposa, también organizarás mi ropa cada mañana para