Emi. Como siempre, desde que estaba en este trabajo, llegaba tarde a casa, esto es lo que pasa cuando tienes varios trabajos de medio tiempo.Pero si quería acabar mi último año de la universidad, y sacarme el título de diseñadora gráfica, tenía que trabajar el doble, ya tenía claro que mi madre no me iba ayudar económicamente, al contrario, si quería seguir viviendo en casa debía pagar mi estancia, mi comida, hasta la luz y el agua que usaba. Así que desde que terminé la secundaria, me fui a vivir sola a un pequeño estudio, en un principio mi madre se alegró, una boca menos que alimentar… Como si ella me hubiera alimentado alguna vez, desde que cumplí doce años yo tenía que buscarme los medios para comer, vestirme… todo. No había llegado a mi calle, cuando una extraña sensación me hizo girarme, tenía la sensación de que me seguían.Aunque mi barrio era un barrio pobre de Chicago, no era de los que solían tener grandes índices de criminalidad. Pero hoy en día eso no te libraba que
Narrador. - “Aun no puedo creer que esa vieja, nos haya engañado así.”- dijo Humberto Marchetti, volviendo a golpear la mesa donde estaban los informes médicos de las mujeres que iban a ser subastadas esta noche.- “Pero es verdad que se ha confirmado que es virgen, en realidad es la única virgen. El resto de las mujeres que se subasta lo harán a menor precio por eso.”- dijo su segundo de abordo.- “De que sirve si esta defectuosa, con esa cicatriz tendré que bajar su precio. ¿ya se ha despertado?”- preguntó el jefe. - “Aun, no, y menos mal, durante su reconocimiento médico, se despertó, y la tuvieron que volver a dormir, porque casi se carga al médico que la estaba reconociendo. Según el doctor se despertará, horas antes del evento. Es una auténtica fiera.”- ese comentario de su segundo hizo sonreír al joven jefe. La verdad era que Emilia Monti le había sorprendido gratamente, no era como las otras mujeres que subastaban para que los millonarios tuvieran un juguetito nuevo, en los
Emi.Sentía la cabeza que me iba a estallar, sabía que desde que abriera los ojos mi cerebro recibiría la luz como agujas que me atravesarían el cerebro. Me sentía desorientada, así que con el mayor de mis esfuerzos intenté abrir los ojos. -“La princesita ya ha despertado, al fin sabremos que te hace tan especial.”- una voz femenina me hizo abrir los ojos de repente. Ante mí varias mujeres maquilladas de manera hermosa, y vestida con diferentes vestidos de fiesta con características diferentes, una iba vestida como si fuera Cleopatra, otra llevaba un vestido de época, estilo reina victoria, otra vestía como la diosa Atenea, así diversidad de personajes de bellezas femeninas, me miraban con curiosidad.El dolor de cabeza no cesaba, pero poco a poco me acostumbré a la luz.- “¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes?”- pregunté, noté que la voz estaba ronca de las hora que llevaba en ese estado, pronto me llego los recuerdo de lo que me había pasado, e incluso algunos que apenas recorda
Ruyman.Cuando lleguemos al lugar del evento, hubo dos cosas que me sorprendieron, sinceramente me dejaron preocupado. No estaba acostumbrado a tanto secretismo, primero, sólo se podía acceder hasta el lugar, un gran club privado, de forma individual, uno a uno los coches. Segundo, tras la previa comprobación que tenías la insignia, ninguno conocía quién era los otros invitados, sólo los del grupo con lo que asedias. Te acompañaban sin coincidir con nadie por los pasillo, a una habitación exclusiva para tu grupo, donde había música, una camarero y un bar muy bien surtido exclusivo para los comensales sin paga ni abonar nada. Miré las marcas de las bebidas y ninguna bajaba de los seis mil dólares la copa. También había una zona de buffet frio y caliente, una gran pantalla, donde se veía varias mujeres bailaba medio desnudas, alrededor de una barra, pero lo verdaderamente me llamó la atención, fue el gran ventanal tapado con una gran cortina, que cubría todo una pared de la sala, prácti
