A la hora del regreso Isabela notó que iban directo a la mansión, no de camino-Me llamaron de la escuela que terminarían temprano y le dije a Kamil que lo fuera a recoger – explicó Giovani leyendo unos papeles en su mano- No te dije antes porque estabas inmersa en el trabajo y de seguro querrías ir corriendo directo a la casa.-No soy el tipo de madre fanatizada con su hijo que tiene que tenerlo a la vista las 24 horas del día- protestó Isabela.Giovani levantó la mirada alzando una ceja.-Eso se lo dices a otra persona, no a mí que tengo que estar casi mendigando tu atención.Isabela sonrió de lado.-¿Celoso?-¿Tú también? Kamil ya me dijo lo mism…- se dio cuenta de lo que había dicho y desvió su atención de nuevo a los papeles- No tengo razón para estar celoso de un niño- murmuró la última parte sacando un leve bufido por parte de parte de Isabela que lo había escuchado.Pronto la sonrisa se desvaneció de su rostro cuando recordó que se estaban acercando a la casa y que ella tenía
A pesar de lo que creía Isabela, Giovani no la atacó en el baño, a pesar de estar los dos sin ropas y con miles de posibilidades. Más bien, se comportó bastante bien para lo que estaba acostumbrada y ameritaba la ocasión. Le había recogido el cabello para que no se mojara más, le había enjabonado el cuerpo, masajeado, no la había tocado de forma tan provocativa como para llevarlo a lo sexual. Lo más que había hecho era besarla, pero no los típicos besos que la dejaban sin aliento, sino aquellos que hacían la experiencia bastante…Eso no quitaba que los ojos de él habían brillado peligrosamente todo el tiempo, como si estuviera preparando el platillo que más tarde se comería. Y ese platillo era ella.Y debido a que solo se limitó a masajear su cuerpo salieron rato más tarde Isabela se sentía tan relajada que apenas tenía ganas de hacer otra cosa que comer y acostarse en la cama. No podía negar que las manos de Giovani habían hecho maravillas con cualquier tensión que podría quedar en s
-¿Estás segura de esto?- Giovani puso un mechón del rojo cabello de la mujer que estaba arrodilla entre sus piernas. Ni en sus más locas fantasías se hubiera imaginado a Isabela hacerlo, al menos por sus propios medios. Más bien se había visto a él caso rogándola cuando él no lo hacía con nadie, pero esa mujer tenía algo… que la hacía diferente.-No me trates como una niña. Se lo que estoy haciendo- refunfuño Isabela con la mirada fija en el bulto cubierto delante de ella.-Si como no- Giovani bufó por lo bajo agarrando la barbilla de la mujer y alzando su rostro para inclinarse y darle un beso sobre sus labios- Por eso estabas viendo un vídeo de cómo hacerlo.Las mejillas de ella se pusieron casi del mismo color que su cabello.-No estaba entre los planes que te enteraras que estaba viendo ese tipo de video. Se suponía que estabas trabajando. Además, tú de seguro estás acostumbrado a este tipo de cosas y yo al menos no puedo quedarme de brazos cruzados.Giovani alzo la ceja.-Ahora r
Cuando Giovani le había dicho que el dinero viene y va ella no le había tomado tanta importancia, pero ahora sí, cuando el catálogo que le había dado no era de apartamentos, sino de casas que valían más que lo que ella podría ganar en un año con 5 trabajos juntos. Miraba la revista de un lado a otro frente al hombre que desayunaba delante de ella.-¿Por qué el rostro de impresión?- preguntó Giovani tomando un sorbo de café.Ella alzó la mirada sin saber cómo articular palabras.-Yo… no estoy buscando algo tan caro.-Una casa es una inversión. Cuando necesitas resolver una situación la vendes y después puedes comprarte algo más pequeño. Y en mis estándares… el catálogo que tienes en las manos es lo más barato que considero para vivienda.Isabela comprendía que a pesar de que Giovani no había tenido tan buena experiencia con su familia, siempre había vivido rodeado de lujo, por lo que un apartamento como en el que ella vivía antes o uno de mejor calidad, no entraba ni en la categoría de
