Emi.Mientras íbamos en el coche, miré a mi comprador, no sabía dónde estábamos, si podía huir, pero sospechaba que la excusa de las pulseras era más un GPS, para controlarme a mí y que no huyera, que un simple objeto para saber si mi comprador cumplía.Toda esta situación me ha parecido dantesca, pero sólo una frase se me quedó grabada.- “Si quieres ser libre, lo harás.”- esa frase que me dijo, me dio esperanzas, pero esto era todo un lio.- “Señorita Monti, soy Rayco Vieira, el mejor amigo de su hombre, digo de su prometido, aunque crea que es un salvaje no lo es, al contrario, es muy proteccionista con las mujeres que son su familia, y su muje…”- me comenzó a decir en ingles el otro hombre, un guaperas rubio de ojos verdes, pero fue callado por un gruñido de advertencia de su amigo, que lo miró serió.- “¡Deja de decir gilipolladas, Rayco!”- le dijo el castaño de ojos azules, en ese momento pensé que esos ojos azules era los más bonito que nunca había visto, eran hipnotizadores.-
Ruyman. Siempre he decidido mi camino, nunca me ha gustado que nadie me controle, ni mis padres, lógicamente no me refiero la desobediencia a mis progenitores, en especial a mi madre, esto último se paga caro en la familia Bencomo, sobre todo en la adolescencia. Es más bien, que debido a la maldita educación que mi familia me ha dado, centrada en que las mujeres de mi familia siempre deben ser protegidas, aunque ellas no quieran, eso fue los que nos inculcó nuestro padre desde la cuna, de ahí la obsesión que teníamos nosotros desde pequeños, desde que nació mi hermana. A protegerla de todo y a toda costa. También es verdad que lo convertimos en un hobby, nos encantaba vérselo pasar mal a todo incauto que se le acercaba, nos hicimos expertos maltratadores de pretendientes a salir con mi hermana, era como una forma de venganza, ya que, Ranita, era de armas tomar, con una lagrimita, podía hacer que pasáramos por un infierno, gracias al guardián de las puertas, mi padre, que a la hora
Ruyman.- “Muy bien Perseo, deberías hablarme de ti, no conozco nada de ti, ni tu nombre, ni tus empresas, me imagino que, por tu español, eres venezolano o español, lo que sí sé es que tu familia te metió en esto, para que te casaras, no tuvieron ojo, metieron la pata hasta el fondo, ¿no?.”- me dijo intentado parecer no afectada. Eso me causó gracia, dentro del amasijo de sensaciones que sentíamos, el que ella luchara por controlarse, me parecía algo maravilloso para mi orgullo de hombre insatisfecho.- “Te vas a casar, Emilia Monti, con Ruyman Bencomo, CEO del grupo C.P.A., soy español. Canario para más exactitud, y en cuanto a lo de mi familia, es lo que te voy a pedir, para mi familia, yo estoy loco por ti, y tú por mí, sino lo creen, todo lo que has vivido con el cabrón de Marchetti, será un paseo en el parque, te lo aseguro.”- La vi abrir los ojos de la impresión a medida que yo le contaba quién era yo. De hecho me pareció tan encantador verla sorprenderse así, que me inundaron
Benearo.Ya hacia veinticuatro horas, me había enterado de la estupidez que había cometido mi padre en su afán de casar a su único hijo soltero, para que le diera nietos, bueno para ser sinceros eso era lo que queríamos todos en la familia, y el lo entendía, aun recordaba como luche, por huir de mi mujer, la mujer que amaba más que a su vida.Mary lo era todo para mí, y sobre todo era tranquilidad, excitación, miedo, alteración, felicidad, risas, seguridad, lo era todo, me hacía sentirme vivo, realizado, completo. Esa escocesa, y mis dos hijas eran mi único mundo, era tan feliz a su lado que a veces lamentaba haber huido de lo que sentía por ella al principio, cuando supe lo que me afectaba, en el fondo sabía que la amaba. Es por eso que me había uní a la cruzada de la manipuladora familia Bencomo, para buscarle una pareja a mi hermano, el ser que mas odiaba el compromiso, y sentirse atado a nadie.Y lo decía tan convencido, como si yo no le conociera, él y yo no sentíamos lo q
