Algo acaricia mi cabello, relajando mi cabeza, aunque realmente me despierta. Por lo que, me muevo un poco, estirándome en el proceso. Es en ese momento que siento unos pequeños labios besar mi frente y yo me levanto de inmediato.
El miedo me invade al saber que estaba durmiendo sola y el alma vuelve a mí cuando veo al causante de que me dé un infarto, sonriéndome como si darme un susto es la mejor manera de ser despertada.— Taddeo, ¿Qué rayos haces aquí? — pregunto confundida.— Mami está aquí. — dice Taddeo sonriéndome.Sin saber qué hora es, busco mi teléfono y como si Taddeo supiera que busco, se agacha y me entrega el teléfono con su radiante sonrisa. Preocupada por no saber qué hora es, enciendo el teléfono y me doy cuenta de que son las nueve y media de la mañana.— Oh, rayos… me he levantado tardMe quedo en silencio, si digo que no soy su novia, van a especular que soy una aprovechada o algo parecido, porque fuimos demasiado íntimos en la fiesta y si digo que si lo soy, estaría mintiendo.‘Si que me he complicado la vida.’ me digo mentalmente.— Voy a darme una ducha. Está pendiente de Taddeo, porque si se pierde estando bajo nuestra vigilancia, estaremos en graves problemas. — digo y ella asiente quedándose en silencio.Bajo la lluvia artificial pienso que es lo que debo hacer. Así que, la mejor opción es buscar una pareja. Necesito marcar un límite y eso solo lo tendré, cuando tenga mi pareja.‘Ahora el problema es salir a buscar una pareja. Tendría que darle la oportunidad a alguien de que me haga daño. Porque eso es lo que uno permite al tener un novio, la oportunidad de que me lastime.’ Me digo mentalmente.Termino de ducharme y desay
Llegamos a la casa y entramos a la mansión principal donde para mi sorpresa, ya está mi jefe esperándonos. De inmediato, miro a lo lejos el reloj y noto que es muy temprano incluso para un día relajado en el trabajo.— ¿Qué haces aquí? — pregunta Taddeo con seriedad.— Bueno, vivo aquí, según sé. — dice mi jefe.— Me voy. — dice Taddeo con firmeza, marchándose hacia su habitación.— Señor Cappelletti, no creo que sea buena idea actuar como si fueran enemigos.— Le pediré que por favor, no se entrometa en mi crianza. Yo no voy a cambiar aunque lo intente y la verdad, si usted está aquí es para que lo eduque con amor, a mí déjeme la educación fría.— E infantil.— Sí, también es infantil. — dice mi jefe y yo asiento.— Se&n
Lentamente, leo el documento notando que es la única condición adicional que tengo, por lo que, firmo el documento sabiendo que ahora más que nunca, debo conseguir pareja. Porque, solo así sentiré que no voy a caer tan rápido en la tentación.‘Tan rápido.’ Me digo mentalmente.— ¿Por eso vino tan temprano, señor?— No, quisieras que fuera así, pero, no, Shantelle. No eres así de importante para mí.‘¿Por qué duele tanto?’ me pregunto mentalmente.El malestar es grande, pero, me golpeo mentalmente en el pecho para culpar del dolor a mi golpe y no a sus palabras. es así como debo engañarme, mientras me recuerdo que no debo caer ante él. Que no debo demostrarle que me importa.— Vine porque no he arreglado el asunto de tu reemplazo. Necesito tu ayuda en eso y como no quiero causar revuelo en
El tiempo pasa y yo llego primero a la escuela que el chofer me trajo, cuando llego el terapeuta está esperando por nosotros y con sus indicaciones, me dice como debo intervenir si algo se sale de lo planeado.— ¿Hay algo más que deba tomar en cuenta? — pregunto preocupada.Aunque intento calmar mi preocupación, sobre todo, porque yo fui la del plan, me es complicado calmarme porque Taddeo no es un niño normal y no quiero que el desespero porque todo salga bien, termine complicándolo todo.— ¿Es una buena idea hacer esto?— Pienso que nos estamos precipitando, pero, el señor dio una orden y llevarle la contraria es una sentencia de muerte. — dice el terapeuta.— ¿Siempre es complicado de tratar? — pregunto mientras veo a los niños jugar.Sabiendo que debo ponerme en acción, camino hasta el parque que tienen dentro del colegio. Uno donde
