Narrador.- “¡Maldita sea!, nunca debimos admitir al psicópata de Foster, si no andamos con pies de plomo se nos puedes joder el negocio.”- dijo Humberto Marchetti arrojando su vaso de alcohol contra la chimenea. Era una manía que tenía siempre que se enfada y todos lo sabían.- “Hay algo más que no sabe, señor.”- le dijo Michele Rizzo con rabia interior porque se tendría que desprender de un As que tenía bajo la manga, para poder así agarrar otro As aún más grande. - “El señor Benearo Bencomo y la Señorita Monti ya se han casado y…”- sabía que no me dejaría terminar, esta vez en vez del vaso, fue la botella de bohemia valorado en mil dólares, lo que se estrelló contra la chimenea.- “¿Cómo que se han casado?, eso es imposible, ¿No te dije que los mantuvieras vigilados? ...Ese maldito Bencomo, no sólo me la roba, me arrebata su primera vez, sino que encima ahora la hace suya de forma legal. Maldita seas Ruyman Bencomo”- Humberto Marchetti se movía de un lado para otro, estaba mortalme
Emi.Durante la primera media hora me dedique a gritarle todas la verdades y locuras que se pasaban por la cabeza, si Ruyman Bencomo pensaba que había pagado por una mujer sumisa, que lo hubiera pensado antes, creo que le quedo claro que no me dejo avasallar por nada, ni por nadie, y si no que se lo digan al mal nacido de Forbes.- “No soy tu propiedad por mucho que hayas pagado por mí, lo sabes, ni siquiera porque tengamos una acta de matrimonio, nunca te sería infiel y lo sabes, soy italiana, eso nunca lo contemplaría, ni te dejaría a ti contemplarlo, tenemos un trato y lo cumpliré hasta el final, no necesito que me reclames como tuya, delante de todos, yo se darme a respetar, por si no lo sabes.”- me callé para tomar aire.Mientras el permanecía serio estático, como una estatua de mármol, sólo conducía y ni me miraba, con sus ojos como rayos láser mirando al frente, en su cara no había ni una mueca de ira, ni de nada, yo alterada gritando como las posesas, y él como si estuviera es
Emi.Algo, paso en el lago, quizás Ruyman se dio cuenta de mis sentimientos, y quiso poner separación entre nosotros, nos sé, pero algo cambio.Lo sentí desde que salimos del lago. Nos había costado recuperar la ropa, de hecho, ni mi ropa interior, ni mi camisa fueron recuperadas, intenté bromear con este hecho, pero el silencio de Ruyman y la expresión de su cara, me hizo desistir del intento. Cuando llegamos al coche el colocó sobre mis hombros lo único que estaba secó, su chaqueta de se había quitado antes de subirse al coche, en esa escenita de macho ofendido que montó en el aparcamiento.- “Gracias”- le dije y lo miré tímida, me sentía insegura, no entendía que después de una alucinante relación sexual, se mostrara incluso más serio e inaccesible, que cuando llegamos.- “Primero guapa, no fue una relación sexual cualquiera, al menos para ti, eso fue hacer el amor, y si tan raro lo vez habla con él, pero como una persona, con tranquilidad, que después de la que montantes antes es
Rihanna.- “¿No sé qué demonios haces aquí?, no eres más que una estúpida, ¿no tienes suficiente con el adolescente salido que tienes por jefe?, ¿y ahora, para que has venido hasta aquí a disculparte con la nueva señora Bencomo?, ¿no lo habías hecho ya hace dos meses?”- pregunta, tras pregunta se me multiplicaban en la cabeza.Sinceramente no sabía qué hacía en el campus donde estudiaba Emilia Bencomo, sólo sabía que tenía que venir, desde que me trasladaron, me dio tiempo para pensar, al principio, cuando la conocí, por culpa por mi enamoramiento absurdo y estúpido, de mi exjefe, quien nunca me vio como mujer, cometí muchos errores, tales como maltratar a sus amates de turno, creaba malentendidos, todo lo que hiciera falta para que ellas, pasaran a la historia.Hasta que llego Emilia Monti, supe que esa mujer era especial para él desde el momento, que se presentó en la oficina dando órdenes para que agilizara su matrimonio, aunque quería aparentar normalidad, y desinterés, años de tr
