La luz entraba por la rendija de la ventaba iluminando levemente la habitación, mas no fue eso lo que hizo que Giovani abriera los ojos.-Mierda- fue su primera palabra alzando la cabeza de la almohada y mirando hacia la puerta con los ojos pequeño de haberse acabado de despertar.La mujer que estaba entre sus brazos acostada de lado se removió e hizo un sonido con la garganta de incomodidad.Giovani no quería levantarse. El reloj de su mesa de noche marcaba las 7 de la mañana. Él aún estaba cansado del día anterior, tanto de la ceremonia, como lo que había hecho con Isabela y teniendo que encargarse de limpiarlo a los dos, que ahora estaban desnudos en la cama. La ropa socia se había encargado de ella y el vestido de noche descansaba encima del sofá del juego que estaba en un costado del cuarto.Esperó que la puerta dejara de ser tocada, pero no, no fue así y gruñó. Todos sabían en su mansión que él tenía un horario estricto que se entregaba el día anterior y entre los puntos estaba
Isabela se sentía sofocada a pesar de que el aire acondicionado estaba encendido en la habitación. Algo estaba recostado contra su espalda y la mantenía bien sujeta contra eso. Además, la sensación piel con piel era extraña, cálida.Hizo un sonido con la garganta de protesta ante la nueva sensación aun con los ojos cerrados, estaba agotada.-Buenos días, bella durmiente. Ya es hora de que dejes de holgazanear.-Buenos di…- Isabela iba a responder por inercia cuando abrió los ojos de golpe.Los recuerdos de la noche pasada pasaron por su cabeza de una manera fugaz y su boca se cerró. Giró la cabeza mirando por encima del hombro, al hombre acostado desnudo y pegado a su cuerpo descaradamente, recibiendo un beso en la mejilla sonrojada.-¿Dormiste bien?Dormir bien lo había hecho, eso no lo podía negar. Despertar… no tanto. La vergüenza la invadió de golpe. ¿Qué tan caliente debía haber estado ella la noche anterior para dejarse manosear por su… ahora esposo? Porque bien, manosear no era
-Giovani, maldito- la mano de Isabela temblaba con los dientes apretados. La palabra secuestro no era algo con lo que se pudiera jugar y menos con ella. Eso… eso…Se tambaleó sintiéndose mareada y los recuerdos del pasado la atacaron. Cayó en el suelo y tuvo que regular su respiración con trabajo. Su cuerpo comenzó a temblar de indignación y apretó sus manos fuertemente hasta que estas se pusieron blancas. Cerró los ojos con fuerza e intentó controlar el ataque de ansiedad que le estaba entrando. SU cabeza un torbellino de sensaciones que había enterrado y que volvían a ella. Tenía que ir por Allen. No volvería a quitarle a Allen de su lado. No de nuevo.Aun así, descalza y con solo un vestido ligero Isabela bajó la escalera rápidamente sin temer caer por ellas. Pasó por al lado de los empleados que veían a la mujer de muy largo cabello ahora danzando detrás de ella de forma salvaje. Incluso los ojos de ella se habían oscurecido.-GIOVANI- entró casi gruñendo en el comedor.Los presen
-¿Aun sigues molesta conmigo?- la voz de Giovani hizo que la mujer sentada frente a él apartara la mirada de la ventanilla de su lujoso jet privado y la enfocara en él. Isabela no le respondió. Su mano acariciaba la cabeza de Allen que descansaba en su muslo completamente dormido después de revolotear todo el día de un lado a otro y la emoción de montar un avión privado y de recorrerlo completo, incluyendo la cabina del piloto donde también Kamil estaba. -Acaso tuviste alguna experiencia en el pasado relacionada con secuestro- él insistió notando que la mano de ella se detenía entre las hebras de su hijo de forma tensa. Sus labios se habían vuelto una dura línea en su rostro. -Hay cosas que no me gusta hablar- la voz de ella era plana- Siento decirle que no le responderé. Aun así, Giovani no retrocedió. -Bela, soy un hombre poderoso, tengo muchos contactos e influencias. Puedo resolver tus problemas. Estamos casados, eres mi esposa, y aun si es por contrato soy alguien responsable
