Emi.
Como siempre, desde que estaba en este trabajo, llegaba tarde a casa, esto es lo que pasa cuando tienes varios trabajos de medio tiempo.Pero si quería acabar mi último año de la universidad, y sacarme el título de diseñadora gráfica, tenía que trabajar el doble, ya tenía claro que mi madre no me iba ayudar económicamente, al contrario, si quería seguir viviendo en casa debía pagar mi estancia, mi comida, hasta la luz y el agua que usaba.Así que desde que terminé la secundaria, me fui a vivir sola a un pequeño estudio, en un principio mi madre se alegró, una boca menos que alimentar…Como si ella me hubiera alimentado alguna vez, desde que cumplí doce años yo tenía que buscarme los medios para comer, vestirme… todo.No había llegado a mi calle, cuando una extraña sensación me hizo girarme, tenía la sensación de que me seguían.Aunque mi barrio era un barrio pobre de Chicago, no era de los que solían tener grandes índices de criminalidad. Pero hoy en día eso no te libraba que algún estúpido quisiera robarte o algo peor, fue esa la razón, agradecí que mi padre me enseñara, Win Chun, es unas técnicas de arte marcial, que consiste en dar una diversidad de golpes a corta distancia.El primero en probarlo fue un compañero de clase, en segundaria, que quiso aprovecharse de mí, mientras estudiábamos en la biblioteca, al parecer no era a la primera con la que había intentado propasarse, aunque después de cierta patada, en cierta zona delicada de su cuerpo, dejo de intentarlo.Continué caminando mucho más atenta a los ruidos y movimientos que se oían en la oscura calle, a esas horas, pero al contrario de lo que esperaba, no volvieron a sucederse.Llegué a mi casa sin contratiempos, pero fue allí donde verdaderamente empezaron mis problemas, junto a la puerta de mi estudio, en el pasillo que daba con los demás apartamentos incluido el mío, se encontraba la persona que llevaba evitando desde que me fui de casa. La razón era obvia, siempre que aparecía era para exigirme dinero, o para que le hiciera favores, que yo no deseaba hacer.- “¿Qué horas son estas para llegar? Una mujer decente no andaría por la calle a estas horas”- me recriminó nada más verme.- “Hola madre, si tu hijo, o tú, trabajaran, y no vivieran del dinero de mi padre, sabrías, que hay gente que trabaja a estas horas.”- no me esperé la reacción de mi madre, sólo sentí el dolor cuando mi mejilla fue golpeada, haciendo que girara ligeramente la cara.- “¡No vuelvas a nombrarlo! .... tú tienes la culpa de que él muriera, tu fuiste la culpable, de dejarme sola, y que tu hermano no creciera con un padre que le orientara, para que no se metiera en problemas.”- eso fue lo que verdaderamente me dolió.Ya hacía tiempo que había asumido que mi madre no me quería, que era un recuerdo constante de lo que fue, un simple accidente. Pero que me echara a mí a culpa de lo que se había convertido mi hermano, eso sí que no, sólo era ella la responsable, que ese gandul se hubiera convertido un bueno para nada.- “No me utilices a mí, madre, para cubrir tus errores. Mi hermano es así de egocéntrico, déspota y tirano, sólo gracias a ti.”- esta vez sí vi como volvió a alzar la mano, para volverme a golpearme, pero en esta ocasión le paré, agarrándole del antebrazo antes de que me golpeara- “¿Bueno a que has venido? ¿Dinero o favor? ¿En qué problema se ha metido ahora el inútil ese?”- de dije soltándole la mano.Me alejé lo suficiente para no estar al alcance de otro de sus golpes. Vi como la ira de mi madre sentía, brillaba en sus ojos, eso me confirmó que por alguna de esos dos motivos había venido a verme.Esperé una de sus famosas frases hirientes, pero mordiéndose los labios, sonrió, eso si que me asustó, porque eso quería decir que lo que me iba a pedir, no me iba a gustar.- “Siempre te has considerado la más lista de todos nosotros, quizás eso te sirva más adelante, por ahora sólo confórmate con saber que lo haces para salvar la vida a tu hermano… ¡Pueden llevársela!”