Emi. - “Señora Bencomo, su amiga ha sido drogada con un somnífero muy fuerte, por la cantidad que ha tonado por lo menos dormirá tres horas más antes de despertarse, y me temo que se levantará con un fuerte dolor de cabeza.”- mire a Medusa dormir.Parecía un ángel, en cierta forma lo fue, sino hubiera sido por ella, ahora mismo podría haber sido yo la que estaba acostada durmiendo, vete tu saber dónde y en manos de quién. Me sentí responsable por ella.Decidí que no me movería de su lado hasta que despertara. Mientras la contemplaba, su móvil comenzó a sonar sobre la mesilla, donde lo habían dejado las enfermeras.Miré la pantalla y ponía “Mi tesoro secreto”, pensé que podía ser su pareja o un familiar y decidí cogerlo, no quería que se preocuparan, además ellos tenían derecho a saber dónde estaba Rihanna.Pero al descolgar la sorprendida fui yo:- “Mamá, ¿Cuándo vienes a casa? La señorita me ha dado un premio por el trabajo que hice sobre la guerra de la independencia y…”- tuve que
Ruyman.- “Queda confirmado señor Bencomo ha sido provocado. Pero es extraño, aunque ha habido un herido leve, se observa que el incendio se hizo para no provocar muchos daños materiales, para que paciera un accidente menor un descuido tonto.”- me dijo mi jefe de seguridad.Mis padres habían ido al hospital a visitar a la camarera herida, que recibió algunas quemaduras leves, tratando de apagar el fuego con un extintor. Como se les había explicado en la clase de evacuación y protección antincendios, en caso de conatos pequeños.- “Extraño, ¿para qué se provoca un incendio que pronto es sofocado?, eso no es normal, algo buscarían, llamar la atención o algo.”- continuo el jefe de seguridad,- “¿Hay en el hotel una exposición de objetos valiosos, joyas, cuadro, arte en general o de algo de importancia, susceptible de robarse?”- pregunté.- “No hoy solo hay dos convenciones una es de médicos, y la otra de una asociación de periodista de libertad digital.”- me respondió.Justo en ese momen
Ruyman.- “No me gusta, ¿Por qué te empeñas siempre en ponerte en peligro?”- le dije a la maldita Andrómeda que en todo momento se negó a quedarse en casa, si yo iba al encuentro, con el supuesto espía. - “Da igual lo que me digas, lo importante, es que yo no me voy a quedar en casa mientras tú te arriesgas a quedar con una persona que perfectamente te pude estar engañando, o ser una trampa. Tu no conoces ese mundo, yo viví en él varias semanas, la mayoría drogada, no entiendes a lo que te enfrentas.”- aun así, por mucho que tratar de explicármelo aún no lo entendía.- “Y si es una trampa ¿qué diferencia hay entre que estes, o que no estes? Sabes perfectamente que la condición para que puedas venir y no te quedes en casa, es que no te bajas del coche, puedes ver lo que sucede en la tablet. Así que contéstame a la pregunta ¿qué diferencia hay?”- ella me miró, con cara de que tenía que pensar mucho lo que me iba a decir, o habría grandes posibilidades de que se quedara y no fuera.- “T
Ruyman.- “¿No sé qué ganas tú de todo esto? ¿Cómo sé que no me estas engañando para cometa un error y no sólo Marchetti se quede con gran parte de mis bienes, sino que se quede con lo que más desea, mi mujer?.”- dije a la voz que oí tras donde yo estaba sentado, junto a la pared de división de las dos mesas.- “No lo sabrá. Sólo tengo que decirle una cosa, más que usted, aun odio más a Humberto Marchetti, y su desaparición de este mundo seria para mí una alegría, más que una pena.”- me dijo.- “Si tan interesados estas, ¿por qué no entregas tu esta información a esas personas tan peligrosas?.”- le dije hartándome de este juego del gato y el ratón.- “Porque sólo la rotura de un contrato te libraría de lo que firmaste, si eso es lo que quieres, ¿o no?, y de pasó a mí me ayudas en mi venganza. Qui pro quo, como se dice, señor Marchetti.”- estas últimas palabras las dijo en español.- “No estás dando con un don nadie, si no fuera por ese contrato que firmé estúpidamente, ya habría arras