–Sí, yo –respondió algo enojado por la forma en que ella empezaba a hablarle – ¿Por qué? –sin duda había picado la curiosidad del pelinegro que ahora mostraba poco interés a lo demás, incluido la mirada asesina de Asher.
–¿Fuiste tú quien se robó el proyecto de la familia de Ezra? –no quería hablar de más pero estaba tan alterada que no podía medirse.
–¿Ezra? –repitió Jude confundido –¿robar? ¿De qué estás hablando? –ahora su mirada se había tornado helada.
–No te hagas el tonto conmigo –repuso con fuerza –se perfectamente que tú e Asher robaron el proyecto de la familia Miller y lo presentaron como suyo ante los inversionistas para ganarles la expansión.
Los ojos avellano
Media noche, el día de navidad, donde compartes paz y felicidad, donde te reúnes con tus seres queridos y haces de esa cena un lugar ameno; ese día Madison cruzaba la sala del departamento omitiendo olímpicamente el desastre en su recorrido, no escucho a Asher porque lo único que en ese momento sonaba en sus oídos era su corazón latir a una gran velocidad, alzó su mano nuevamente y abrió de par en par la puerta de la única habitación del departamento. Y su cuerpo se quedó petrificado totalmente, cuando en la cama, en aquella maldita cama en la que estuvo un sinfín de veces con él; yacía Ezra mostrando parte de sus muslos cubiertos por una sábana, su pecho descubierto y durmiendo sobre su brazo estaba una mujer blanca que con toda su melena negra cubría el cuello del hombre moreno.Madison se sintió desvanecer, la vista se le nubló,
Había tardado un milenio en poder quitarse todo el maquillaje y el cambiarse, unos pans con una chamarra era ahora el sustituto del bello vestido que había portado aquella noche, se restregó una vez más los ojos y cuando estuvo segura de que Jude ya no regresaría se dejó caer en la cama de la habitación que él mismo le brindo esa noche; el pecho se le abría por el efecto del dolor que apelmazaba en su corazón y que se incrementaba cuando la imagen de ese maldito hombre invadía una vez más su mente ¿Por qué? ¿Por qué había cometido la estupidez de enamorarse? Lloro sin importarle que ya no podía respirar de lo tapada y roja que se encontraba su nariz, deseo poder tener la capacidad de arrancarse el corazón y dejar de sentir aquel punzante ardor en su pecho, quiso olvidar y pidió a gritos al creador que le desapareciera todo recuerdo de ese infeli
Los rayos del sol penetraron la habitación iluminándola al instante, obligando a removerse de la cama a la muchacha parcialmente despierta, cuando se levantó se quedó un momento en su sitio mirando algún punto fijo de la alcoba, sus ojos celes estaban rojos e hinchados al igual que su nariz y una profunda y amarga tristeza sustituía a los siempre alegres y llenos de vida que tenía, suspiró, resignada, rota, agobiada y caída.–¿Madison? –La voz de Jude al igual que su toque en la puerta se reprodujo –¿puedo pasar?–Si… adelante.La alta figura del hombre penetro el lugar, llevaba puesto unos pantalones de vestir negros con una camisa blanca, sus largos cabellos negruzcos estaban sujetos ahora por una alta coleta que lo hacían ver más atractivo de lo que era sin embargo su atención no se concentr
–¿Qué haces aquí? –demandó a saber al recordar que ese sujeto había sido también importante en la vida de Madison, el hombre que la había besado primero y que estaba seguro sentía algo por ella.–Vine por Mustafa –siseó al entornar su atención hacia el gato que ahora lo veía a él, todas las miradas se concentraron en el felino y después en él –Madison lo quiere de vuelta.–¿Dónde está? –cuestionó Ezra al instante –¿Vino contigo? ¡Exigió hablar con ella!–¡Dios! –expresó Armand cuando en las duras y afiladas facciones del hombre negro se creó una sonrisa de burla.–Tú, no eres nadie para exigir nada –repuso dando tres pasos más adentro de la casa, Carl s
–Sabes bien que tendrás que afrontarlo tarde o temprano –Madison entonces le miro a los ojos –hoy tienes una obligación que…–Lo haré –le dijo volviendo a interrumpirlo –me comprometeré y me casaré –Jude entrecerró los ojos –pero antes necesito pedirte un favor.–Cuenta con ello –declaró sin pensarlo.–Quiero que traigas a Mustafa –Jude tomo asiento a un lado de la cama, la miraba fijamente –está en casa de… –quiso decir su nombre, intento pronunciarlo pero no pudo, incluso recordar la pronunciación de su nombre dolía –el lugar en donde…–No tienes que decir más, se perfecto en donde está –Madison alzo la cabeza y lo miro a los ojos –Mustafa regresara pero eso no es lo que me interesa ahora.
Madison se congelo unos momentos en su lugar, trago saliva para ver el perfil perfecto del hombre que no le había soltado su mano en todo el momento y después decidida a lo que diría se paró lo más firme que pudo y respondió:–Me quiero casar con Jude –Asher bufo, Irasue sonrió pero Ash No solo entrecerró sus ojos Madison lo noto –y aclarando las cosas, sí, estaba enamorada de Asher pero eso fue antes de darme cuenta la clase de persona que es –Asher entonces abrió la boca desmesuradamente –frívolo y calculador… el sentimiento que desarrolle por él fue solo el sustituto de lo que sentía por Jude cuando se fue, quise ver en Asher todas las cualidades que vi en Jude y me confundí pero hoy por hoy puedo decirle que estoy plenamente segura de lo que siento y quiero. Y una de las cosas que quiero es estar con Jude y ser su mujer.
–¡Miller! –Le llamo el hombre alto y calvo de la entrada –¡Que milagro que te vemos por aquí!El moreno sonrió de lado, no tenía tiempo para dar explicaciones pero sabía que la cortesía era necesaria en esos momentos pues tenía una idea de cómo podría reaccionar Madison ante su presencia.–Solo vengo a darme una vuelta –le contesto echando su larga trenza hacia atrás.–Pues adelante, hoy hay muy buena carne –el hombre quito la cadena dejando pasar antes que a la inmensa fila de gente que esperaba su turno, recibió algunos abucheos pero la valió madre.El lugar era circular, en medio se encuentran la pista de baile repleta de un mar de gente que gritaba y bailaba eufórica al ritmo de la canción y de las luces de colores entonces diviso entre la multitud las cabezas de Carl y Armand en la barra, ambos parecían discutir y cuando llego lo suficiente cerca de ellos los obligo a voltear por inercia, detesto la cara de idiotas que le dedicaron pero se limitó a interrogarlos.–¿Dónde está? –Q
–Más rápido… –le pedí al sentir cerca mi clímax.Supe que obedeció cuando me respondió con un gruñido pues él también se había refugiado en uno de mis hombros; el escucharlo jadear en mi oreja y gemir solo me hacía elevar más mi ego al saber que también estaba disfrutando al igual que yo, supe que no tardaría en terminar porque sus movimientos se hicieron más rápidos y descontrolados pues ahora salía en su totalidad para entrar con mayor velocidad, me sentí en la cúspide, casi toque el cielo cuando mi clímax ya venía cuando de repente las luces y la música del lugar se prendieron repentinamente, me ataje contra su cuello en un acto de reflejo por la intensa luz.–Me perteneces… –murmuro con una voz que reconocí al instante, una voz que me helo ha