Lentamente abro los ojos, al sentir una insistente voz de un pequeño que peina mi cabello una y otra vez. No necesito adivinar sobre quien se trata porque en mi vida, solo tengo la presencia de ese pequeño que vi en una noche lluviosa.
— ¿Cuándo despertará? — pregunta Taddeo por quinta vez, desde que lo escucho.— Si sigues molestando, pronto y no sé si eso ayude a su cirugía tan riesgosa.— Doctores malos… Kendrick tacaño — dice el pequeño dejándome de peinar.— ¡Oye!— No grites, molesto.— Se dice: No grites, es molesto. — dice mi jefe corrigiéndolo.— Lo sé. — Si lo sabes y sé que lo sabes, ¿Por qué sigues cortando palabras con los demás menos con ella?— Es mamá — dice el pequeño.‘Y sigue llamándLos hombres que no parecen padre e hijo, discuten con miradas, palabras y gestos, mientras yo intento pensar en la mejor manera de rechazar su oferta, porque realmente sería una pesadilla verlos discutir todo el tiempo.Es claro que tenía una idea equivocada de mi jefe, aunque, debería decir que en el trabajo actúa de una forma muy distinta, quizás porque no está su hijo presente. Pero, eso no quita el hecho de que es muy infantil de su parte, un nivel que no estoy deseosa de ver todos los días.Por eso, después de haber sido tratada y sintiendo menos dolor, me quedo sentada rato cerca de la ventana donde suspiro profundo, mientras el pequeño que no se aleja de mí, dibuja en un cuaderno especial para eso.— ¡Hija! — grita alguien abriendo la puerta abruptamente.— Madre… — susurro al ver la angustia en ella.De inmediato, corre hacia donde estoy y comie
No sé por dónde empezar todo el caos, pero, si sé que Taddeo no debería estar en la conversación, así que, miro a mi jefe esperando que se lo lleve. Pero, él no se mueve, solo esta como si nada.— Señor Cappelletti, me gustaría hablar con mi madre un momento.— Puedo estar aquí si lo desea.— No. — digo de inmediato.— Shantelle, no seas grosera. Así no te eduque. — dice mi madre con evidente molestia.— Ella está molesta conmigo, no he sido un buen hombre al decirle que quiero estar con ella. Básicamente, fracasé en mi propuesta de matrimonio y es eso lo que la tiene molesta.— Bueno, algo entonces sucedió para que este así, pero, asumo que lo arreglaran. Ahora, quiero que me cuenten todo de mi nieto. — dice mi madre y yo siento que estoy muriendo de una nueva forma.No me agrad
Las horas pasan y mi madre no deja de contarme lo perfecta que sería mi vida si acepto ser la esposa de mi jefe. Por lo que, la conversación se concentra solo en como ella habla sin detenerse y yo escucho, y sufro en silencio.— ¡Las bebidas! — dice un pequeño con dos vasos en sus manos.La emoción lo invade y por ello, me entrega con emoción mi bebida, para después entregar la de mi madre. Con su llegada, mi madre solo habla del pequeño que es su nieto y Taddeo, sonríe complacido por ser el centro de la conversación.— Ya se ha hecho tarde, debo marcharme. — dice mi madre levantándose.— Espera un momento, ¿eso es todo lo que vas a decirme, madre?— Sí, ¿Qué más quiere que te diga? — pregunta mi madre como si no fuera algo importante mi condición.— Madre, necesito ser cuidada.&mdash
Días despuésEstoy por convertirme en loca. Mi recuperación es buena, no hay algún problema de ningún tipo, pero, esto está matándome. La rutina de mi jefe y Taddeo, están por enloquecerme. Ya que, los dos están constantemente ocupados en la habitación.Algo que me desespera, porque mi jefe trabaja desde mi habitación en el hospital y Taddeo recibe sus clases aquí también, unas clases que parecen en chino, porque no entiendo una sola palabra de lo que dicen, aunque lo hablan en nuestro idioma.— Quiero irme, necesito irme. — digo agotada por quedarme en un lugar que no me hace sentir cómoda y menos, con la compañía constante de dos hombres que han entrado a mi vida a la fuerza.— Pronto podremos marcharnos. Hablé con el doctor anoche y me dijo que lo más probable es que estes en casa en la tarde. La recuperación de
