Un nudo se forma en mi garganta y el deseo de lanzarme del auto en movimiento, se intensifican, porque siento que si corro, voy a llegar más rápido. De inmediato, me quito el cinturón de seguridad e intento abrir la puerta, pero, no me es posible.
— Kendrick, detente, por favor. — dice mi suegra, abrazándome desde su lugar.— Ellos… mi familia… debo salvarlos. — susurro con dolor.— Lo sé, comprendo tu desesperación, pero, cometiendo una locura no vas a salvarlos, solo causarás que cuando ellos sean rescatados y te busquen, no estén presente, ¿quieres fallarles así? ¿quieres que nos retrasemos para poder atenderte porque te lastimarás al caer del auto en movimiento?— Necesito encontrarlos. Yo…El llanto me impide poder hablar y por eso, me concentro en gritar, golpear el auto y llorar como un idiota, porque es eso lo &Mi corazón parece no soportar lo que estoy viendo. Por lo que, grito implorando que sea yo el que este herido. Pero, no es así. Aunque quiero morir, a pesar de que quiero ser yo el que reciba los disparos, no es posible.Las ganas de matar a Ivanna, se intensifican, pero, no soy capaz de hacerlo, porque no puedo dejar a mi esposa e hijo abandonados. A pesar de que quiero que muera con mis propias manos, no puedo dejarlos solos.Desesperado, grito una y otra vez, para que nos ayuden. Pero, nadie aparece. Por más que grito, parece que nadie puede escucharme y eso, solo aumenta mi desesperación, porque realmente quiero que los atiendan, pero, no soy capaz de hacerlo solo. Causando que mi impotencia me invada.— Ya no hay quien nos moleste. Ahora podemos ser felices. — dice Ivanna acercándose a mí.— ¡Aléjate de mí, maldita loca! — digo aferrándome a mi esposa.— C
Tengo que concentrarme tanto en donde caminar para no caerme, pero, para mi fortuna, los paramédicos escasamente se resbalan y cuando lo hacen, no lastiman los cuerpos de mi familia.Por eso, llegan seguros a las ambulancias, donde mis suegros corren hacia dónde está mi esposa, pero, son los oficiales los que hacen un anillo de seguridad, para que ella sea atendida.— ¡Shantelle, hija! — grita mi suegro.Todos comienzan a llorar y no los culpo, ella se ve muy mal y eso, solo aumenta la culpa que siento. Los gritos de Ivanna o Eva, se escuchan con fuerzas, mientras yo imploro que ellos estén a salvo.Pero, la realidad es que apenas la suben a Shantelle, mi suegra sube a la ambulancia y se marchan. Desesperado, subo a la ambulancia donde se encuentra Taddeo e imploro que todos estén.— Debes estar a salvo, cariño. — digo con miedo.— Mami… mami, por favor. — s
El tiempo pasa muy lento, al punto que podría enloquecerme. Aunque quiero saber que ha sucedido con mi esposa, no hay una sola persona en el hospital que pueda darme razón sobre lo que sucede y eso, me da miedo.— Hijo, ¿por qué no vas hasta donde esta Taddeo? Ahora él te necesita.— No creo que pueda concentrarme. No voy hasta donde él esta, porque siento que ahora, en el estado que me encuentro, podría hacerle más daño del que ya le han hecho. — digo con dolor.— Kendrick, yo puedo ir en tu lugar, incluso, tu madre puede hacerlo, pero, quien debe estar allí eres tú, hijo. Porque por mucho que quiera entender cómo funciona tu familia y ponerme en el lugar de ustedes, no será igual.Me quedo en silencio, aunque mi padre tenga razón, me es complicado moverme. No sé si es por la falta de comida durante todas estas horas, el ag