Giovani dejó que el agua caliente de la ducha corriese por su cuerpo empapando su cabello oscuro, escurriendo la espuma del champú. Sin embargo, no disfrutaba del baño como tal, su mente estaba más centrada en otra cosa, o más bien, en otra persona.Isabela era todo un misterio para él. Incluso Kamil, que lo consideraba una bestia a la hora de realizar las tareas con los mejores resultados, la estaba sudando gorda para saber el pasado de ella. No sabía cómo lo había hecho, pero la mujer tenía más secretos que encantos.Y quizás eso fue lo que le llamó la atención en un primer momento. Los ojos de Isabela eran algo que tentaría a cualquier hombre a pecar en todos los sentidos. No era la mujer más hermosa y exuberante del mundo, había conocido algunas que harían volar la cabeza de arriba y debajo de cualquier hombre, pero ella… simplemente lo volvía loco. Como ahora que su cuerpo comenzaba a emocionarse.Con una leve sonrisa apagó la ducha y salió, rodeando su cintura con una toalla, y
Giovani que se había acostado en la tumbona nuevamente y cerrando los ojos bajo las gafas escuchó primero un chillido, después el sonido del agua rompiéndose tras alguien cayendo, seguido de los gritos de Allen.-Belaaaaaa, Belaaaaaaa.El Ceo al momento se enderezó para no encontrar a Isabela donde por último la había visto, en cambio, el agua cerca de ella se movía de un lado a otro.-Bela no sabe nadar- Allen gritó con desesperación moviéndose para nadar hacia ella a pesar del flotador. Kamil al momento se puso en posición para ir a donde había caído la mujer, mas se detuvo.Giovani ya había reaccionado y ya se lanzaba al agua desapareciendo tras un chorro que mojó el borde. Kamil agarró una de las aletas del flotador en forma de dragón donde estaba el niño y nadando lo llevó hacia allí. A mitad de camino vieron a Giovani salir a la superficie con Isabela en sus brazos.La mujer tosía agua con fuerza, aferrándose al cuello de Giovani con si fuera el lugar más seguro del mundo. Esa z
En otro momento y bajo otras circunstancias Giovani estaría realmente feliz que la mujer en sus brazos lo estuviera besando. Sin embargo, esta vez no. La razón muy fácil y no había que tener dos dedos de frente para saberlo.Isabela no lo estaba besando porque lo quisiese o lo deseara. Ella lo estaba besando para que no preguntara más del tema. Sabía lo que le provocaba a su cuerpo las reacciones de ella, así que lo estaba usando como arma contra él y eso hizo que Giovani frunciera el ceño en vez de disfrutar el beso como le hubiera gustado.Y al final terminó mordiéndole el labio sin darse cuenta que uno de sus colmillos rompió ligeramente el inferior. Isabela se apartó de golpe cubriéndose la boca con una mano y con la mirada desenfocada. Al menos había dejado de temblar debido al susto, pero ahora parecía conmocionada con algo.Isabela había sentido el dolor en su labio antes de separarse y por el sabor metálico que le llegó a su paladar cuando pasó la lengua por la piel herida sup
Giovani volvió a la suit con dolor en los brazos después de haber estado nadando por no sabía cuándo tiempo en un intento de enfriar su cabeza. Las palabras de la mujer aun retumbaban en su mente«No sé por qué acepté el contrato»Porque le hacía falta el dinero, por qué más. Ella se notaba que estaba en una situación difícil y lo había comprobado en el tiempo que llevaba junto con ella. También había llegado a la conclusión de que estaba siendo muy intenso con ella. La mujer estaría casada solo dos meses con él, en cambio él quería saber de toda su vida como si fuera su marido real. Estaba cansado.Ah, suspiró llevando su cabello hacia atrás.Encontró a Allen sentado en el sofá en la sala central viendo un documental de fauna salvaje en ingles en la televisión y le dio curiosidad. Se acercó a él y le preguntó.-¿Entiendes lo que dicen?- dado que no había subtítulos en la pantalla mientras explicaban.Allen asintió.-Soy bueno con los idiomas, Isabela a pesar de todo se encargó que ap