Giancarlo:
Lo mejor es irse y no perturbarla más, en su estado no es bueno, no quiero que se complique el embarazo o llegue a perder a la criatura. Tomé las medicinas salí de ahí con ayuda de las muletas. Tome un taxi le pedí que me dejara en un hotel cerca al consultorio de Michael. Antes pare a comprar un nuevo celular junto a un chip para hablar con Adam e informarle que mañana me recogería del hotel y no de la casa de Antonella. Lo agradable de Adam es que muchas veces no suele pedir explicaciones.
Luego le deje un mensaje a Antonella que no se preocupara que estaba bien. Fue un largo y aburrido día en el cual no dejaba de pensar en la forma para que ella viera que en verdad la amo. Lo bueno es que todavía me quiere, tenemos un hijo el gran problema es la terquedad por parte de ella. Dejar que el tiempo pase y cure las heridas es una solución en la cual no esta garanti
Massimo:Me molesta ver al estúpido de mi hijo en compañía de esa mujer. No sé suponía que ella no estaba interesada en él además que ella ya se caso con el bastardo de Madicci, mi querido hijo se rebaja a ver si le caen migajas.—Eso debería de preguntar yo. – Me responde, antes que la conociera, ni se atrevía a enfrentarme, era sumiso. Pero ahora tiene el coraje para hacerlo me desagrada sin embargo me enorgullece que no se deje pisar por nadie y se atreva a cuestionar, defender lo que quiere.—Tu celular está apagado, he tenido que buscarte por todo el lugar. – Le contesto.—Si ya terminaste puedes llamar a Rodriguez para que te recoja. – Su irrespeto me enerva aunque me lo merezco, él nunca perdonara el hecho que lo separe de ella por hacer que se case y la perdida de su hijo. Hasta yo
Giancarlo:No aguantaba el deseo de estar dentro de ella haciendo todo más rápido de lo usual. Puedo oír quejidos más que otra cosa, en si ni siquiera a dicho mi nombre, nada es como siempre ella solo se abrazado a mí y prácticamente esta tiesa. Quiero detenerme, trato de ir mas lento y ver lo que sucede.—Termina ya — Se queja obedezco y ella simplemente se levanta para ir a la carpa la cierra dejándome afuera de nuevo sin comprender que hice mal.Antonella:La noche fue larga o eso me pareció. Lo sentí entrar después de un buen rato tal vez una o dos horas, no estoy segura del transcurso del tiempo por mi parte lo único que hice fue fingir estar dormida mirando al Rincón. Pude percibir como intento abrazarme pero al final desistió.No entiendo que sucedió, todo iba tan
—Cuando una pareja hace el amor como nosotros lo importante es que ambos lo disfruten, en si el sexo en general es algo mutuo ¿Acaso divertirse solo es bonito?— La veo con una sonrisa para bTeodoradarle seguridad.—¿No me dejaras por otra? – Sigue dudosa.—No. —Doy por cerrado el tema. – Voy a terminar de guardar todo y nos iremos a descansar por unas aguas termales que hay de regreso a casa ¿De acuerdo?—Me gusta estar aquí. —Habla.—Pero si te trae malos recuerdos será mejor ir a otro lugar. – Le recomiendo, no quiero que se aleje.—Voy a estar bien, soy fuerte. – Me sonríe.Armamos las cosas de nuevo sólo que esta vez los dos juntos. Puse los leños para prender, y poner la carne y no hay que olvidar las cañas de pesca
Antonella:Luego de una noche exhausta de placer con mi adorado Giancarlo, me desperté a mitad de la noche de nuevo por esa pesadilla en la que bueno antes aparecía Giovanni con un arma dispuesto a dispararme aunque está vez fue Massimo quien hizo acto de presencia. Es extraño porque desde esa vez que vino no ha vuelto sin embargo su amenaza aún me espanta porque estoy seguro que es capaz de cumplirla con el único fin de fastidiar.—No podías dormir. – Se sienta a mi lado Giancarlo. Asiento con la cabeza. — ¿Acaso es por lo que te pregunte?Recordé aquello y de nuevo la tensión se fue a mi espalda, mis manos comenzaron a sudar y un nudo en mi garganta se formo. A veces quería contarle a Giancarlo pero resulta difícil hablar de ello sin que termine hecha una mar de lagrimas. Con el único que hable de ello fue Giova