Emi.Mientras esperaba que me llamaran leí, las especificaciones de mi compra en la puja, ya las chicas me habían contado que no podías ver a tus compradores, ya que ellos estaban como en palcos de un teatro, los cristales estaban oscurecidos para preservar la identidades de los compradores, y nosotras éramos expuestas como ganado, en un escenario, donde teníamos que caminar hasta el centro del mismo, y esperar de pie, mientas una luces se iban encendiendo junto al número del palco cuando alguien pujaba, y en una pantalla debajo del número salía la cantidad que pujaba, cada placo por una de nosotras. Mis especificaciones casi me hacen vomitar, me sentía como un trozo de carne expuesto en la carnicería, para que me comprase el que más dinero diera por mí. Según ponía aparte de mis atributos físicos, peso, edad, color de ojos, color del pelo, también tenía atributos que yo desconocía, atributos de tipo íntimo. Virgen, depilada, esto último me chocó, pues por algunas razones nunca me
Narrador. Mientras Ruyman intentaba recuperase de la metedura de pata que había cometido, justamente en ese momento, en el palco seis, un frustrado Jack Foster, la emprendía contra una de las pantallas de su palco, rompiéndola en mil pedazos. -“Tenía que ser mía, era perfecta, esos ojos retadores, ese aura de valor, lo que me hubiera gustado doblegarlo, y terminar con ella, hasta que se convirtiera en un juguete roto.”- tuvo que calmarse cuando varios hombres de Marchetti entraron en la habitación, sabía que su jefe no era cualquier persona, era mucho más poderoso que él, y buscarse su enemistad, le generaría muchos problemas para el cobarde millonario, que no estaba dispuesto afrontar. Entregó su tarjeta platino, al camarero, para que se cobrara la pantalla que había destrozado, y agachando la cabeza, salió de la habitación. Pero antes de subirse al coche, preguntó al mozo del aparcamiento, tras darle una generosa propina, si sabía quién había alquilado el palco tres, el mozo pres
Ruyman.Aun no entendía que hacía esperando en esa sala, a que me entregaran a la diosa esclava, pero el estúpido de Rayco, no me dejaba en paz, y si yo no iba acogerla, era muy capaz de presentarse en él y exigirla para él.No quería analizar porque, pero no deseaba que él o nadie la tuviera, y con la condiciones que tenía la puja de Andrómeda, su periodo era ocho años, parecía que el vendedor no quería venderla, como si quisiera quedársela para él.Mientras esperaba, en la sala de entrega, esta última idea me sobrevino, ¿que tenía de especial Andrómeda, la diosa esclava? Era virgen, bueno eso podía volver loco a los hombres, más con ese cuerpo hecho para el pecado, pero ¿Por qué tenía tantas exigencias en su compra?, exigencias que tras firmarlas estabas obligado a cumplir, en el periodo de tiempo que te imponen de prueba.Primero son ocho años, en vez de los seis meses que tenían el resto de las mujeres, con esto lo único que conseguías, era que muchos comparadores inseguros, se ec
Emi.Mientras íbamos en el coche, miré a mi comprador, no sabía dónde estábamos, si podía huir, pero sospechaba que la excusa de las pulseras era más un GPS, para controlarme a mí y que no huyera, que un simple objeto para saber si mi comprador cumplía.Toda esta situación me ha parecido dantesca, pero sólo una frase se me quedó grabada.- “Si quieres ser libre, lo harás.”- esa frase que me dijo, me dio esperanzas, pero esto era todo un lio.- “Señorita Monti, soy Rayco Vieira, el mejor amigo de su hombre, digo de su prometido, aunque crea que es un salvaje no lo es, al contrario, es muy proteccionista con las mujeres que son su familia, y su muje…”- me comenzó a decir en ingles el otro hombre, un guaperas rubio de ojos verdes, pero fue callado por un gruñido de advertencia de su amigo, que lo miró serió.- “¡Deja de decir gilipolladas, Rayco!”- le dijo el castaño de ojos azules, en ese momento pensé que esos ojos azules era los más bonito que nunca había visto, eran hipnotizadores.-