Taddeo se aleja un poco y mi jefe intenta ayudarme a levantar, pero, en medio de mi torpeza, caigo al suelo nuevamente y él cae a un lado arrodillado. Por lo que, nuevamente abro los ojos, sorprendida.
— Padre, tú puedes. — dice Taddeo.— Creo que estoy siendo una carga para tu padre. — susurro y mi jefe abre sus ojos como si entendiera algo.Mi jefe se levanta y cuando creo que va a dejarme en el suelo, coloca sus manos debajo de mí, una debajo de mi espalda y otra debajo de mis piernas, para después levantarme en el aire, mientras causa que yo emita un pequeño grito de sorpresa.De inmediato, me aferro al cuello de mi jefe, mientras Taddeo se lanza a la espalda de mi jefe, siendo él quien nos carga a ambos. El pánico se apodera de mí y yo miro a mi alrededor, en busca de un lugar en el que pueda agarrarme.Pero, las paredes están demasiado lejos y aferrarme a alguien m&aAl día siguienteMe despierto, con un pequeño en mi costilla, por lo que, se me dificulta moverme, ya que, él esta aferrado a mí. Acostada en mi cama, analizo mi situación, intentando indagar cual es la mejor solución al problema en el que me encuentro.Pero, sumado a eso, estoy pensativa por lo que me ha dicho mi jefe sobre que yo no soy la única que llama padre sin serlo. Mi curiosidad quiere saber a qué se refiere con ello y si es otra mujer antes de mí que Taddeo le decía madre.Sin embargo, por mucho que quiera saber a qué se refería con ello, me quedo en silencio porque por su expresión, es algo delicado de lo que no se puede hablar con facilidad.— ¿Qué secretos tienen como familia? — pregunto acariciando el cabello del pequeño que se aferra a mí con fuerzas.‘Es un niño que necesita amor y parece que cree que
En el auto, sigo trabajando, siguiendo las instrucciones de mi jefe, mientras esperamos que Taddeo salga. Flora, aparece con Taddeo dando saltos y buscándonos, hasta que abren la puerta del auto y me ve.— ¡Mami!— ¿Cómo te fue, cariño? — pregunto y él me sonríe.— Bien.— Se nota, yo cuando salía de algún examen, salía casi llorando o realmente llorando. — digo y él me sonríe.— Mami tiene un hijo inteligente. — dice Taddeo y yo asiento besando su cabeza.— Tienes razón, mi vida. — le respondo y me giro hacia mi jefe. — ¿A dónde vamos, señor Cappelletti?— A la empresa. Necesito que solucionemos el problema hoy o por lo menos, avanzar bastante.— Pero, ¿Qué hay de Taddeo? — pregunto preocupada.Los recuerdos de todo lo que sucedi&oa
No comprendo porque dice algo así, pero, no estoy interesada en preguntar delante de Taddeo, por lo que, solo me concentro en salir de esta conversación por lo pronto.— Lo mejor es que antes de aceptar, sepamos durante cuánto tiempo estaría y en qué momento estará Taddeo aquí. Ya que, él debe hacer sus tareas y prepararse para la escuela.— La señorita Esposito se encargará de todo lo relacionado a su uniforme perfecto y la realización adecuada de las tareas.— ¿Esposito?— Flora, mami. Flora Esposito. — explica Taddeo y asiento comprendiendo.— Entonces, ¿Cuál es mi lugar entonces? — pregunto curiosa.— Acompañarlo, darle el calor familiar y amor maternal, que a Taddeo lo ayudará a avanzar. — dice mi jefe y yo miro hacia Taddeo.— Me llevarás y buscarás en l
El miedo me invade al ver como las luces se hacen cada vez más borrosas, la sensación es extraña porque estas se intensifican o disminuyen sin que se los pida e incluso, muchas veces observo que la luz se hace más brillante al punto de ser molesto.— ¿Qué rayos me sucede? — pregunto agarrando mi cabeza como si estuviera a punto de explotar— ¿Se encuentra bien, señorita? — pregunta uno de los pocos meseros del lugar.— Ese trago… fue extraño. Me hizo sentir extraña. — susurro intentando no desplomarme.— Déjeme ayudarla. — dice el mesero y yo niego.No sé si fue él quien me entregó el trago o no, pero, es seguro que hay alguien que no me quiere aquí y por eso, no puedo permitirme que alguien más se acerque sea por buenas intenciones o malas.No conozco a nadie aquí y con las nuevas
