En el auto, sigo trabajando, siguiendo las instrucciones de mi jefe, mientras esperamos que Taddeo salga. Flora, aparece con Taddeo dando saltos y buscándonos, hasta que abren la puerta del auto y me ve.
— ¡Mami!— ¿Cómo te fue, cariño? — pregunto y él me sonríe.— Bien.— Se nota, yo cuando salía de algún examen, salía casi llorando o realmente llorando. — digo y él me sonríe.— Mami tiene un hijo inteligente. — dice Taddeo y yo asiento besando su cabeza.— Tienes razón, mi vida. — le respondo y me giro hacia mi jefe. — ¿A dónde vamos, señor Cappelletti?— A la empresa. Necesito que solucionemos el problema hoy o por lo menos, avanzar bastante.— Pero, ¿Qué hay de Taddeo? — pregunto preocupada.Los recuerdos de todo lo que sucedi&oaNo comprendo porque dice algo así, pero, no estoy interesada en preguntar delante de Taddeo, por lo que, solo me concentro en salir de esta conversación por lo pronto.— Lo mejor es que antes de aceptar, sepamos durante cuánto tiempo estaría y en qué momento estará Taddeo aquí. Ya que, él debe hacer sus tareas y prepararse para la escuela.— La señorita Esposito se encargará de todo lo relacionado a su uniforme perfecto y la realización adecuada de las tareas.— ¿Esposito?— Flora, mami. Flora Esposito. — explica Taddeo y asiento comprendiendo.— Entonces, ¿Cuál es mi lugar entonces? — pregunto curiosa.— Acompañarlo, darle el calor familiar y amor maternal, que a Taddeo lo ayudará a avanzar. — dice mi jefe y yo miro hacia Taddeo.— Me llevarás y buscarás en l
El miedo me invade al ver como las luces se hacen cada vez más borrosas, la sensación es extraña porque estas se intensifican o disminuyen sin que se los pida e incluso, muchas veces observo que la luz se hace más brillante al punto de ser molesto.— ¿Qué rayos me sucede? — pregunto agarrando mi cabeza como si estuviera a punto de explotar— ¿Se encuentra bien, señorita? — pregunta uno de los pocos meseros del lugar.— Ese trago… fue extraño. Me hizo sentir extraña. — susurro intentando no desplomarme.— Déjeme ayudarla. — dice el mesero y yo niego.No sé si fue él quien me entregó el trago o no, pero, es seguro que hay alguien que no me quiere aquí y por eso, no puedo permitirme que alguien más se acerque sea por buenas intenciones o malas.No conozco a nadie aquí y con las nuevas
Estoy perdida, no puedo abrir los ojos, mover mi cuerpo e incluso, ya no hablo como antes, porque hacerlo me cuesta y cuando se escucha, solo arrastro las palabras, como si estuviera ebria.‘¿Qué va a pasar conmigo ahora?’ me pregunto mentalmente.— ¿La desnudamos aquí para hacer la sesión de fotos? — pregunta un hombre y yo quiero llorar.— Es un callejón demasiado asqueroso. Aquí botan la basura.— ¿No es eso mejor? Así quedaría descartada como nuera de la familia Cappelletti, porque ni con toda el dinero del mundo, podrían borrar algo tan vergonzoso de su historial. — dice el hombre y todos comienzan a reírse, mientras me dejan en un suelo frio.Alguien comienza a tocar mi cuerpo y yo confirmo que si llegan a desvestirme, estaré condenada. No solo no seré parte de esa familia, si no que, seré la mujer señ
No sé en qué momento me quedé dormida, pero, si es claro que alguien no ha dormido siquiera un poco, porque el hombre que es mi jefe, camina de un lado al otro susurrando maldiciones y ordenes que no pueden ser ignoradas.— No me importa que es lo que están haciendo y mucho menos, si el mismo presidente lo respalda, necesito que me encuentren a todos los implicados y no hablo solo del incidente de hoy, si no, de todo el desgraciado que publicó esa maldita noticia.Somnolienta, intento girarme y por fortuna, lo hago. Así que, grito mentalmente al sentir que mi cuerpo, se mueve cuando se lo ordeno. Por lo que, me levanto rápidamente y cuando siento que voy a correr hacia mi jefe para agradecerle ello, mi vejiga me dice que debo darle atención.Por lo que, rápidamente, entro al baño y después de lavar mi rostro un poco, recuerdo que estoy haciendo y con quien estoy realmente. Por lo que, m