Horas despuésLas horas pasan y tengo un día agradable, como en la habitación y camino para poder recuperarme mejor. No tengo herida en mis piernas o manos, pero, no me dejan hacer cosas de mucho esfuerzo y solo están pendiente de que camine y no me canse o que no necesitemos algo y nadie este presente.Por lo que, siempre tenemos a alguien que nos sigue, algo que ya no me incomoda, porque tuve que acostumbrarme a eso, estando en el hospital. La merienda, la comemos en la mesa, donde vi a los padres de mi jefe y a él hablando sobre mi relación con él y yo intento no aturdirme con todo lo que pasa.Era para mí sorprendente haber pasado por tantas cosas en tan poco tiempo. Pero, más sorprendente era estar en la casa de mi jefe y más sorpresa me causa, que sea cuidada por su hijo y su gente.— ¿Te gusta esta casa, madre? — pregunta el pequeño en su tono dulce. Ese que sol
Mi jefe se encarga de calmar a su hijo, mientras yo me levanto y camino hacia mi habitación donde me ducho pensando en si esto es una buena idea. Después de todo, estoy viviendo en la casa de mi jefe y el único hombre que me parece atractivo.Sumado a eso, soy aceptada por su hijo y hay una propuesta de matrimonio vigente. Algo que, aún me resulta sorprendente de tener en tan poco tiempo. Abrumada, me coloco la ropa interior y salgo secando mi cabello.— ¡S-Shantelle! — dice una voz masculina y yo me paralizo, levantando la mirada lentamente, mientras mi jefe mira hacia la puerta.— Oh, no. — susurro avergonzada.— A-aquí está el modelo de contrato que se me ocurrió, léelo y me dices si quieres agregar o quitar algo. — dice él para después abrir la puerta.— Mi madre… — dice Taddeo, pero, de inmediato, es llevado lejos por su padre, mientras yo siento la vergüenza recorrerme por completo.De inmediato, camino tan rápido como puedo y cierro la puerta con seguro, para sentarme en la cam
La vergüenza y el dolor me invade, causando que llore. Mi jefe me coloca a un lado, para intentar retirar la ropa que cubre mi herida. Pero, yo intento alejar sus manos de mí y niego. Nuestra situación estaba demasiado retorcida, para dejar que me vea la herida.‘Ese orgullo es demasiado patético en esta situación, Shantelle’ me digo mentalmente.— Es mi culpa. Es mi maldita culpa esto, pero, por favor, déjame revisarte, prometo no hacerte daño, Shantelle. — dice mi jefe y yo lloro.— Está bien, solo me lastimé un poco. — susurro mientras el dolor no me deja hablar muy bien.Mi jefe tensa su mandíbula y no intenta nuevamente revisar mi herida, si no que, le exige al chofer que conduzca rápido. Apenas llegamos, ya está el doctor que me hizo la cirugía, esperándonos.El doctor da órdenes para que me saquen del auto sin caus
Al día siguienteFue poco lo que dormí anoche. Mi mente no me ayudó en lo absoluto a descansar, porque siempre que cerraba mis ojos, la pregunta de mi jefe, se repetía una y otra vez, pero, con escenarios diferentes.Ya que, esa misma pregunta me la hacía sobre mí, sin ropa o yo encima de él observando el pecho que vi en esas grabaciones. Por lo que, terminaba despertándome antes que mi mente me hiciera perder la cordura.— No molestes, Taddeo. No ha dormido casi, debes dejarla descansar. — dice alguien y yo muevo mi cabeza levemente, para después abrir mis ojos.Lo primero que veo son los ojos amorosos de un pequeño que tienen sus dos codos en la cama y sus manos abiertas, para ser el soporte de su rostro. Es eso lo primero que veo tan cerca de mí que diría que no hay cinco centímetros lejos de mi rostro.— La has despertado. — dice