Estoy perdida, no puedo abrir los ojos, mover mi cuerpo e incluso, ya no hablo como antes, porque hacerlo me cuesta y cuando se escucha, solo arrastro las palabras, como si estuviera ebria.‘¿Qué va a pasar conmigo ahora?’ me pregunto mentalmente.— ¿La desnudamos aquí para hacer la sesión de fotos? — pregunta un hombre y yo quiero llorar.— Es un callejón demasiado asqueroso. Aquí botan la basura.— ¿No es eso mejor? Así quedaría descartada como nuera de la familia Cappelletti, porque ni con toda el dinero del mundo, podrían borrar algo tan vergonzoso de su historial. — dice el hombre y todos comienzan a reírse, mientras me dejan en un suelo frio.Alguien comienza a tocar mi cuerpo y yo confirmo que si llegan a desvestirme, estaré condenada. No solo no seré parte de esa familia, si no que, seré la mujer señ
No sé en qué momento me quedé dormida, pero, si es claro que alguien no ha dormido siquiera un poco, porque el hombre que es mi jefe, camina de un lado al otro susurrando maldiciones y ordenes que no pueden ser ignoradas.— No me importa que es lo que están haciendo y mucho menos, si el mismo presidente lo respalda, necesito que me encuentren a todos los implicados y no hablo solo del incidente de hoy, si no, de todo el desgraciado que publicó esa maldita noticia.Somnolienta, intento girarme y por fortuna, lo hago. Así que, grito mentalmente al sentir que mi cuerpo, se mueve cuando se lo ordeno. Por lo que, me levanto rápidamente y cuando siento que voy a correr hacia mi jefe para agradecerle ello, mi vejiga me dice que debo darle atención.Por lo que, rápidamente, entro al baño y después de lavar mi rostro un poco, recuerdo que estoy haciendo y con quien estoy realmente. Por lo que, m
No entiendo que es lo que sucede exactamente, no comprendo porque me afecta tanto sus palabras, no es la primera vez que un hombre piensa en mí solo por un interés sexual o algo parecido a interés y no por amor.Pero, este me está afectando más y lo peor es que básicamente no tengo a donde ir. Porque a donde me marche, los pensamientos sobre mi jefe no cesan y es eso lo que odio, porque si antes quería irme, ahora no quiero hacerlo.Quiero quedarme y demostrarle que no estará dentro de mí, por más que quiera realmente tenerlo en mi interior, porque lo deseo, pero, mi orgullo me impide aceptar esto.— Shantelle, espera un momento. — dice mi jefe agarrando mi brazo y yo me libero de su toque.— Mantengamos la distancia, señor.— Lo siento, Shantelle. — dice cuando avanzo hacia el ascensor, pero, no me detengo — Fui un maldito imbé
Intento calmarme, porque sé que desesperando con un pequeño en casa, no es buena idea. Así que, rápidamente tome una ducha y pienso sobre lo que debo hacer a continuación.Mi jefe lo había dicho antes, me quedé a cargo de Taddeo y lo que menos deseo es irme a urgencia por un pequeño con un pequeño que le importa demasiado lo que me sucede. No quiero asustarlo así.Sin embargo, no he salido de la ducha, cuando alguien golpea frenéticamente la puerta, asustándome.‘¿Un lunático ha entrado a la casa?’ Me pregunto mentalmente colocándome la toalla alrededor de mi cuerpo.—Shantelle, ¿te encuentras bien? — me pregunta mi jefe tocando la puerta frenéticamente.—Espera un momento, yo…—Dime que estas bien, por favor. — implora mi jefe y yo abro la puerta tan rápido como puedo.De inmediato, me revisa como si su mirada fuera un escáner y yo me ruborizo por pensar que me esta viendo todo debajo de la toalla.—¿Te duele? ¿Te sientes mal? ¿Llamo a una ambulancia? ¿Necesitas…?—Seño