Había tardado un milenio en poder quitarse todo el maquillaje y el cambiarse, unos pans con una chamarra era ahora el sustituto del bello vestido que había portado aquella noche, se restregó una vez más los ojos y cuando estuvo segura de que Jude ya no regresaría se dejó caer en la cama de la habitación que él mismo le brindo esa noche; el pecho se le abría por el efecto del dolor que apelmazaba en su corazón y que se incrementaba cuando la imagen de ese maldito hombre invadía una vez más su mente ¿Por qué? ¿Por qué había cometido la estupidez de enamorarse? Lloro sin importarle que ya no podía respirar de lo tapada y roja que se encontraba su nariz, deseo poder tener la capacidad de arrancarse el corazón y dejar de sentir aquel punzante ardor en su pecho, quiso olvidar y pidió a gritos al creador que le desapareciera todo recuerdo de ese infeli
Los rayos del sol penetraron la habitación iluminándola al instante, obligando a removerse de la cama a la muchacha parcialmente despierta, cuando se levantó se quedó un momento en su sitio mirando algún punto fijo de la alcoba, sus ojos celes estaban rojos e hinchados al igual que su nariz y una profunda y amarga tristeza sustituía a los siempre alegres y llenos de vida que tenía, suspiró, resignada, rota, agobiada y caída.–¿Madison? –La voz de Jude al igual que su toque en la puerta se reprodujo –¿puedo pasar?–Si… adelante.La alta figura del hombre penetro el lugar, llevaba puesto unos pantalones de vestir negros con una camisa blanca, sus largos cabellos negruzcos estaban sujetos ahora por una alta coleta que lo hacían ver más atractivo de lo que era sin embargo su atención no se concentr
–¿Qué haces aquí? –demandó a saber al recordar que ese sujeto había sido también importante en la vida de Madison, el hombre que la había besado primero y que estaba seguro sentía algo por ella.–Vine por Mustafa –siseó al entornar su atención hacia el gato que ahora lo veía a él, todas las miradas se concentraron en el felino y después en él –Madison lo quiere de vuelta.–¿Dónde está? –cuestionó Ezra al instante –¿Vino contigo? ¡Exigió hablar con ella!–¡Dios! –expresó Armand cuando en las duras y afiladas facciones del hombre negro se creó una sonrisa de burla.–Tú, no eres nadie para exigir nada –repuso dando tres pasos más adentro de la casa, Carl s
–Sabes bien que tendrás que afrontarlo tarde o temprano –Madison entonces le miro a los ojos –hoy tienes una obligación que…–Lo haré –le dijo volviendo a interrumpirlo –me comprometeré y me casaré –Jude entrecerró los ojos –pero antes necesito pedirte un favor.–Cuenta con ello –declaró sin pensarlo.–Quiero que traigas a Mustafa –Jude tomo asiento a un lado de la cama, la miraba fijamente –está en casa de… –quiso decir su nombre, intento pronunciarlo pero no pudo, incluso recordar la pronunciación de su nombre dolía –el lugar en donde…–No tienes que decir más, se perfecto en donde está –Madison alzo la cabeza y lo miro a los ojos –Mustafa regresara pero eso no es lo que me interesa ahora.
Madison se congelo unos momentos en su lugar, trago saliva para ver el perfil perfecto del hombre que no le había soltado su mano en todo el momento y después decidida a lo que diría se paró lo más firme que pudo y respondió:–Me quiero casar con Jude –Asher bufo, Irasue sonrió pero Ash No solo entrecerró sus ojos Madison lo noto –y aclarando las cosas, sí, estaba enamorada de Asher pero eso fue antes de darme cuenta la clase de persona que es –Asher entonces abrió la boca desmesuradamente –frívolo y calculador… el sentimiento que desarrolle por él fue solo el sustituto de lo que sentía por Jude cuando se fue, quise ver en Asher todas las cualidades que vi en Jude y me confundí pero hoy por hoy puedo decirle que estoy plenamente segura de lo que siento y quiero. Y una de las cosas que quiero es estar con Jude y ser su mujer.
