Augusto:—¿Estás seguro de esto?— Sí. Mis sobrinos en Japón están convencidos de que es lo ideal. Solo hay que juntar un par de componentes faltantes. —¿ Y por qué debo hacerlo yo?— Pues porque tú acabas de casarte, ¿no es así? A nosotros nos tienen vigilados y seria demasiado sospecho que nos mibieramos justo ahora. Pero tú puedes irte deuna de miel.— dice burlonamente.—Te he preparado un itinerario y ¿qué crees? Estarás visitando los mismos sitios que mis padres. Rodé los ojos.— De acuerdo, ruso.Mariela:Con palabras seleccionadas con mucho tacto, le expliqué a mi hermana lo que había sucedido.Temí que ella me recriminase por ello, pero Diana estalló en risas, me abrazó, y dijo que ella siempre supo que terminaríamos así.En cuestión de pocos días, Augusto contrató a otra enfermera para que cuidase de la Señora Clarisse, y nos fuimos de luna de miel.El me explicó el itinerario. Estaremos haciendo un tour por varias islas debido a asuntos de negocios, y como la agenda es apre
Mariela:Debo escapar, debo huir.“¿ No lograríamos nada, él es un mafioso, tu verdadero jefe también es un mafioso. ¿ A dónde iríamos que no nos encontrasen?”Estas semanas que he pasado fuera de España con Augusto, han sido de las más felices de mi vida, pero a qué precio. Debí intentar escapar cuando pude, en cuanto operaron a Diana, debí tomar a mi hermana y al poco dinero que teníamos, y correr por mi vida.Bufo exasperada.Ya es demasiado tarde.Me paseo dentro de mi habitación, retorciendo mis manos nerviosamente.Tres horas después ya estoy histérica.Ahora estoy casada con Augusto, y si el descubre lo que he hecho…no quiero ni pensarlo.¿Si es capaz de levantar una guerra contra su hermano de crianza, qué no me haría a mí?Sollozó, desesperada.Él es un perro rencoroso que no descansará hasta verme muerta.Recogí mi bolso y salí de la casa rentada.Caminando por sobre la blanca arena de la playa, dirigiéndome hacia un bungalow cercano. Pero, ni siquiera el precioso paisaje e
Augusto: Al despertar, me fui directo al baño. Me enjuagué los dientes y rodé los ojos al ver las enormes ojeras que estaban comenzando a salirme. Cerré la puerta. Me sentía aún adormecido y mi cabeza recayó contra la pared obligándome a cerrar los ojos. Por un instante, tan solo un instante quería olvidar que ella me había traicionado. Pero tenía que hacer algo. No podía mostrarme débil, porque la debilidad se convierte en una muerte segura, y más en este negocio. Tengo la boca seca y el estómago me arde. «Si sigo así voy a morir de un infarto antes de regresar a Madrid» Me lleno de valor, entreabro la puerta y no hay señales de que ella vaya a despertar.Salgo, y con lentitud me siento al borde de la cama. Su respiración es cadenciosa, y se ve tan hermosa mientras duerme… Lo más fácil ahora, sería tomar mi revolver y volarle los sesos de un balazo, pero no quiero. Le daré una oportunidad de confesarlo todo, una última oportunidad. —Mariela…- la llamo, pero ella no respon
Diana: Me niego a quedarme dormida, ya que no quiero perder de vista lo que se encuentra fuera de mi jaula, porque temo, que de dormirme, haré parte de otra estadística , y terminaré siendo la protagonista de un hecho cruel que no merezco. ¡Fui una imbécil! Corrí derechito a una trampa. Desobedecí a mi hermana, huí de casa y ahora estoy jodida. Porque los mafiosos hijos de puta, ya me esperaban en casa de mi tía. Razoné, que como Mariela había hecho el trato con ese tal Yunior Farías cuando aún vivíamos con la tía, a lo mejor la tía sabría algo. Me seco las lágrimas. Mariela no me lo perdonará. Sé que ella refierió la muerte antes que hacernos daño a mí o a Augusto, pero en mi estupidez vine directamente a la boca del lobo. La otra prisionera está inconsciente en el suelo. Los matones que me sacaron a rastras de la casa de tía, la trajeron a ella también. Hace unas horas le dieron una paliza, y la dejaron ahí. En el suelo...Ella no se mueve, no parpadea, parece como muer
