Giovani miró su reloj dándose cuenta que era entrada la tarde. Alzó la cabeza de los documentos que estaba trabajando.-Kamil, llama a Isabela. Tengo que entregarle una cosa y dile que recoja que vamos por Allen.Kamil dejó lo que hacía y asintió.-¿Iremos a un lugar en específico?- le preguntó.-Primero a la tienda que reservé esta mañana y después por el centro nuevo de lujo que abriero. Mu futura esposa no puede presentarse en fachas normales.Kamil alzó una ceja ante Giovani y se acercó a él.-Parece que se divierte con esa mujerEl Ceo se dejó caer hacia atrás y sonrió.-¿Tanto lo parece? Es que ella… es divertida. Es rebelde, no se queda callada, siempre sabe como responderme, es dura- se quedó callado unos segundos- Me excita.Kamil se esperaba esa respuesta.-Nunca comentó que se sentía así antes, y mucho menos con Samantha.Giovani chasqueó la lengua.-No sé por qué, pero con Isabela es diferente. Todo fluye más natural ¿sabes? No es como si tuviera que estar fingiendo ser el
Beso, beso, beso.Ella estaba asiendo besada… su cuerpo entero se tensó sintiendo como los labios de Giovani chupaban los suyos sin importar que el labial rojo se regara por los suyos. Y ella… no podía responder, cómo lo haría si no tenía experiencia en ello.Pero al parecer eso no fue ningún obstáculo para el hombre que estaba completamente sumido en su placer. Giovani nunca había probado unos labios tan dulces y suaves en su vida y eso era quitando el sabor a fresa artificial del maquillaje. Aun cuando los de la mujer no se movían a él no le importaba hacer todo el trabajo pues podía saborear, besar y chupar todo lo que quisiera, había pagado por ello.Sabía que si se lo hubiera pedido por las buenas a Isabela de seguro tendría una charla con ella tan larga que se le irían las ganas y él al menos necesitaba quitarse la fantasía de la boca de ella, por el momento. Algo que no estaba logrando, dado que mientras más chupaba más rico le sabían, más adicto se volvía a ello y solo era la
Isabela salió huyendo de la oficina lo más rápido que pudo sintiendo sus rodillas temblar… qué decía, ¿rodillas solamente? Su cuerpo era un temblor andante y su boca picaba tanto que apenas la sentía.Ese había sido su primer beso… pero que primer beso.No era ingenua, solo que normalmente el primer beso solía ser un poco más, un poco más… recatado por así decirlo. No uno como el que acababa de recibir donde casi la había devotado y le había llegado a la garganta con mucho ahínco. Y Giovani había sido insistente. Pensó incluso que se asfixiaría en su momento.Se detuvo un momento para tomar aire. Su corazón palpitaba en su pecho y se apretó por encima de la ropa. Su cara ardía. Era difícil reconocer que se había sentido realmente bien cuando la tocaba y besaba, incluso una sensación rara se albergaba en su vientre bajo. Sacudió la cabeza. Debía centrarse. Había sido solo un beso. Al menos en su mente quedaría como que el primero había sido bueno.-¿A dónde va?- una voz familiar llegó
Isabela se arrepintió de haber preguntado y haber recibido aquella respuesta. Kamil era alguien que no parecía hablar mucho…quizás era mejor así. Ahora estaba preocupada, por eso cuando Giovani entró al auto la encontró pálida en su asiento y con sudor en su frente.Al ella escuchar el sonido de la puerta se pegó al otro lado como un cachorro asustado y sus ojos lo miraban con cautela. -¿Qué? ¿Estás nerviosa porque piensas que te volveré a besar?- él le sonrió ligeramente pero al ella negar lentamente se dio cuenta que algo no estaba bien.El Ceo frunció el ceño y miró a Kamil.-¿Qué le dijiste?- su tono cambió completamente.-Nada que fuera mentira- este le respondió como si fuera lo más del mundo- Solo cómo es su familia.Giovani se acomodó en el asiento y suspiró.-No son asesinos, si eso fue lo que él te comentó. Solo son… complicados de tratar.-Eso no me tranquiliza- Isabela mantenía la distancia de él- No tengo intenciones de dejar a Allen nuevamente huérfano.Giovani buscó al