Giovani había conocido varias facetas de Isabela a lo largo del tiempo que llevaban viviendo juntos, pero eso a lo que estaba viendo en ese momento… Wao. Era como si fuera una persona completamente diferente que lo tenía con la boca abierta de la impresión.-Daleeee Alleeeennnn, no dejes que te pasen. Patea duroooo- junto a otras mujeres pegadas a la cerca que rodeaba el terreno de futbol ella vociferaba en dirección al niño que se desempeñaba en el campo.Era como un gallinero de mujeres agitando las manos de un lado a otro y gritando alentando a sus hijos y familiares para que ganaran. Giovani en algún momento había soltado un bufido acomodándose en su asiento tres bancas más arriba mirando como la larga trenza roja de su esposa se agitaba de un lado a otro mientras se sacudía y saltaba.-Esto es más divertido de lo que me imaginé- murmuró antes de tomar un sorbo por el popote de su bebida mirando después al niño que, aunque normalmente tenía una expresión seria en su rostro, ahora
Kamil pasó una de las páginas del informe que le leía a Giovani e iba a seguir leyéndolo cuando notó el rostro de él y como se apretaba el entrecejo. No era algo que soliera hacer. Más bien, Giovani no era de los que mostraba cuando se sentía mal, así que era de preocuparse ahora.-¿Se siente mal?- le preguntó dejando el trabajo en segundo plano.-Estoy bien- Giovani dijo en medio de un leve jadeo. Su voz sonaba un poco ronca y su cabeza y hombros estaban pesados- Puede ser que no haya dormido bien.Giovani entrecerró los ojos y se acercó a él.-Si me permite- y acto seguido puso su mano sobre la frente del Ceo palpando su temperatura. Su ceño se frunció- Tiene mucha fiebre.Giovani negó. No era algo que tenían que mandarle a decir con nadie.-Se pasará dentro de poco. Debió ser por la lluvia cuando fui con Isabela al juego de Allen.Eso no convenció a Kamil. Sabiendo que Giovani era alguien terco sin decir nada salió de la oficina. El Ceo lo conocía por lo que seguro había ido a comp
Isabela no apartó su mano. La dejó allí, aunque la temperatura contra su piel era un poco incómoda, y más que eso, le preocupaba el estado de él. Sabía que había sido atendido y de seguro los medicamentos ya administrados, pero aun así no podía estar tranquila.-No me voy a ir. Tengo que mojar de nuevo la banda para ponerla sobre tu frente y también secarte un poco. Estás empapado en sudor.-¿Tú lo vas a hacer?- la pregunta de él sonó bastante grave.-Soy la única que está aquí- e Isabela no hablaba arisca como siempre, más bien usaba un tono suave y en voz baja dado que a él debía dolerle la cabeza.Los dedos de Giovani dejaron su mano, aunque no volvió a dormir. Isabela fue al baño y además de mojar la banda agarró una toalla. Después se dirigió al closet y proactivamente tuvo que adivinar donde estaba la ropa de dormir donde tuvo para escoger. Cómo malditamente un hombre tenía tanta ropa.Volvió de nuevo a la habitación encontrando que Giovani se había sentado en la cama recostando
Isabela se preguntaba cómo había pasado de solo querer saber cómo estaba Giovani la noche anterior, a dormir con él y ahora estar… sin ropa debajo de él y jadeando después de que hubiera hecho que se corriera simplemente rozándose entre sus muslos, como habían hecho aquella noche en la casa de sus suegros. Su brazo cubría sus ojos e intentaba llevar aire a sus pulmones.Como que Giovani enfermo era más peligroso que estando completamente sano. La fiebre se le había transformado en calentura y como siempre ella terminaba estando en el lugar indicado en el momento indicado, pensaba con ironía.Sintió como sus piernas fueron soltadas que cayeron en la cama a cada lado del cuerpo del hombre y como este se inclinaba sobre ella lamiendo su cuello. Isabela puso sus manos sobre su pecho y lo empujó un poco para que no lo hiciera y soltó un quejido. Ella temblaba de pies a cabeza y aún estaba muy sensible por lo que la tocara ahora era complicado de procesar.Giovani por suerte entendió su rea