- gritó en alto, yo no entendía de que hablaba, pero pronto lo iba a saber, cuando varios hombres vestidos de traje y camisa blanca me rodearon, algunos salieron incluso de dentro de mi estudio.Quise gritar, y me preparé para defenderme, pero me sujetaron entre varios, y vi como uno de ellos sacaba lo que yo pude ver que era una jeringuilla.- “¿Que hacéis?, ¿madre, esto a que viene?”- le grite, mientras me extendían el brazo en contra de mi voluntad sujetándolo entre varios.- “Eres el pago por la vida de tu hermano, juega bien tus cartas, y esto pude ser más una ventaja que un inconveniente, ¿o no?, la verdad es que eso ya no es cosa mía…”- el odio y el dolor que sentí, por ese ser que me dio la vida, se mezcló con el miedo a lo que iban a hacer conmigo, eso hizo que mi instinto de supervivencia se agudizara, y fuerzas que no creía tener, llegaron a mí.Con dos rápidos movimientos claves de escape de Win Chun, me liberé, y de dos zancadas, comencé a correr escaleras abajo, mientras ellos me perseguían. Los oía rugir furiosos detrás de mí. Mientras mi madre gritaba, como una loca:- “¡Atrápenla!”-- “¡Maldita seas madre!, esto ya fue tu límite, si salgo de esta, pienso vengarme. Lo juro por mi padre.”- me dije a mi misma.Ya en la callé, pensé que los había despistado, cuando me encontré con dos limusinas y varios hombres que me rodeaban, de una de las limusinas salió un hombre con un traje ejecutivo.Pero no era un CEO, o un empresario, se notaba que era el jefe ya que todos lo miraban con respeto, no dudé que pertenecía a la mafia, soy de origen italiano, pronto desde pequeños es los barrios de Chicago, aprendemos a distinguir a quien debemos evitar y por qué.- “Bien preciosa, ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a luchar contra todos?.”- me dijo el hombre sonriendo. Le parecía graciosa mi situación.- “Si hace falta, creo que cogerme no os va a salir, tan fácil.”- le reté ya todo me daba igual, morir luchando, era mejor que perder mi libertad, para terminar, siendo un juguete de un cerdo vicioso.- “¡Cogedla! no la dañéis, es una mercancía valiosa”- dijo el jefe.Y así fue como uno a uno los malditos mafiosos se fueron acercando. Sabía que tenía pocas posibilidades, sus habilidades en la lucha me revelaron que era profesionales de esto, llevaban años de entrenamiento comparado conmigo, y seguro que muchos de ellos luchaban desde la cuna. Pero no podía rendirme, o no me perdonaría a mí misma, haberme rendido sin luchar.La lucha fue encarnizada, pude librarme de un par de ellos, pero su número era superior, y algunos de ellos, eras mejor que yo en artes marciales, cuando al fin me tuvieron bien sujeta, se acercó a mí el jefe, y cogiéndome fuertemente de la barbilla, mientas yo trataba de resistirme, me dijo:-“Eres una autentica tigresa, creo que voy a recibir una buena cantidad por ti.”- me dijo mientras yo intentaba recobrar la respiración después de la pelea, pero no me dio tiempo, un dolor me atravesó el brazo, supe que me había inyectado una sustancia, pronto todo se volvió borroso, y justo a antes de que cayera en una oscuridad muy profunda, pude oír como el jefe decía.- “Llévenla que la examine, si es virgen, tenemos un diamante en bruto, valdrá millones. Su madre no sabe lo que ha perdido, ese hijo que tiene no vale tanto, algún día acabará muerto.”- en mi inconciencia, me alegré de que, al menos alguien, me apreciaba por algo, aunque sólo fuera por ser una puta virgen a mis veinticuatro años, a eso se había reducido mi vida. Es patético.Fue así como se inició mi pesadilla… ¿o no? El futuro es muy incierto, y el destino lo tiene todo cuidadosamente estudiado, tanto el mío, como el de mi comprador, aunque eso ni él, ni yo lo sabemos. Por eso el destino es caprichoso.Narrador. - “Aun no puedo creer que esa vieja, nos haya engañado así.”