–¡Miller! –Le llamo el hombre alto y calvo de la entrada –¡Que milagro que te vemos por aquí!El moreno sonrió de lado, no tenía tiempo para dar explicaciones pero sabía que la cortesía era necesaria en esos momentos pues tenía una idea de cómo podría reaccionar Madison ante su presencia.–Solo vengo a darme una vuelta –le contesto echando su larga trenza hacia atrás.–Pues adelante, hoy hay muy buena carne –el hombre quito la cadena dejando pasar antes que a la inmensa fila de gente que esperaba su turno, recibió algunos abucheos pero la valió madre.El lugar era circular, en medio se encuentran la pista de baile repleta de un mar de gente que gritaba y bailaba eufórica al ritmo de la canción y de las luces de colores entonces diviso entre la multitud las cabezas de Carl y Armand en la barra, ambos parecían discutir y cuando llego lo suficiente cerca de ellos los obligo a voltear por inercia, detesto la cara de idiotas que le dedicaron pero se limitó a interrogarlos.–¿Dónde está? –Q
–Más rápido… –le pedí al sentir cerca mi clímax.Supe que obedeció cuando me respondió con un gruñido pues él también se había refugiado en uno de mis hombros; el escucharlo jadear en mi oreja y gemir solo me hacía elevar más mi ego al saber que también estaba disfrutando al igual que yo, supe que no tardaría en terminar porque sus movimientos se hicieron más rápidos y descontrolados pues ahora salía en su totalidad para entrar con mayor velocidad, me sentí en la cúspide, casi toque el cielo cuando mi clímax ya venía cuando de repente las luces y la música del lugar se prendieron repentinamente, me ataje contra su cuello en un acto de reflejo por la intensa luz.–Me perteneces… –murmuro con una voz que reconocí al instante, una voz que me helo ha
No supo si reírse de ella cuando la vio entrar en la cafetería con una enorme gasa en su nariz o sentir pena por ella, apenas se hizo notoria su presencia cuando los ojos marrones de Naomi se entrecerraron al chocar con los rojizos de él al encontrarlo en una de las mesas del fondo.–¿De qué te ríes idiota? –Le pregunto al acercarse a grandes zancadas hasta él, se dejó caer en la silla con una clara molestia dibujada en su rostro.–No me rio, solo me divierto con lo que veo –Naomi se cruzó de brazos –pero vamos al grano ¿Qué se te ofrece?–Tus servicios –le dijo sin miramiento alguno –necesito deshacerme de una zorra.El hombre vestido con un perfecto traje sastre negro, arqueo una ceja mientras bebía el contenido de su taza, bebió lentamente sin dejar de ver a la mujer blanca que ahora lo observaba esperando a escuchar algo, entonces cuando ella frunció el ceño dejo la taza en el plato y sonrió de lado.–¿Es una mujer?–En realidad es una mocosa –corrigió haciendo un puchero que la h
–¿Por qué me trajiste aquí? –demando a saber con el corazón en la mano sin embargo él con toda la tranquilidad del mundo apago el motor del auto y con aquella mirada de hiel se giró hacia ella, Madison palideció.–Te dije que aceptaba arriesgarme contigo a pesar de estar al corriente de tus sentimientos por ese sujeto –comenzó a decirle con una voz tan fría que provoco que se le erizara la piel –pero lo que si no puedo permitir es que tengas aun asuntos pendientes con él –Madison abrió la boca pero no logro articular ninguna palabra –aun estas a tiempo de perdonarlo y regresar con él. Porque conmigo es todo o no es nada, Madison.Le pelinegra trago en seco, porque ni en sus más recónditos sueños se esperaba esa reacción del pelinegro pero sabía que la exigencia de Jude era razonable;