Siempre he notado que mi jefe es un lobo salvaje que no se detiene hasta obtener lo que quiere. Siempre ha sido así en los negocios y era algo que admiraba, porque no soltaba lo que deseaba hasta que fuera suyo.Determinación, es como lo llamo. Se propone una meta y no la suelta hasta que la tiene en sus manos. Eso es algo que admiro mucho y ahora, me asusta, porque su meta soy yo y no sé si pueda sobrevivir a su determinación.— Señor Cappelletti — susurro con voz entrecortada.— ¿Sí?— ¿Le gusta trabajar conmigo? ¿Cumplo con mis responsabilidades como su subordinada? — pregunto curiosa.— Sorprendentemente, eres muy organizada y bastante buena en tu trabajo. Algo que hace contraste en como eres estando en tu hogar. — dice mi jefe y yo asiento.Comienzo a asentir ante su respuesta, porque quienes conocen como soy yo, saben que soy como dos caras de una misma moneda. Una donde cada cara es tan distinta a la otra, que parece una persona distinta.Por lo que, suspiro profundo para decir
Mi jefe asiente como si procesara lo que le he dicho, pero, no se mueve, no se aleja, ni se acerca más. Solo se queda asintiendo como un muñeco que lo único que mueve es su cabeza para asentir.Era extraño, porque mi jefe no es de los que tolera groserías y mucho menos, se queda en lugares donde no es bien recibido, pero, aquí esta. Sin decirme que lo lamentaré por ser osada con él, pero, diciéndome que no está contento con su mirada.— Yo…— Vete. — dice Taddeo causando que gire para saber a qué se refiere.— Estás loco si aceptaré eso. — dice mi jefe y yo observo aturdida a los dos hombres que no hablan pero se miran fijamente como si estuvieran en una guerra de miradas.— ¿Alguien puede decirme que está sucediendo? — pregunto confundida.— Quiere que me vaya— Bueno, eso es lo que le he estado pidiendo. — digo con obviedad.— Pero, quiere quedarse aquí. — dice mi jefe y yo lo observo aturdida.— ¿Quién? — pregunto y los dos me miran como si fuera tonta.Y no los culpo. Dije eso sin
Narra KendrickTaddeo me observa cruzándose de brazos. Esta molesto y lo peor es que no entiendo porque esto es mi culpa. Pero, Taddeo no se mueve de la entrada del baño y no deja de mirarme con enojo.— Como veo las cosas, necesita su espacio. — digo al comprender lo que ha dicho de su ovulo.— No me iré. — dice Taddeo con firmeza.Están los dos molestos y parece que la culpa es mía, lo que no entiendo, es por qué. Solo me sorprendí cuando Taddeo dijo esa oración tan larga sin titubear, acortar esta o usar un tono de voz frío. Lógicamente, no le presté atención a lo que dijo y fue eso, al parecer, lo que desencadenó todo este caos.— No puedes culparme por algo que le dijiste. — digo mirando fijamente a Taddeo y este golpea el piso con su pie, mostrando su frustración.Es claro que la idea de negociar con ella mi propuesta, no será posible esta noche. Por lo que, miro a mi alrededor comprendiendo que Taddeo no puede quedarse aquí. Por ello, miro al pequeño y camino hacia él, cuando
Mis padres se marchan, porque ya el manipulador Taddeo, ha dejado de llorar porque ahora se está duchando para volver a salir. Aunque es pasada la medianoche, él se está bañando sin que lo manden y todo por mi secretaria.— Si qué haces milagros, Shantelle. Uno de ellos es controlar a un pequeño tan manipulador y el otro, que mi padre doblegue tanto solo para que estes en nuestra familia. — susurro completamente agotado.La cámara muestra como Taddeo se viste emocionado mientras yo intento trabajar, pero, para mi desgracia, si deseo seguir trabajando, necesito la ayuda de mi secretaria.‘Esto ya está empezando a ser molesto’ me digo mentalmente.No me agrada depender de una mujer y aunque no había pensado en eso ya que uno de sus deberes es saber cosas que no recuerdo, no es agradable que sea tan importante para Taddeo.Sobre todo, porque es lo que necesitaba para ma
Taddeo se desespera mucho y yo lo tomo del brazo para que me observe y no a Shantelle. Aunque me preocupa Shantelle, más me preocupa que si ha sido atacada, el atacante siga aquí, por lo que, me preocupa la seguridad de Taddeo.— ¡Shantelle! — grita alguien desde la puerta.— Es usted — susurramos los dos al vernos.— ¿Qué le hizo a ella?— La encontramos así. Manténgase con ella y Taddeo, quizás el atacante este aquí. — digo y la mujer asiente.Rápidamente, miro a mi alrededor, buscando a la persona que la pudo haber atacado. Pero, no hay alguien, entro a su habitación y veo sangre, por lo que, después de mirar el baño, siendo el único lugar para esconderse, corro hacia Shantelle, mientras su amiga grita.La preocupación me invade al pensar que el atacante este con ellos. Por lo que, corro hacia ellos preocup
Taddeo le da muchos besos a la mujer que escasamente está consciente de lo que él le hace, porque se queja mucho del dolor, incluso, deben cambiar varias veces las sábanas porque tiene una hemorragia y por ello, al cambiarla por tercera vez, se la llevan con todo listo.— Mi mamá… — dice Taddeo mientras mis padre llegan.— Estará bien. Todo va a salir bien, recuerda orar, solo así madre se sentirá mejor. — digo y Taddeo asiente llorando.— Creo que esto de tenerla cerca no es buena idea. No llevan tres días juntos y ya ha estado dos veces en un hospital. No quiero esa angustia para mi nieto. Lo mejor es que se vayan para el extranjero, lejos de esa mujer — se escucha decir la voz de mi padre.El dueño de la voz, gira y de inmediato, choca con nuestras miradas. Era mi padre, realmente estaba diciendo eso mi padre y lo peor es que Taddeo lo ha escuchado y l&oac
Lentamente abro los ojos, al sentir una insistente voz de un pequeño que peina mi cabello una y otra vez. No necesito adivinar sobre quien se trata porque en mi vida, solo tengo la presencia de ese pequeño que vi en una noche lluviosa.— ¿Cuándo despertará? — pregunta Taddeo por quinta vez, desde que lo escucho.— Si sigues molestando, pronto y no sé si eso ayude a su cirugía tan riesgosa.— Doctores malos… Kendrick tacaño — dice el pequeño dejándome de peinar.— ¡Oye!— No grites, molesto.— Se dice: No grites, es molesto. — dice mi jefe corrigiéndolo.— Lo sé.— Si lo sabes y sé que lo sabes, ¿Por qué sigues cortando palabras con los demás menos con ella?— Es mamá — dice el pequeño.‘Y sigue llamánd
Los hombres que no parecen padre e hijo, discuten con miradas, palabras y gestos, mientras yo intento pensar en la mejor manera de rechazar su oferta, porque realmente sería una pesadilla verlos discutir todo el tiempo.Es claro que tenía una idea equivocada de mi jefe, aunque, debería decir que en el trabajo actúa de una forma muy distinta, quizás porque no está su hijo presente. Pero, eso no quita el hecho de que es muy infantil de su parte, un nivel que no estoy deseosa de ver todos los días.Por eso, después de haber sido tratada y sintiendo menos dolor, me quedo sentada rato cerca de la ventana donde suspiro profundo, mientras el pequeño que no se aleja de mí, dibuja en un cuaderno especial para eso.— ¡Hija! — grita alguien abriendo la puerta abruptamente.— Madre… — susurro al ver la angustia en ella.De inmediato, corre hacia donde estoy y comie