Diana:Logro arrastrarme hasta los barrotes de atrás, donde me recuesto, pegada a la pared y no tarda en venir a mí el peso de mi estupidez. «Tengo que salir de aquí».¿Pero cómo?No hay escapatoria posible.Mi hermana estará devastada cuando despierte y sepa lo que me sucedió.Augusto pagara los platos rotos.Puede que él me tenga un mínimo de aprecio, pero no me engaño...si viene a rescatarme es porque se lo juró a mi hermana.Se han llevado a Emelina.Yunior se pasea por todo el lugar, no sé que hizo con ella, pero debió ser algo terrible como para que él pueda sentirse tan pleno y confiado.Si Mariela despierta, Augusto le daría todo el amor que necesita, pero mientras Yunior Farías esté vivo, estaremos en peligro.Pensé que yo sería suficiente, pero no, mi hermana está casada con un hombre que tiene un apellido criminal y esto pesa, aparte de que Augusto también tiene sus enemigos.Las verdades que debí decirle se atascan en mi garganta y la angustia crece.Siempre hay alguien,
Diana: Recupero la conciencia cuando Yunior Farías me levanta, tirando del collar que me han puesto al cuello, y arrojándome a uno de sus matones, la primera vara se clava en mis costillas devolviéndome al piso, la quita ponen la otra... No hay cosa más horripilante que esa sensación que dobla mis extremidades y pone en blanco mi mente. Los niveles de dolor son espantosos y me dan un descanso de segundos antes de arrastrarme, torturandome otra vez y otra vez convirtiéndome en una bola que mueven de aquí para allá. Los temblores en mi cuerpo son incontrolables, la taquicardia es horrible y me siento como si padeciera varias convulsiones a un punto dond quedo tendida boca abajo con la boca abierta. No la puedo cerrar y saliva gotea de mi boca. Me hacen preguntas que no puedo responder, preguntas básicas, pero no puedo hablar. El desgaste es demasiado y no me siento capaz de resistir un golpe más. Yunior revisa mis ojos con una linterna, el traidor se asegura y entre dos me ponen
Víktor: En la Mafya aprender que respirar es aprender a pelear y giro llevándome dos al piso, la patada a la cabeza noquea al primero y quiebro el cuello del segundo riéndome, cuando los soldados vuelven a llevarme hacía atrás y a los Volka no los pierdo de vista mientras con golpes contundentes me voy quitando del camino a los que intentan estorbarme. Uso las piernas cuando sujetan mis manos y mis manos cuando sujetan mis piernas, puedo perderlo todo si no salgo de este sitio y estoy seguro de que nada me va a joder más que eso. Sé perfectamente como dejé las cosas en Moscú y el enojo aumenta más y más, mientras estoy acabando con la vida de los que me rodean. Un grupo de pandilleros se junta atrás de mi, uniéndose a los guardias que me obligan a avanzar, queriendo encerrarme otra vez, me rehúso y un dardo tranquilizante que no sé de dónde salió se encrusta en mi antebrazo, otro en mi pecho y siento como otro se me entierra en la espalda. ¡Malditos! La debilidad no tarda de ap
Augusto:Un mes antes:El regreso de nuestro viaje fue exitoso, pero ella no despierta.Coma de causa ideopatica, lo llaman los médicos.Otra jodedera de esta inmunda vida, lo llamo yo.Mi madre está histérica. Cree que la mujer que duerme aquí, es mi amante, pero por suerte yo no soy mi padre.Soy Augusto, no Alonso y en vez de un infiel ahora soy el esposo de una única e invaluable mujer.Una mujer que sabía en su corazón que estaba metida hasta el cuello en una situación imposible. Y una mujer que tomó un veneno en mi lugar, pero rogó por lo que más le importa antes de cerrar los ojos.Ella sabía que yo cuidaría de su hija.Al menos tubo de en mti por esa parte.Lo que no sabe es que descubrí su más profundo secreto. Un secreto que por ahora me involucra.Tomo su mano entre las mías, me la llevo a los labios y la beso, mientras contemplo la palidez de su rostro.—Demonios, Mariela. ¿Nunca se te ocurrió confesarme lo todo y pedirme ayuda? El terror se apodera de mi garganta,