- dijo Humberto Marchetti, volviendo a golpear la mesa donde estaban los informes médicos de las mujeres que iban a ser subastadas esta noche.- “Pero es verdad que se ha confirmado que es virgen, en realidad es la única virgen. El resto de las mujeres que se subasta lo harán a menor precio por eso.”- dijo su segundo de abordo.- “De que sirve si esta defectuosa, con esa cicatriz tendré que bajar su precio. ¿ya se ha despertado?”- preguntó el jefe. - “Aun, no, y menos mal, durante su reconocimiento médico, se despertó, y la tuvieron que volver a dormir, porque casi se carga al médico que la estaba reconociendo. Según el doctor se despertará, horas antes del evento. Es una auténtica fiera.”- ese comentario de su segundo hizo sonreír al joven jefe. La verdad era que Emilia Monti le había sorprendido gratamente, no era como las otras mujeres que subastaban para que los millonarios tuvieran un juguetito nuevo, en los
Emi.Sentía la cabeza que me iba a estallar, sabía que desde que abriera los ojos mi cerebro recibiría la luz como agujas que me atravesarían el cerebro. Me sentía desorientada, así que con el mayor de mis esfuerzos intenté abrir los ojos. -“La princesita ya ha despertado, al fin sabremos que te hace tan especial.”- una voz femenina me hizo abrir los ojos de repente. Ante mí varias mujeres maquilladas de manera hermosa, y vestida con diferentes vestidos de fiesta con características diferentes, una iba vestida como si fuera Cleopatra, otra llevaba un vestido de época, estilo reina victoria, otra vestía como la diosa Atenea, así diversidad de personajes de bellezas femeninas, me miraban con curiosidad.El dolor de cabeza no cesaba, pero poco a poco me acostumbré a la luz.- “¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes?”- pregunté, noté que la voz estaba ronca de las hora que llevaba en ese estado, pronto me llego los recuerdo de lo que me había pasado, e incluso algunos que apenas recorda
Ruyman.Cuando lleguemos al lugar del evento, hubo dos cosas que me sorprendieron, sinceramente me dejaron preocupado. No estaba acostumbrado a tanto secretismo, primero, sólo se podía acceder hasta el lugar, un gran club privado, de forma individual, uno a uno los coches. Segundo, tras la previa comprobación que tenías la insignia, ninguno conocía quién era los otros invitados, sólo los del grupo con lo que asedias. Te acompañaban sin coincidir con nadie por los pasillo, a una habitación exclusiva para tu grupo, donde había música, una camarero y un bar muy bien surtido exclusivo para los comensales sin paga ni abonar nada. Miré las marcas de las bebidas y ninguna bajaba de los seis mil dólares la copa. También había una zona de buffet frio y caliente, una gran pantalla, donde se veía varias mujeres bailaba medio desnudas, alrededor de una barra, pero lo verdaderamente me llamó la atención, fue el gran ventanal tapado con una gran cortina, que cubría todo una pared de la sala, prácti
Emi.Mientras esperaba que me llamaran leí, las especificaciones de mi compra en la puja, ya las chicas me habían contado que no podías ver a tus compradores, ya que ellos estaban como en palcos de un teatro, los cristales estaban oscurecidos para preservar la identidades de los compradores, y nosotras éramos expuestas como ganado, en un escenario, donde teníamos que caminar hasta el centro del mismo, y esperar de pie, mientas una luces se iban encendiendo junto al número del palco cuando alguien pujaba, y en una pantalla debajo del número salía la cantidad que pujaba, cada placo por una de nosotras. Mis especificaciones casi me hacen vomitar, me sentía como un trozo de carne expuesto en la carnicería, para que me comprase el que más dinero diera por mí. Según ponía aparte de mis atributos físicos, peso, edad, color de ojos, color del pelo, también tenía atributos que yo desconocía, atributos de tipo íntimo. Virgen, depilada, esto último me chocó, pues por algunas razones nunca me