Giovani se consideraba un hombre de muy buen gusto. Muestra de ello era su enorme mansión, donde la decoración fue supervisada por él, cuando fue remodelada; su porte y su enorme closet lleno de prendas de primera clase, y porque no... el que era se Samantha, donde muchas prensas las había comprado él mismo. Tenía que mencionar que la mujer solía vestirse un poco... subida de tono para los eventos y estar en boca de todos no era algo que a él le gustaba, aun cuando no se metía en la vestimenta normal de que ella usaba normalmente. Dado el caso, ahora tenía a Kamil detrás de él llevando una lista de todas las compras que serían enviadas por mensajería más tarde, directo a la mansión, por lo que no tenían ninguna bolsa en la mano. Y al final la mitad de las compras las había hecho el personalmente. Isabel a y si hijo eran demasiado recatados para su gusto. Les había dicho que tenían la libertad de escoger las prendas que quisiesen, pero era como si les hubiera dicho lo contrario. Por l
Giovani sentía que después de entablar una conversación con Allen se le iban toda la fuerza y energía para discutir. Ese niño realmente era algo. Con pocas palabras era capaz de dejar a uno sin habla. No entendía como Isabela podía estar con él sin perder la paciencia. Aunque pensándolo bien… ellos dos interactuaban de una forma especial.Miró su reloj después de un rato notando que la mujer se estaba demorando bastante para probarse un simple vestido. El vestido era elaborado en tela, mas no en diseño. Solo hacía falta unos pocos minutos para ponérselo. Entonces…Vio como dos empleadas pasaban por su lado y una de ellas le cotilleaba a la otra, mirándolo precisamente a él. Giovani, después de tantos años en el ojo público era capaz de diferenciar las miradas, así como quien estaba diciendo de él un comentario bueno y otro malo. En ese caso era lo segundo.Se levantó en dirección a ellas y las vio tensarse.-De que me perdí que hablan tanto de mi- alzó una mirada. Kamil que estaba ate
Lo primero que Isabela sintió sobre su piel fueron las manos calientes que tocaban en el medio de su columna. Por el reflejo pudo ver que los ojos azules del hombre se habían centrado en su espalda y ella tragó en seco. El rostro de él estaba sumamente serio y centrado, y ella no podía negarlo, Giovani era un hombre atractivo, con todos los rasgos bien ubicados en su rostro. -Relájate, no te haré nada- le dijo él con voz grave, -Créeme que si me dice eso lo menos que hago es relajarme. Además, no debería estar aquí dentro, es el vestidor para mujeres, si lo agarran aquí adentro… -No me harán nada- él la interrumpió- es probable que despidan a una de las empleadas por estar difamando mi imagen, por lo que estoy seguro de que ninguna dirá nada. Ella lo miró por encima del hombro con la boca abierta. -¿En serio? Él desvió su mirada de la espalda de ella para centrarse en el rostro asombrado de la mujer. -En serio. Los ojos de Isabela se abrieron más grande. -No debería hacer que
En menos de 24 horas Isabela había sido besada dos veces, y por el mismo hombre. Y no un simple beso, él casi le comía la boca, introduciendo su lengua lo más profundo que podía intentando volverla loca.Los brazos de ella, que apretaban la tela sobre su pecho hicieron que Giovani no pudiera pegar su cuerpo completamente al de ella por lo que reforzó el beso hasta escucharla gemir y agarró sus muñecas. Aprovechando que ella estaba vulnerable hizo que envolviera sus brazos alrededor de su cuello y de esta forma pudo rodearla completamente y pegarla a él. La espalda de ella se arqueó ligeramente y la tela que cubría su torso se corrió hacia abajo quedándose atrapada a la altura de la cintura.Eso no estaba entre los planes de Giovani, pero tampoco se quejaría. Se alejó un poco sacando la lengua de la boca de ella y lamiéndole los labios para poder mirar por el rabillo del ojo la piel expuesta de ella y… tragó en seco. No se había equivocado, los pechos de ella eran pequeños, con un pezó