Sabiendo que no puedo hacer algo más por ellos, me quedo en una silla suplicándole a Dios que los salve. Solo eso puede ayudarme a sentir un poco de esperanza para ellos. Una esperanza de vida para cada uno de ellos.Mi padre, se coloca a mi lado y se coloca en posición para orar conmigo lo que yo siento como una eternidad que se acaba cuando el doctor con mucha sangre, sale del quirófano donde no lo vi entrar con mi esposa.— ¿Familiares de la señora Shantelle Cappelletti? — pregunta el doctor.— Aquí estamos. — decimos todos de inmediato.— Afortunadamente, se pudo detener el parto prematuro. La pequeña parecía desesperada por salir antes de tiempo, pero, pudimos prologar su estadía en el vientre de la madre por un tiempo más.— ¿Es niña? — pregunta mi suegro, con evidente aturdimiento.— Sí, es una ni&ntild
Las palabras las escucho lentamente, es como si cada silaba fuera una bala directo en mi pecho, porque la realidad es que no quiero escoger quien vive. No deseo en lo absoluto, intentar pensar en una vida sin alguna de las dos, pero, su padre… mi suegro, parece llevarme a un precipicio donde sin lanzarme, siento que estoy cayendo.— ¿De verdad conoces a tu hija? — pregunta mi suegra.— Es su vida, ¿ahora importa si la conozco o no? — pregunta mi suegro molesto.— Señor Pussi, no tengo intenciones de escoger quien vive o muere. Puede llamarme egoísta y pensar que quiero aferrarme a mi hija, pero, no me parece justo para ella o para mí que asesinemos a una bebé que soportó tanto para seguir conmigo.— ¡Es mi hija!— Ella es mi esposa y mi hija. Así que, mi decisión es esta: oraré porque no haya alguna novedad, pero, no decidiré qu
No me atrevo a entrar a su habitación, pero, tampoco me atrevo a marcharme, así que, desde la puerta, observo si ella se despierta o no. Pero, no importa por cuanto tiempo la miré, ella no se mueve.En mi puesto, observo como sus padres lloran al verla así y yo los acompaño en su dolor, porque no me parece justo ni mucho menos agradable ver como ella se ve tan frágil, que causa miedo que al tocarla se desvanezca completamente.— Esto es mi culpa. — susurro.— Es la culpa de todos, nosotros fuimos negligentes con la amenaza que significaba Ivanna. Si hubiésemos tomado las medidas antes de que ella fuera a la mansión principal, quizás, la historia fuera otra.— Sería igual, Roswell habría buscado a otra persona para poder causarnos daño. Ivanna solo fue un peón que podría cambiar a su antojo, si esta se destruía. La causa de todo este mal
Horas despuésMis padres han continuado discutiendo lo que el investigador nos ha dicho, mientras yo estoy recostado a la pared desde donde puedo ver la camilla donde se encuentra mi esposa. Pero, no importa cuánto tiempo pase, ella no se mueve.— Lo mejor es que entres, Kendrick. Dicen que las personas que están en esas condiciones necesitan escuchar la voz de la persona que aman, hijo. — dice mi madre.— No quiero entrar y hacerle más daño. — digo con temor.— Recuerda que tu bebé está en su vientre. Necesitas hablarle, decirle que no está sola. Que el peligro ya ha pasado.— ¿Y si no ha pasado?— Ha pasado, Dios nos permitió que a pesar de que pasara por tanto en manos de esos locos y siguiera con nosotros. Eso es porque las salvó porque su tiempo en la tierra no ha terminado. — dice mi madre.De inmediato, estoy de acuerd
Dudo de que sea una buena idea para ambos. Porque Shantelle se encuentra tan débil que temo que eso pueda empeorar a Taddeo. Pero, sé que si me niego, lo hará por su cuenta y posiblemente, los resultados no sean buenos.— Está bien, vayamos a ver a tu madre. — susurro con tristeza.Taddeo, sonríe de tal forma que sus ojos brillan y yo me arrepiento porque sé que ese brillo no estará después de que la vea. Decepcionado por hacer que mi hijo vuelva a experimentar algo doloroso, camino con él agarrado de la mano, rumbo a la habitación donde mis suegros, duermen.Taddeo, me mira y hace una señal de silencio. Así que, yo asiento y juntos, avanzamos hacia la camilla donde Shantelle descansa. El niño, con cuidado, toca el pie de Shantelle y lentamente desliza su mano a medida que avanza por su cuerpo.Cuando creo que se quedará en su vientre, su mano se queda so