Narrador. Mientras Ruyman intentaba recuperase de la metedura de pata que había cometido, justamente en ese momento, en el palco seis, un frustrado Jack Foster, la emprendía contra una de las pantallas de su palco, rompiéndola en mil pedazos. -“Tenía que ser mía, era perfecta, esos ojos retadores, ese aura de valor, lo que me hubiera gustado doblegarlo, y terminar con ella, hasta que se convirtiera en un juguete roto.”- tuvo que calmarse cuando varios hombres de Marchetti entraron en la habitación, sabía que su jefe no era cualquier persona, era mucho más poderoso que él, y buscarse su enemistad, le generaría muchos problemas para el cobarde millonario, que no estaba dispuesto afrontar. Entregó su tarjeta platino, al camarero, para que se cobrara la pantalla que había destrozado, y agachando la cabeza, salió de la habitación. Pero antes de subirse al coche, preguntó al mozo del aparcamiento, tras darle una generosa propina, si sabía quién había alquilado el palco tres, el mozo pres
Ruyman.Aun no entendía que hacía esperando en esa sala, a que me entregaran a la diosa esclava, pero el estúpido de Rayco, no me dejaba en paz, y si yo no iba acogerla, era muy capaz de presentarse en él y exigirla para él.No quería analizar porque, pero no deseaba que él o nadie la tuviera, y con la condiciones que tenía la puja de Andrómeda, su periodo era ocho años, parecía que el vendedor no quería venderla, como si quisiera quedársela para él.Mientras esperaba, en la sala de entrega, esta última idea me sobrevino, ¿que tenía de especial Andrómeda, la diosa esclava? Era virgen, bueno eso podía volver loco a los hombres, más con ese cuerpo hecho para el pecado, pero ¿Por qué tenía tantas exigencias en su compra?, exigencias que tras firmarlas estabas obligado a cumplir, en el periodo de tiempo que te imponen de prueba.Primero son ocho años, en vez de los seis meses que tenían el resto de las mujeres, con esto lo único que conseguías, era que muchos comparadores inseguros, se ec
Emi.Mientras íbamos en el coche, miré a mi comprador, no sabía dónde estábamos, si podía huir, pero sospechaba que la excusa de las pulseras era más un GPS, para controlarme a mí y que no huyera, que un simple objeto para saber si mi comprador cumplía.Toda esta situación me ha parecido dantesca, pero sólo una frase se me quedó grabada.- “Si quieres ser libre, lo harás.”- esa frase que me dijo, me dio esperanzas, pero esto era todo un lio.- “Señorita Monti, soy Rayco Vieira, el mejor amigo de su hombre, digo de su prometido, aunque crea que es un salvaje no lo es, al contrario, es muy proteccionista con las mujeres que son su familia, y su muje…”- me comenzó a decir en ingles el otro hombre, un guaperas rubio de ojos verdes, pero fue callado por un gruñido de advertencia de su amigo, que lo miró serió.- “¡Deja de decir gilipolladas, Rayco!”- le dijo el castaño de ojos azules, en ese momento pensé que esos ojos azules era los más bonito que nunca había visto, eran hipnotizadores.-
Ruyman. Siempre he decidido mi camino, nunca me ha gustado que nadie me controle, ni mis padres, lógicamente no me refiero la desobediencia a mis progenitores, en especial a mi madre, esto último se paga caro en la familia Bencomo, sobre todo en la adolescencia. Es más bien, que debido a la maldita educación que mi familia me ha dado, centrada en que las mujeres de mi familia siempre deben ser protegidas, aunque ellas no quieran, eso fue los que nos inculcó nuestro padre desde la cuna, de ahí la obsesión que teníamos nosotros desde pequeños, desde que nació mi hermana. A protegerla de todo y a toda costa. También es verdad que lo convertimos en un hobby, nos encantaba vérselo pasar mal a todo incauto que se le acercaba, nos hicimos expertos maltratadores de pretendientes a salir con mi hermana, era como una forma de venganza, ya que, Ranita, era de armas tomar, con una lagrimita, podía hacer que pasáramos por un infierno, gracias al guardián de las puertas, mi padre, que a la hora