Narrador.El señor Foster miró a su juguete sustituto, derribado en el suelo, totalmente ensangrentado, ni siquiera había supuesto una diversión entretenida para él, simplemente no había parado de rogar, llorar y suplicar, cuando no gritaba de dolor, mientras el empresario “jugaba” con ella.- “No me has durado mucho, ¿de qué sirven estos juegos y el dinero que recibirá tu familia por ti, si apenas ha pasado media hora, y ya estas rota e inservible?”- le dijo mientras la veía agonizar en el suelo.Tampoco se podía quejar mucho y lo sabía, sólo había sido un juguete sustituto, a la que verdaderamente hubiera querido tener hoy en su patio de juegos, era a la bruja de ojos amarillos y mirada retadora, a la virgen guerrera que se le escapó, en favor, de otro comprador con más dinero que él.- “No te lo tomes como algo personal preciosa, sólo has sido el resultado, de mi ineptitud por no poder comprar algo que verdaderamente valía la pena, y no se me dio. Alégrate, tu vida ha servido para
Emi. - “Se puede saber en que estás pensando, es que más idiota, estúpida no puedes ser, ¡Oh dios! ¡Qué vergüenza!” me repetían a mí misma mientas desnudándome me metía en la duchar para quitarme la sensación de calor, y alteración de mi cuerpo. Fuera un lesionado Perseo, estaba maquinado como matarme eso seguro, cuando nos reuniéramos. Pero no pude evitar mi reacción fue instintiva, mientras todo ardía de deseo, y otras sensaciones que nunca había sentido, mientras mi cuerpo desnudo se rozaba con el duro y tenso cuerpo del maldito tentador Ruyman, él se mostraba como indiferente, y me regañaba por… ni siquiera sé por qué me regañaba. Comencé a hablar en alto conmigo misma en italiano, como me ocurría siempre que estaba estresada. - “Toda la culpa la tiene él, sino no me hubiera tocado, si no se riera de esa forma, tan… tan…”- - “Sexy, tentadora, atractiva, cautivadora, pecaminosa…tienes donde elegir descarada, ¿Qué culpa tiene él que te tienta tanto que a la primeras de cambio
NarradorMientras Andrómeda dormía en los brazos de su Perseo, el señor Marchetti, estaba ya en su despacho, en Chicago, comprobado en su programa si las especificaciones de la mercancía vendida hoy se estaban cumpliendo, en especial estaba interesado en la ubicación de su mercancía estrella del evento.Miró la pantalla, y sin poder evitarlo, arrojó su copa bourbon contra la chimenea haciendo que se estrellase en millones de partes, los cristales cayeron por totas partes, el suelo, la alfombra y dentro de la chimenea encendida, una llamarada flotó en el aire cuando el licor, hizo contacto con el fuego, que se extinguió rápidamente.No podía mirar hacia otro lado, mientras veía que los dos iconos que representaban la tigresa y su comprador, el altanero de Ruyman Bencomo, estaban unidas casi una encima de la otra, no había que ser un genio para saber que significaba eso, pensaba el jefe mafioso, el muy maldito de Bencomo, le estaba robando la virginidad a la que mujer, que era suya, y e
Ruyman.Mientras me duchaba, con agua fría por segunda vez hoy, más frustrado me sentía, tenía que hacer algo para que mi familia no se entrometiera, ¿les habría parecido poco lo que habían hecho, para intentar que yo buscara mujer?Ahora que la tenía no pararían hasta que yo no le pusiera un anillo en su dedo anular y firmara un certificado de matrimonio, lógicamente ya mi madre se encargaría de realizar una gran celebración de boda para que toda la sociedad supiera que la manipuladora Diane Pelayo, también conocida como señora Bencomo, se había salido con la suya.Luego emprendería otro tipo de acoso, el que recibiría Andrómeda, para que le diera nietos pronto. Mi hermano y yo teníamos una teoría, ya que no entendíamos la obsesión de mi madre en que dejáramos embarazadas en seguida a nuestras esposas en cuanto las tuviéramos, o en el caso de mi hermana, que se realizara como mujer trayendo descendientes de su atractivo, y prodigioso marido, a este mundo.Estos últimos adjetivos dedi