Emi.- “Todo está bien, todo va a salir bien, sólo entras ahí recitas lo que el sacerdote te diga, dices, sí a todo y ya, todo estará finalizado.”- mi conciencia me repetía esto una y otra vez, pero mi mente no se convencía.Estaba esperando que pasara algo, que rompiera mi buena suerte, toda mi vida había ocurrido así cuando tenía algo bueno, mi padre, unos estudios, un trabajo decente, hasta un apartamento, llegaba algo que me lo arrebataba.Esta semana todo había sido como un sueño, al principio me resistí no estaba acostumbrada a que nadie se preocupara por mí, a levantarme por las mañanas y que alguien te dijera buenos días, que quieres para desayunar o simplemente “¿Dormiste bien?” Pero en la familia Bencomo eso era natural, me separaron de Perseo, prácticamente desde que pisamos Filadelfia.Una de las cosas que he aprendido de esta familia, es que Diane Pelayo es la auténtica líder, si fuera italiana seria la perfecta mamma, es una autentica fuerza de la naturaleza. Lo primero
Emi.- “¿Se puede saber cuántos empresarios, políticos, celebridades y familiares a invitado tu madre?”- le pregunte a Perseo, mi marido, ya cansada de saludar a más de quinientos invitados.- “No sé porque dudas de la capacidad de tu suegra, tú misma lo sufriste esta semana, esto para ella es pan comido, tiene los correos electrónicos personales de mucha gente influyente y si no los tiene. Howard o Abigail se los consiguen. Ni la casa blanca tiene los contactos que tiene Diane Pelayo.”- me dijo Ruyman cogiéndome de la mano.No sé cómo la princesa Diane organizó todo esto en tan poco tiempo, y como pudieron llegar las invitaciones de la boda a tiempo, pero habían habilitado el salón más grande del hotel estrella de la familia Bencomo en Filadelfia, además de todos los jardines, para los invitados de la fiesta, así por encima habrían más de dos mil invitados, entre los que se encontraba, actores y actrices, cantantes, políticos de ambos partidos, me sorprendí cuando me saludaron y dier
Ruyman.- “No me digas que no puedes encontrar a mi madre, si es fácil, busca donde más gente haya reunida, en medio estará la reina Diane, haciendo de las suyas, y a mi padre como un bobo, sonriéndole todas sus locuras.”- le dije a Lex mientras esperaba que mi esposa llegara del tocador.Me sorprendí a mí mismo lo fácil que me fue, aceptar que ya era un hombre casado, más aún, me sorprendió que no me costaba decir que Emilia Bencomo, era mi mujer, mi esposa. Mi instinto de conservación de nuevo se activó, parando todas mis pretensiones. He vivido toda mi vida observando como mi padre, por el amor que siente por mi madre, le permite todas su locuras, un ejemplo claro es esta boda, no conozco a parte de los invitados, quizás de vista en reuniones de negocio, o algún evento o gala, pero de lejos, no entendía por qué teníamos que hacer la boda del siglo, y en una semana. Pero mi padre en vez de ponerle freno a las locuras de la reina Diane, lo acepta todo, sólo por verla feliz. Una locur
Emi.- “La fastidiaste Emi, lo sabes. Tú y tu estúpida manía de resolver las cosas tu sola, ni siquiera te disculpas, y menos le respondes a su pregunta. Sigue así callada como una tumba, mientras, por tu culpa, llevamos dando vueltas como estúpidos, eso sí, en limusina, que debe de valer cinco años de sueldo de un trabajador medio. Mientras tu marido, permanece callado, en espera que te disculpes y le respondas. ¿Qué vas a hacer al respeto?, ¿Vas a seguir haciéndote la indignada durante una hora más? ¡Respóndele de una vez!, y discúlpate, sabes que metiste la pata.”- maldita conciencia llevan la última media hora de ruta el coche por las calles de Filadelfia, sin callarse.Sabía que había metido la pata, mi silencio no ayudaba, menos cuando me preguntó Perseo si sabía quién era Jack Foster, y más aún cuando entramos en el coche, y tampoco le contesté cuando me preguntó si pensaba contarle en algún momento mi encuentro con el estúpido de Foster.Simplemente, por alguna razón, a mi mar