Antonella:Desde que nos enteramos que la familia Madicci vendrá a pasar las fiestas en la hacienda, Giancarlo anda desaparecido, en si no son las palabras exactas. Él se despierta muy temprano para comenzar con todo, ver de qué color se van a pintar las habitaciones, cual tendré que ocupar mientras su familia este de visita porque ambos estuvimos de acuerdo que sería mal visto que durmamos juntos.Otras de las reparaciones previstas son la revisión de tuberías y si fuera necesario el cambio de ellas. No debo olvidar la revisión de los muebles y camas. Lo que si me disgusto un poco fue el cambio que hicieron en el jardín. Había traído unos geranios muy bonitos y estos han sido cambiados por jazmines porque son los que le gustan a Teodora, incluso los colores han sido de acuerdo a los gustos de ella aunque eso no me desagrado al contrario son muy bonitos.&nbs
Antonella: Pase la noche en la casa del abuelo de Bradley, él cual fue muy comprensivo conmigo y tampoco me pidió explicaciones. En si nadie me ha dicho nada y lo agradezco, tampoco hay quien se acuerde salvo Bradley, que le tuve que contar por lo del divorcio, Giovanni y el señor Rodríguez que no lo veo desde hace mucho tiempo. Deseo ver mi celular pero ir hasta el ropero por el no vale la pena además que si me hubiera llamado o mensaje estaría sonando. Seguro ni cuenta se dio de mi partida salvo en la noche cuando se acueste pero quien sabe. Despierto temprano, desayuno y le agradezco al señor Harrison la amabilidad. Tomo el viejo camino hacia aquel lugar al que llame alguna vez casa. Paso la seguridad de la residencial sin problema, supongo que Rodriguez aviso sobre mi visita además que el señor Dono todavía continua en su puesto de vigilancia. Todas las residencia en este lugar son de luj
Antonella desde su viaje está distante además es como si estuviera enferma, todo el día tiene sueño, las pocas veces que la he visto han sido bostezando sin olvidar sus problemas estomacales, todo le cae mal ella le echa la culpa a todo el pop corn que come sin embargo no deja de hacerlo alegando que una película sin pop corn no es una. A veces puede resultar tan infantil. En verdad la quiero he tratado de no abrumarme tanto respecto a los fotos que mando Massimo pensar que para aquello hay una explicación razonable. Deseo aclarar esto con ella pero como ella me pidió no hacerle preguntas respecto a ese día, interrogarla seria un riesgo. Hoy es miércoles, me he demorado de nuevo en partir porque apenas despertó se metió corriendo al baño. Me preocupa, si continua así voy a tener que llevarla al médico. Porque seria fatal que se ponga grave en las fiestas y la sorpresa de la boda se estropee. —Giancarlo. – Me llama.
Antonella: —¿Qué significa esto? – Me muestra las pastillas que me dio Michael hace tiempo. —Son pastillas anticonceptivas. – Le respondo. —Pastillas anticonceptivas. – Repite, se enoja más. —¿Qué problema hay con eso? – No lo comprendo. —¿Qué problema hay con eso? – Parece disco rayado. —Puedes dejar de repetir y explicarme porqué estás furioso. – Me harto, si continuaba no íbamos a llegar a ninguna parte. Respira hondo: ¿Desde cuándo las tomas? Me siento incomoda con la pregunta pero si no le digo la verdad las cosas se van a poner color hormiga: Luego de la boda de tu prima… Después de esa noche. Pude ver sorpresa en sus ojos: No querías tener el hijo de un desconocido. —Compréndeme, en esa época apenas cruzamos unas palabras sobrios para que cuando nos