El terapeuta intenta hablar con él para saber más sobre cómo se siente, pero, él lo ignora y se sube al auto con evidente molestia. Por lo que, subo a su lado y tomo su mano, sonriendo encantada como él lo hace cuando no está molesto conmigo.— Vaya, tengo unas ganas de ir por un helado, ¿Quién podría acompañarme? — pregunto y Taddeo no me presta atención.Mi jefe termina de hablar con el terapeuta y sube al auto, por lo que, quedo a un lado de la ventana sin saber que hacer o decir, ya que los Cappelletti están demasiado serios.— Bueno, si van a estar así de amargados, lo mejor es que yo me vaya en un transporte público o algo parecido. — digo lista para salir y de inmediato, Taddeo agarra mi mano.— Vamos por helado.— No quiero obligarte a nada, si no quieres estudiar o comer helado, lo entiendo, yo buscaré la maner
Mientras los helados llegan Taddeo me muestra lugares bonitos en su tableta, que ni siquiera en mi imaginación pude ver cosas tan hermosas. Su enojo ya se ha esfumado, al punto que me habla más y solo usa la tableta para mostrarme los lugares, mientras su padre solo nos mira.— ¿Vamos ahí? — pregunta Taddeo.— ¿Con quién iríamos?— Mami y yo. — dice Taddeo y yo miro a su padre.— Yo creo que papi quiere ir. — digo y él mira a su padre.— Parezco solamente una figura decorativa. Desde que Shantelle llegó, yo solo existo cuando necesitan algo de mí.— Trabajas. — dice Taddeo y yo intervengo.— Puede tomar vacaciones.— No, mejor no. — dice Taddeo negando y yo sonrío por la cara de indignación de mi jefe.‘Sin duda, ellos tienen una relación extraña.’ Me di
Llegamos a una pista de hielo y yo niego de inmediato al saber que no estoy dispuesta a ser parte de algo así. pero, nadie me presta atención, porque Taddeo esta emocionado viendo todo desde el auto y mi jefe está concentrado, parqueando el mismo.— No puedo ir. Yo no sé patinar. Lo mejor es que los espere en el auto. — digo y de inmediato los dos niegan con firmeza.— Es una salida familiar, ¿lo recuerdas? — pregunta mi jefe.— Pero, no tengo ropa para eso y tampoco, sé cómo patinar, lo mejor es que no vaya. Solo estorbaría.— Te enseñamos. — dice mi jefe.— Yo no sé. — dice Taddeo sonriente. — Aprendamos los dos.Dudo, pero, Taddeo se baja y abre la puerta del lado donde estoy, por lo que, bajo a regañadientes, aunque el miedo me invade. Como una familia normal, entramos al lugar, siendo Taddeo quien sostiene sus man
Mi corazón se acelera y yo sé que estoy en graves problemas. Que en realidad, aunque todo parezca normal, me encuentro en un gran riesgo y es por eso, que intento arriesgarme, pero, no lo suficiente, ya que, sé que pasará si llego a besarlo o ser demasiado intima con él.Es por ello, que coloco mis manos en su cintura, para conseguir firmeza y no caerme en el intento y sonrío para acercarme un poco a él.— Me gusta y mucho, señor Cappelletti. Pero, sabemos que sucede cuando uno no quiere igual o al menos, cerca. Además, soy su empleada y eso de follar con mi jefe, no es algo que me resulte realmente excitante.— Creo que cuando eras mi secretaria, si te resultaba excitante. Si algo he notado de ti, es que finges cosas para disfrazar lo que realmente pasa contigo, pero, yo también puedo fingir. Incluso ahora podemos hacerlo y así disfrutar hasta que ya no sea necesario aparen