Emi. Cuando desperté a la mañana siguiente, ya Perseo se había ido, me había dejado una nota junto al desayuno, comunicándome que había una urgencia en el grupo que debía atenderla y que lo esperara para almorzar, que no creía que tardase ni dos horas. - “Que bien, Emilia Bencomo no llevas ni un día de casada y tras la noche más alucinante que has pasado con un hombre, tras horas de sexo y placer indescriptible, tu marido sale huyendo al trabajo, ¡Tan apetecible no debites resultarle!”- hay veces que no sé si mi conciencia está ahí para que yo vaya por el buen camino, o directamente para que yo me deprima más. - “¡Oh, por dios cállate un rato!, si no tienes nada bueno que decir, mantente callada, m*****a estúpida.”- le dije mientras me sentaba a desayunar. La suite nupcial del hotel el Rittenhouse Hotel en Filadelfia, era enorme, ocupaba casi todo el ático, y no le faltaba de nada, desde piscina privada, yacusi exterior e interior, zona ajardinada en una gigantesca terraza donde se
Ruyman. - “Señor la policía ya se lo ha llevado, su mujer se había presentado con su abogado en comisaria, y allí mismo le hizo firmar el divorcio, mañana saldrá en la noticias, se está investigando todo el caso, ha sido detenido también su ayudante, al parecer, él le proporcionaba las mujeres para su atrocidades. También se ha visto afectado, el “negocio” de la familia Marchetti, ya la policía ha descubierto que al menos tres de sus víctimas fueron vendidas. Aunque esto se mantiene en absoluto secreto, ya que hay una investigación de años del departamento federal del crimen organizado, que está investigando a esta familia, la captura de Jack Forbes a significado un gran avance en su investigación.”- me informó Lex del estado del caso. Ha pasado ya un mes desde que Andrómeda y yo nos casamos, y durante este tiempo muchas cosas han cambiado, y otras en cambio siguen igual. Tras la gran accidentada mañana, de nuestro primer día de casados, todo se precipitó, mi hermano, mi cuñado y Ho
Narrador.- “¡Maldita sea!, nunca debimos admitir al psicópata de Foster, si no andamos con pies de plomo se nos puedes joder el negocio.”- dijo Humberto Marchetti arrojando su vaso de alcohol contra la chimenea. Era una manía que tenía siempre que se enfada y todos lo sabían.- “Hay algo más que no sabe, señor.”- le dijo Michele Rizzo con rabia interior porque se tendría que desprender de un As que tenía bajo la manga, para poder así agarrar otro As aún más grande. - “El señor Benearo Bencomo y la Señorita Monti ya se han casado y…”- sabía que no me dejaría terminar, esta vez en vez del vaso, fue la botella de bohemia valorado en mil dólares, lo que se estrelló contra la chimenea.- “¿Cómo que se han casado?, eso es imposible, ¿No te dije que los mantuvieras vigilados? ...Ese maldito Bencomo, no sólo me la roba, me arrebata su primera vez, sino que encima ahora la hace suya de forma legal. Maldita seas Ruyman Bencomo”- Humberto Marchetti se movía de un lado para otro, estaba mortalme
Emi.Durante la primera media hora me dedique a gritarle todas la verdades y locuras que se pasaban por la cabeza, si Ruyman Bencomo pensaba que había pagado por una mujer sumisa, que lo hubiera pensado antes, creo que le quedo claro que no me dejo avasallar por nada, ni por nadie, y si no que se lo digan al mal nacido de Forbes.- “No soy tu propiedad por mucho que hayas pagado por mí, lo sabes, ni siquiera porque tengamos una acta de matrimonio, nunca te sería infiel y lo sabes, soy italiana, eso nunca lo contemplaría, ni te dejaría a ti contemplarlo, tenemos un trato y lo cumpliré hasta el final, no necesito que me reclames como tuya, delante de todos, yo se darme a respetar, por si no lo sabes.”- me callé para tomar aire.Mientras el permanecía serio estático, como una estatua de mármol, sólo conducía y ni me miraba, con sus ojos como rayos láser mirando al frente, en su cara no había ni una mueca de ira, ni de nada, yo alterada gritando como las posesas, y él como si estuviera es