No entiendo que es lo que sucede exactamente, no comprendo porque me afecta tanto sus palabras, no es la primera vez que un hombre piensa en mí solo por un interés sexual o algo parecido a interés y no por amor.Pero, este me está afectando más y lo peor es que básicamente no tengo a donde ir. Porque a donde me marche, los pensamientos sobre mi jefe no cesan y es eso lo que odio, porque si antes quería irme, ahora no quiero hacerlo.Quiero quedarme y demostrarle que no estará dentro de mí, por más que quiera realmente tenerlo en mi interior, porque lo deseo, pero, mi orgullo me impide aceptar esto.— Shantelle, espera un momento. — dice mi jefe agarrando mi brazo y yo me libero de su toque.— Mantengamos la distancia, señor.— Lo siento, Shantelle. — dice cuando avanzo hacia el ascensor, pero, no me detengo — Fui un maldito imbé
Intento calmarme, porque sé que desesperando con un pequeño en casa, no es buena idea. Así que, rápidamente tome una ducha y pienso sobre lo que debo hacer a continuación.Mi jefe lo había dicho antes, me quedé a cargo de Taddeo y lo que menos deseo es irme a urgencia por un pequeño con un pequeño que le importa demasiado lo que me sucede. No quiero asustarlo así.Sin embargo, no he salido de la ducha, cuando alguien golpea frenéticamente la puerta, asustándome.‘¿Un lunático ha entrado a la casa?’ Me pregunto mentalmente colocándome la toalla alrededor de mi cuerpo.—Shantelle, ¿te encuentras bien? — me pregunta mi jefe tocando la puerta frenéticamente.—Espera un momento, yo…—Dime que estas bien, por favor. — implora mi jefe y yo abro la puerta tan rápido como puedo.De inmediato, me revisa como si su mirada fuera un escáner y yo me ruborizo por pensar que me esta viendo todo debajo de la toalla.—¿Te duele? ¿Te sientes mal? ¿Llamo a una ambulancia? ¿Necesitas…?—Seño
Pero, no podría culparlo por su cambio. Ya que, yo también he cambiado y mucho. Ya no soy la perfecta secretaria a sus ojos, si no, que he mostrado mi lado desordenado e infantil. Hemos visto varias partes de nosotros que manteníamos en reserva, que podría decir que después de mí familia y Mary, él es quien más me conoce. Mi jefe es quien más sabe de mí y no sé ha marchado, como mi madre me decía que sería.—Eso ha quedado en el pasado, señor.—No para mí. No debí actuado de una mejor manera y…—Disculpen, ¿debo marcharme o…? — dice el ginecólogo con el ecografo.—Hablemos de esto después, ahora, veamos como está todo y porque estas sangrando. — dice mi jefe—Solo sangre un poco, no es para tanto. — susurro.—Comprobaremos si todo esta bien después de esto. — dice mi jefe extendiendo su mano y ayudándome a acostarme en la camilla.El doctor habla mientras observa todo lo que las imágenes muestra, en vez de ser yo quien pregunte, es mi j
Días después El aburrimiento me está matando en todo el sentido de la palabra. Por culpa de los rumores que han inventado sobre mí, no he podido salir y mucho menos, lo hace Taddeo, ya que, han surgido tantas cosas que han incluso afectado indirecta o directamente a Taddeo.Por fortuna, aunque han hablado que es un hijo ilegitimo, que fue un soborno de mi parte hacia mi jefe y muchas locuras más, a Taddeo, en lo único que le ha afectado, es en no poder salir y a juzgar por lo poco que sé de su vida, ha vivido sin salir la mayoría de esta.Por lo que, en ese aspecto estamos bien, lo malo es cuando sale algo en mi contra, solo así comienza a teclear muchos comentarios en las plataformas donde suben dichos rumores y eso, aunque parece aliviar su enojo, no es saludable en lo absoluto.—Lo sorprendente es que no los insulta usando palabras groseras o vulgares. Él los insulta con tanta educación que no sabes si aplaudir su léxico o sentirse ofendido. — dice el mayordomo.—Intentaré